Solidaridad con los trabajadores de Ferrominera y Bauxilum
Venezuela es otra, es una donde la clase obrera está marcando el paso con un crecimiento sostenido de su capacidad de lucha, y Guayana, desde los tiempos de la nacionalización de SIDOR, es una de sus vanguardias de mayor consistencia, tan solo igualada o superada por los obreros petroleros en su justa lucha por las elecciones a la Federación y su contrato colectivo.
Venezuela es otra, es una donde la clase obrera está marcando el paso con un crecimiento sostenido de su capacidad de lucha, y Guayana, desde los tiempos de la nacionalización de SIDOR, es una de sus vanguardias de mayor consistencia, tan solo igualada o superada por los obreros petroleros en su justa lucha por las elecciones a la Federación y su contrato colectivo.
Después del triunfo de la nacionalización de SIDOR, conducida en sus momentos finales por una vanguardia surgida al calor de la discusión del contrato colectivo, organizada en el Comité de Conflicto, se presentó la lucha de los tercerizados por el pago de una bonificación prometida y su ingreso como personal fijo que fue impedido por la gerencia de SIDOR y de la CVG y las direcciones sindicales de izquierda y bolivarianas de la zona, bajo la mentira de que ahora (2008) entraban algunos y el año que siguiente el resto, apenas SIDOR los pudiese absorber. Esta posición se asumía a conciencia de que la crisis capitalista apenas comenzaba y que sus efectos se verían reflejados en las actividades productivas de SIDOR y de todas las empresas de Guayana.
A la lucha de los trabajadores tercerizados le ha seguido el combate de los trabajadores de las empresas del aluminio (ALCASA, VENALUM, BAUXILUM y CARBONORCA). Durante esta lucha se produjeron roces entre los sectores sindicales que tratan de encauzar el descontento obrero por la violación continua y creciente de la contratación colectiva y aquellos que quieren impedir a toda costa cualquier tipo de movilizaciones, bajo acusaciones de guarimberos contra los dirigentes y trabajadores en lucha.
Y no ha terminado la efervescencia de los trabajadores del aluminio que en el mes de julio ocuparon las calles de Puerto Ordaz, cuando este mismo mes, desde SIDOR vuelven a sonar los tambores de guerra ya sea en protesta por la inseguridad industrial que cobra la vida de nuevos trabajadores o por la negativa de la empresa a reconocer deudas de los trabajadores clase “B”. Las calles de Puerto Ordaz se llenaron de obreros curtidos en los altos hornos y en cada departamento sidorista.
Y en una continuidad no vista bajo la V República, en estos últimos días de la primera quincena y ya buena parte de la segunda del mes de agosto, son los trabajadores de FERROMINERA, de allá en las minas donde se extrae el hierro en bruto, quienes paralizan la extracción del mismo y un alto porcentaje de los trenes que movilizan el mineral hacia los puntos de procesamiento, ante la actitud de la gerencia de FMO de ni siquiera responde a los planteamientos de los trabajadores sobre los pasivos laborales. La calles se vuelven a llenar de trabajadores y nuevamente hay sectores sindicales que olvidando su puesto de dirigentes de organizaciones laborales, se cuadran con el gobierno al condenar a los trabajadores como guarimberos, cuando lo que se expresa es la toma de conciencia proletaria de que los derechos se conquistan peleando y no con acciones de gestoría social o de contemplación a discursos cada vez más vacíos de parte de los responsables del gobierno.
Protestas valederas más cuando la crisis capitalista sigue arremetiendo contra nuestra economía y los planes del gobierno están muy lejos de ser pro trabajadores, tal y como lo muestra el documento “Plan Socialista Guayana 2019 (Al, Fe) Período 2009 – 2 012” en el cual se planteó de manera clara la eliminación de los sindicatos por ser instrumentos de lucha (punto 3, numeral 6), idea que se viene aplicando en otras empresas como la ensambladora de celulares Vtelca en el estado Falcón y todo con la idea de enganchar a los trabajadores a elevar la productividad (explotación) en peores condiciones de trabajo y remuneración.
