SIDOR: Es un error no conciliar con los trabajadores
Trataré de ser consecuente con esta tribuna de comunicación con los lectores de Correo del Caroní. Cada semana haré el esfuerzo de llevar a ustedes estas notas Para Avanzar en Revolución que son ideas, propuestas e informaciones dirigidas a hacer aportes para comprender mejor la realidad de nuestro país y nuestra región y para orientar que nuestro esfuerzo sea más efectivo en la construcción de una sociedad más justa que, a mi juicio, es la sociedad socialista.
Trataré de ser consecuente con esta tribuna de comunicación con los lectores de Correo del Caroní. Cada semana haré el esfuerzo de llevar a ustedes estas notas Para Avanzar en Revolución que son ideas, propuestas e informaciones dirigidas a hacer aportes para comprender mejor la realidad de nuestro país y nuestra región y para orientar que nuestro esfuerzo sea más efectivo en la construcción de una sociedad más justa que, a mi juicio, es la sociedad socialista.
Sidor no quiere conciliar
Recientemente se puso fin a la fase conciliatoria dentro del proceso judicial que Sutiss, la organización sindical de los trabajadores de Sidor, ha instaurado contra esta empresa por el reclamo de “las utilidades líquidas” no pagadas durante los 5 años desde el 2003 al 2007. Al contrario de lo que la prudencia aconseja, los representantes de la empresa se mantuvieron infranqueables en su posición de no conciliar. Vanos fueron los insistentes llamados de la representación sindical y de numerosos trabajadores que participaron en las cinco sesiones de la Audiencia Conciliación y Mediación iniciada el 6 de agosto del 2008 prolongada hasta el 11 de enero de 2010. En vano fue el esfuerzo que hicimos de explicar que en las actuales circunstancias es necesario desplegar un portentoso esfuerzo de entendimiento entre la dirección de las empresas de capital público y sus trabajadores sobre las tareas que corresponden a cada sector en la recuperación de la economía productiva nacional y para ello, el parque industrial instalado en Guayana es fundamental. La terca posición de los representantes patronales fue intransigente y rotunda. Sidor dijo: No conciliaremos.
El reclamo de las “líquidas” es justo
En una oportunidad posterior explicaremos detalladamente este caso porque reviste una importancia capital para los trabajadores y la economía laboral. En este artículo resumimos que la reclamación judicial sostenida por Sutiss se asienta en irrefutables argumentos del derecho del trabajo y del derecho constitucional laboral y surge de expresas disposiciones de rango constitucional, legal y convencional. El examen exhaustivo de los ejercicios económicos de Sidordurante los años mencionados reveló que deliberadamente se ocultó la utilidad líquida bajo el falso título de “intereses y otros gastos financieros” y por esa vía se sustrajo enormes cantidades para entregarlas a los asociados en unoscontratos de cuentas en participación violando el derecho que tiene el conjunto de los trabajadores de recibir el quince por ciento (15%) de las utilidades líquidas. Además de realizar desembolsos para inversiones que fueron acreditadas como gastos y de efectuar un pago anticipado de la deuda programada alterando torvamente los resultados de cada ejercicio económico de la empresa. Todo se hizo en perjuicio delderecho preferente de los trabajadores de participar en las utilidades de las empresas que con su esfuerzo contribuyen a producir, con el agravante de que los trabajadores siderúrgicos tenían varios años de restricciones en sus salarios y condiciones de trabajo por causa de la depresión de los precios del acero en el mercado internacional, restricciones que se prolongaron hasta la convención colectiva de mayo de 2008.
Los trabajadores están convencidos de la justeza de su reclamación, no tenemos ninguna duda. Sostendremos el juicio hasta las últimas instancias y el movimiento obrero realizará las acciones necesarias para que su derecho sea respetado y superado el abuso.
La posición de Sidor obliga a la confrontación
Entonces, marchamos a una confrontación, porque el Gobierno no puede pretender razonablemente que los trabajadores siderúrgicos renuncien pasivamente a sus derechos en beneficio de la transnacional que se los apropió en complicidad de altos funcionarios de la CVG de la época. Si los trabajadores están seguros de su derecho y dispuestos a luchar por ellos y ofrecen la conciliación con el Gobierno, ahora propietario de la mayoría de las acciones de Sidor, negarse a la conciliación es confrontar al movimiento obrero y atentar contra el propósito de que Sidor sea un motor de la transformación de la economía rentística a la economía productiva conforme fue definido a finales de 2004 como uno de los objetivos centrales de la nueva etapa de la revolución bolivariana. Pedir que los trabajadores renuncien a su derecho es trastocar la esencia de este proceso revolucionario cuyo fin es construir una sociedad que ponga en el centro a la clase obrera y no al capital. Ese dinero en manos del grupo transnacional Techint sirve para reforzar la acumulación capitalista y el saqueo del sudor de la clase obrera venezolana, mientras que ese dinero en manos de los trabajadores, a quienes corresponde por derecho, sirve para mejorar el nivel de vida de la familia trabajadora y dinamizar la economía regional.
La conciliación con los trabajadores es la base de un esfuerzo conjunto por Guayana y por toda la nación
En la misma dirección, la conciliación refuerza la identificación de los trabajadores con los propósitos del proceso de cambio y restituye la confianza que se ha debilitado por errores y dificultades. Ahora, cuando es necesario el esfuerzo consciente de los trabajadores para superar los obstáculos de la construcción de una sociedad participativa, para afianzar el control obrero y establecer la corresponsabilidad de los trabajadores en el impulso de la producción y la productividad, se hace indispensable que el Gobierno nacional rectifique el error cometido al apoyar a la transnacional Amazonia-Techint en el fraude contra las líquidas de los trabajadores, y en consecuencia, abandone la arrogancia dando certeros pasos para la conciliación y cumpliendo con el deber primario de reconocer los derechos de los trabajadores.