¡Solidaridad internacional con la lucha del pueblo iraní!
Declaración de la UIT-CI
¡Solidaridad internacional con la lucha del pueblo iraní!
En Irán se han producido movilizaciones populares de millones de personas que han salido a la calle, en especial en su capital Teherán, para repudiar el fraude electoral y reclamar elecciones libres y democráticas. Millones enfrentan la salvaje represión del gobierno de Ahmadinejad, que ya he dejado decenas de muertes, centenares de heridos y detenidos.
Declaración de la UIT-CI
¡Solidaridad internacional con la lucha del pueblo iraní!
En Irán se han producido movilizaciones populares de millones de personas que han salido a la calle, en especial en su capital Teherán, para repudiar el fraude electoral y reclamar elecciones libres y democráticas. Millones enfrentan la salvaje represión del gobierno de Ahmadinejad, que ya he dejado decenas de muertes, centenares de heridos y detenidos.
Los socialistas revolucionarios llamamos a los pueblos del mundo a solidarizarce con el pueblo iraní en las calles y a repudiar la represión asesina del gobierno y del régimen de Irán. Puede llamar a confusión el hecho de que el gobierno iraní y su líder Ahmadinejad aparece mundialmente denunciando al imperialismo yanqui e inglés y que las movilizaciones serían instrumentadas por la “CIA”.
El imperialismo quiere abrogarse la conducción de las poderosas movilizaciones de millones de iraníes que reclaman respeto al voto del pueblo, el cual ha sido violentado por el gobierno iraní, en un escandaloso fraude. El cual ha sido reconocido hasta por las autoridades electorales cuando ha dicho que al menos en el 25% de los circuitos, los votos contabilizados superan la cantidad de votantes. Esto es parte de la campaña que, desde tiempo atrás, el imperialismo viene adelantando para quebrantar la independencia y la soberanía de Irán. Desde ya rechazamos cualquier intento de ingerencia del imperialismo y del sionismo en Irán. Ni Obama ni ningún gobierno imperialista, pueden atribuirse el papel de paladines de las libertades democráticas cuando son la cabeza de cuanto ataque a las soberanías de los pueblos se ha producido en el mundo.
Pero rechazamos la falsa interpretación del gobierno iraní, como del gobierno venezolano de Hugo Chávez, de que millones de personas salgan a la calle instrumentados por “ la CIA o el imperialismo”. Esto es falso. Con estas argumentaciones se pretende tapar la realidad de que más de dos millones de jóvenes, mujeres, trabajadores y otros sectores populares han salido a reclamar por elecciones limpias y contra la represión. Hacen recordar a las viejas acusaciones del estalinismo cuando los pueblos reclamaban y eran ahogados con los tanques rusos con el argumento de “un complot de la CIA ”. Otra cosa es que el imperialismo y el sionismo quieran aprovechar en “río revuelto” para llevar agua a su molino. Pero, en última instancia, es responsabilidad del gobierno y del régimen islámico iraní, que esto pueda ser aprovechando por el imperialismo y sus adeptos en Irán, cuando bajo sus discursos “antiimperialistas” no permiten que sus pueblos se expresen libremente y reclamen por sus derechos políticos o sindicales.
Una movilización popular-revolucionaria
Los socialistas revolucionarios que, aunque nunca hemos dado apoyo político al gobierno de Ahmadinejad, siempre hemos repudiado toda amenaza política y militar imperialista contra Irán, ahora llamamos a la solidaridad internacionalista con la movilización popular contra el gobierno de Ahmadinejad y su represión asesina.
En Irán se está produciendo una movilización revolucionaria, con objetivos democráticos: contra el fraude en las elecciones presidenciales del 15 de junio y por elecciones democráticas. Es una movilización progresiva, más allá de que tenga una conducción política burguesa ( el candidato Mousavi), porque va contra un régimen y un gobierno burgués, que viene atacando las reivindicaciones de las masas y sus libertades para movilizar o peticionar, tanto sindical como estudiantil. Sin dar ningún apoyo político a la dirección de Mousavi, debemos estar del lado de los manifestantes contra el gobierno de Ahamadinejad que reprime y prohibe las manifestaciones y amenaza, junto al ayatollah Jamemei, con un “baño de sangre”.