La lucha de los trabajadores en Guayana no se ha limitado a las empresas del acero y el aluminio sino que se han extendido a otras como la recién nacionalizada MATESI y a trabajadores de la Pepsi –Cola, de los Casinos y Bingos, a los trabajadores de la emergencia 171, obreros de la educación, de la salud, los trabajadores de EDELCA, BAUXILUM entre otras. Desde hace meses la clase obrera no le da descanso a los empresarios privados y al principal patrono: el público.
las contradicciones en el seno del gobierno
Para los trabajadores y el pueblo de Guayana, está claro que en las alturas del poder (gobernación – CVG) existe una pugnacidad abierta por controlar las palancas de la economía de la zona, que tienen incidencia nacional. La pelea entre el gobernador Rangel Gómez y el presidente de la CVG es inocultable. Cada uno busca apoyarse en uno u otro sector gubernamental u obrero, cada uno busca desprestigiar al otro, para así lograr los puntos necesarios ante el presidente Chávez, para mantener sus espacios de poder burocrático.
El nombramiento de la nueva Junta directiva de la nacionalizada SIDOR integrada por Diosdado Cabello, Jesse Chacón, Érika Farías, Yubiri Ortega, Ángel Núñez (gerente principal de Pdv Industrial), Guillermo Arellano (Bariven), además de Sanz y Álvarez, no significa ni que las contradicciones interburocráticas se hayan superado, ni que los problemas de los trabajadores serán resueltas como es debido.
Estas contradicciones también las vemos en el resto del país, he allí el reciente enfrentamiento entre los concejales “henrystas” y “reyistas” en la alcaldía de Iribarren del estado Lara y donde no son los intereses del pueblo trabajador los que están en juego, sino los de grupos burocráticos en pelea por puestos privilegiados. Todo esto sucede ante la ausencia de una dirección política revolucionaria con incidencia de masas que imponga los intereses de los trabajadores y el pueblo. Ante esta ausencia la burocracia roja rojita aún se mueve con cierta holgura, aunque sabe que los espacios se le acortan ante el fortalecimiento de las luchas obreras reivindicativas y otras que la llegan a traspasar esta frontera.
La clases más alláde los reivindicativo
Ya, cuando las luchas por el contrato colectivo de SIDOR, los trabajadores dejaban expresar su posición de rechazo a la patronal Techint y su deseo de nacionalización, planteamiento que no fue canalizado por ninguna de las corrientes bolivarianas y revolucionarias tradicionales de la zona. En otras luchas como la toma de Matesi contra el cambio arbitrario del horario de trabajo y su dirección sindical si expresaron la necesidad de la nacionalización bajo control obrero y la de los trabajadores de Cerámicas Carabobo DR, donde los trabajadores desde un comienzo hablaron y plantearon la expropiación de la empresa bajo control obrero.
Recientemente en las mesas de trabajo que se instalaron para discutir el documento “Plan Socialista Guayana 2019 (Al, Fe) Período 2009 – 2 012”, aunque los invitados fueron seleccionados solo entre militantes del PSUV, las propuestas más grotescas por antiobreras y antisindicales, como el de la eliminación de los sindicatos, no pasaron la prueba de fuego y el concepto de control obrero allí contenido, también fue criticado, pues lo que realmente se pretende desde el seno del gobierno es usar a los trabajadores para que aumenten su propia explotación, pero ahora con ideas surgidas de ellos mismos, todo al viejo estilo de los Círculos de Calidad Total capitalistas, que se desarrollaron como modelo de producción durante la década de los 80 y 90 del siglo pasado en nuestro país.
Cerradas las “mesas” del “Plan Socialista Guayana 2019” desde el seno de los trabajadores siguen surgiendo ideas y discusiones en torno a la aplicación del control obrero de la producción, pero no solo como un paso para sacar a las empresas del marasmo en que han sido sumidas por los gobiernos de la IV y de la propia V República, sino como una experiencia de mostrar que los trabajadores son capaces de dirigir cualquier empresa, incluyendo la designación de los más altos cargos de las mismas.
