Siria: Se derrumba la dictadura

PARIS.- Mientras la situación militar y diplomática de Siria aparece cada día más complicada , desde París, el embajador de Rusia, principal aliado de Damasco, dijo ayer que el presidente Bashar al-Assad estaría dispuesto a dimitir en «forma civilizada».

Aunque la televisión estatal siria calificó luego de «totalmente infundada» esa versión, dos días después del asesinato de gran parte de la cúpula de seguridad, el régimen que gobierna el país desde 1970 parece vivir su etapa final.

PARIS.- Mientras la situación militar y diplomática de Siria aparece cada día más complicada , desde París, el embajador de Rusia, principal aliado de Damasco, dijo ayer que el presidente Bashar al-Assad estaría dispuesto a dimitir en «forma civilizada».

Aunque la televisión estatal siria calificó luego de «totalmente infundada» esa versión, dos días después del asesinato de gran parte de la cúpula de seguridad, el régimen que gobierna el país desde 1970 parece vivir su etapa final.

«Personalmente creo que será difícil para Al-Assad permanecer en el cargo considerando todo lo que ocurrió», dijo el embajador ruso, Alexander Orlov, en una entrevista con Radio France Internationale.

Orlov estimó que tanto el acuerdo firmado por Al-Assad en Ginebra hace un mes y medio para la transición hacia un régimen más democrático, como la decisión de nombrar un representante para negociar la transición significaban que el presidente está preparado para ceder el poder. «Acepta marcharse, pero de forma civilizada», aclaró Orlov.

La caótica situación que se vive en territorio sirio parece confirmar la urgencia de hallar una salida a la crisis.

Entre el jueves y ayer, unas 30.000 personas escaparon de Siria hacia el Líbano, estimó ayer el Alto Comisario de la ONU para los Refugiados (Acnur), António Guterres.

Mientras tanto, en la capital, Damasco, los enfrentamientos continuaban ayer por sexto día consecutivo.

Los rebeldes incendiaron unas barracas militares que, según fuentes de la oposición, eran usadas como campo de entrenamiento para la milicia shabiha , leal a Al-Assad, después de un asedio de dos días, dijo un testigo.

«Las barracas de Saiqa están en llamas. Unos 80 efectivos shabiha y del ejército que la estaban defendiendo se retiraron», dijo Abu Ilizz, residente de un distrito adyacente al edificio del Consejo de Ministros, por teléfono.

Además, un cuarto miembro del círculo íntimo de Al-Assad, el jefe de Inteligencia, Hisham Bekhtyar, murió ayer por las heridas sufridas el miércoles en el atentado perpetrado por los rebeldes sirios en el edificio de la Seguridad Nacional.

Militantes opositores de otros lugares de Siria llegaron a la capital para lo que dijeron es la «batalla final» por Damasco.

«El régimen está atravesando sus últimos días», dijo Abdelbasset Seida, líder del principal grupo opositor, el Consejo Nacional Sirio, en Roma, y predijo una posible escalada de la violencia.
Ofensiva oficial

En tanto, las fuerzas del gobierno también continuaron con su ofensiva. Por lo menos tres personas murieron cuando helicópteros del ejército sirio dispararon misiles en el barrio sureño de Saida Zeinab, según dijeron activistas de la oposición.

La televisión estatal informó que fuerzas del gobierno habían despejado el distrito central de Midan de «mercenarios y terroristas». Activistas opositores y fuentes rebeldes confirmaron que se habían retirado después de quedar bajo fuertes bombardeos.

«Es una retirada táctica. Aún estamos en Damasco», dijo Abu Omar, un comandante rebelde, por teléfono.

Sumándose a la sensación de crisis, la electricidad en muchas zonas de Damasco se había cortado ayer mientras la temperatura alcanzaba los 40 grados.

Residentes del centro de Damasco dijeron que las tiendas estaban cerradas, las calles vacías, y sólo unas pocas personas se animaban a salir.

En el plano diplomático, la situación parece haber quedado trabada indefinidamente, luego de que en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, China y Rusia volvieron a bloquear anteayer por tercera vez la aplicación de sanciones contra el régimen sirio.

En tanto, el Consejo de Seguridad sí llegó ayer a un acuerdo para extender durante «un período final de 30 días», la Misión de Observación de la ONU (Unsmis). Este grupo de 300 observadores militares no armados y un centenar de civiles buscan infructuosamente la aplicación del plan de paz aprobado por la ONU.
LOS PLANES DE EVACUACIÓN

Ante la escalada de violencia en Siria, que golpeó con fuerza a Damasco esta semana y aterroriza a la población, algunos países de América latina iniciaron las acciones para evacuar a los miles de ciudadanos de la región que viven en ese país.

La Embajada argentina, por ahora, no evacuó a todos los ciudadanos nacionales que residen en Siria, unos 190, pero el embajador argentino en ese país, Roberto Ahuad, confirmó ayer a La Nacion que no descarta poner en práctica un plan de evacuación masiva.

Ahuad tampoco descartó el cierre de la delegación diplomática argentina. «Es una posibilidad cierta si la situación sigue empeorando», reconoció.

«No descartamos una evacuación masiva porque la situación es de alerta máxima. Desde hace cinco días, que Damasco está muy peligroso», dijo Ahuad. De los cerca de 260 ciudadanos argentinos que residían en Siria hasta hace poco, unos 60 ya se fueron, mientras que de los 190 que quedan, 81 quieren abandonar el país, precisó el embajador.

Por ahora, Brasil es el único país de América latina que ordenó la salida temporal de su personal diplomático, que será trasladado a Beirut. La embajada, que permanecerá abierta por el momento, quedará a cargo de un funcionario consular. Además, el gobierno tiene un plan de evacuación preparado para los cerca de 3000 brasileños residentes en Siria.

En tanto, el gobierno de Chile les pidió a sus 158 ciudadanos en Siria abandonar el país, y ya tiene preparado un plan de evacuación hacia la frontera con el Líbano.

Agencias Reuters y AP .

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