Desde nuestro modesta opinión, una de las debilidades de la discusión sobre el control obrero, es que no se visualiza que dicho mecanismo aislado del conjunto de la economía nacional, no se puede mantener, pues el capitalismo presionaría hasta voltearlo completamente; no se ha planteado en esas discusiones de que es necesario vincular la recuperación de las empresas básicas, a todo un cambio en la gerencia de la CVG y de la Corporación del Hierro que tiene que sufrir también los efectos de un estricto control obrero y más allá, en las propias relaciones de producción capitalistas en el país, lo que implica la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía, incluyendo el sistema bancario y el comercio exterior y la aplicación de un control pleno de los sueldos e ingresos de la alta gerencia y todos los funcionarios públicos, igualándolos a no más de 3 salarios mínimos, de lo contrario, la experiencia de control obrero, tenderá a convertirse en un mecanismo de autoexplotación inmisericorde de la clase, teniendo a los trabajadores como la productora de las ideas para que este hecho se suceda.
Las tareas
El papel que vienen jugando los trabajadores de Guayana hoy día es de primer orden. Ayudar a preservar y aumentar su capacidad de respuesta ante la posición de las gerencias de las empresas es una necesidad perentoria para los sectores revolucionarios que militamos y no militan en el PSUV. El peso específico del proletariado guayanés por su concentración es el más importante del país y ello lo saben los enemigos de la revolución de allí que hayan tomado especial interés en la zona desde hace ya, más de un año.
Debatir con aquellos sectores políticos y sindicales dirigentes y de base que no entienden cuales son las estrategias patronales en la zona y que están expresadas en el PLAN Guayana 2019 con toda su carga antisindical y antiobrera, que no ha desaparecido por el simple hecho de que no haya pasado en las discusiones dadas en las mesas de trabajo que se desarrollaron hace tan solo unas semanas en Puerto Ordaz, como parte del proceso de clarificación político ideológica que tiene que darse para poder unificar al movimiento obrero a fin de alcanzar nuevas victorias.
El apoyo a los trabajadores de Ferrominera del Orinoco en estos momentos es un deber ineludible de todos los sectores bolivarianos que tenemos como norte la derrota de las ideas políticas y sindicales del Plan Socialista Guayana 2019 y la conquista de una verdadera revolución socialista, donde los intereses de los trabajadores, que son los de la mayoría del pueblo están por encima de los intereses de la burguesía tradicional, de la roja rojita y de los burócratas que la defienden.
Este apoyo tiene que darse con una militancia activa ayudando a construir la necesaria solidaridad entre todos los sectores obreros de la región y del país que ayude a obtener hoy el triunfo de esta pelea y mañana la que el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque, adelantó aunque sin precisar detalles a principios de agosto al decir «A ajustarse el cinturón, que lo que viene es tormenta», que implica nuevas medidas económicas que van a golpear por lo menos el ya disminuido poder adquisitivo de nuestros sueldos y salarios y la estabilidad en los puestos de trabajo.
En Guayana se impone hoy construir un espacio organizativo sea una intersindical de solidaridad con los trabajadores de Ferrominera y Bauxilum o un Comité de Solidaridad que cumpla ese papel. El apostamiento de la Guardia Nacional Bolivariana en el seno del conflicto de Ferrominera para romper el conflicto es un hecho que tiene que ser respondido con la organización y movilización de toda la clase de Guayana y de Venezuela, empezando por los batallones de vanguardia de los trabajadores y el pueblo.
Profundizar la discusión sobre el papel de los trabajadores en las empresas en manos del estado en Guayana y de la defensa los intereses legales y contractuales como un todo integrado, frente a la crisis capitalista, es una tarea de primer orden, donde los socialistas revolucionarios tenemos que jugar un papel activo para contribuir a la unidad de toda la clase obrera desde cada departamento en las empresas y centros de trabajo, empujando para que las organizaciones sindicales se conviertan en instrumentos de combate proletario y de independencia política frente a las políticas económicas que no nos favorezcan y que busquen hacernos pagar la crisis económica capitalista de la cual no tenemos ninguna responsabilidad.
Por la defensa de los intereses reivindicativos de los trabajadores de FMO y de toda Guayana.
Fuera la GNB del conflicto de FERROMINERA.
Por el impulso de un verdadero control obrero de la producción en las empresas.
Por el fortalecimiento de la unidad de la clase obrera y sus organizaciones sindicales, frente a la crisis capitalista y los ataques de la burocracia roja.
ORGANIZAR LA SOLIDARIDAD MILITANTE CON LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE FERROMINERA