Irán muestra el fracaso de los gobiernos nacionalistas burgueses
Por primera vez, a los 30 años del triunfo de la revolución islámica, se produce la mayor movilización de masas desde la caída del Sha en 1979. El fraude electoral y la prohibición de movilizarse, no hicieron más que canalizar el descontento de millones que ya venía de antes, que se venían expresando en huelgas, malestar por desempleo, caída del salario, reclamos estudiantiles universitarios y reclamo de libertades de las mujeres.
Se ha puesto de evidencia el fracaso del proyecto capitalista “independiente” del movimiento islámico shiita iraní. Como antes fracasaron, como “modelo independiente y de igualdad social”, el nasserismo, el peronismo y el PRI mexicano. Fracasaron como solución para los pueblos porque han sido y son regímenes y gobiernos que no salen de los marcos del capitalismo y que terminan enfrentado a los trabajadores y a sus pueblos con planes de ajuste., apoyan a burocracia sindicales, no aceptan la autonomía sindical respecto del estado y las patronales.. Similar, por ejemplo, al gobierno de Chávez en Venezuela o de Evo Morales en Bolivia.
En Irán, la revolución de 1979, derribó el régimen pro yanqui del Sha Paveli. Desde entonces se impuso un régimen nacionalista burgués, encabezado por el ayatollah Jomeini y los religiosos islámicos shíitas, ligados a la burguesía comercial del Bazaar que rompe relaciones con EE.UU e Israel, cosa que se mantiene hasta hoy. Irán se transforma así en un país independiente de las órdenes políticas del imperialismo, pero en los marcos del capitalismo.
Las masas y el movimiento obrero tuvieron un rol protagónico en esa revolución. En el proceso surgieron consejos o shoras obreros. Pero en pocos años el régimen burgués de los ayatollah fue liquidando muchas conquistas democráticas y sociales. Se devolvieron las tierras a los terratenientes, se disolvieron los consejos obreros imponiendo consejos obreros “islámicos” digitados por el gobierno. No hay derecho a la organización estudiantil y sindical independiente y están prohidas las huelgas en el sector público.. Desde entonces este régimen autoritario se ha mantenido con las riendas del poder en Irán. A su cabeza está el jefe religioso de los shiitas, desde 1989 a la muerte del ayatollah Jomeini, ese lugar lo ocupa el ayatollah Jamenei. El poder autoritario se muestra también en el hecho de que Jameini designa y controla directamente al jefe de las Fuerzas Armadas, al jefe de Radio y Televisión, al jefe del poder Judicial y al jefe del Consejo de Discernimiento. A su vez domina el Consejo de Guardianes de la Revolución. Por votación son elegidos el Presidente y el Parlamento. Lo que han variado desde 1979 han sido los gobiernos, en donde se han ido sucediendo distintas alas del movimiento islámico iraní. Por ejemplo, los hoy opositores han sido parte del régimen. Mousavi, fue primer ministro del 81 al 89, bajo Jomeini, y su actual aliado Rafsaniani fue presidente en los 90.
El malestar social y las privatizaciones de Ahmadinejab
Esta rebelión tuvo su caldo de cultivo en un profundo malestar social y político del movimiento de masas que viene de tiempo atrás, fruto de las políticas antiobreras y antipopulares del gobierno de Ahamadinejab. Ese malestar es el que se expresa en la composición social de las marchas en donde se mezcla la pequeño burguesía acomodada, con estudiantes, trabajadores y sectores populares.
Desde los años 90 hay un plan de privatizaciones que se ha profundizado con el actual gobierno. En ese plan han entrado empresas de telecomunicaciones, hierro, cobre, aluminio, acero, sectores del petróleo, petroquímica, gas, etc. Las inversiones extranjeras están integradas por capitales de Francia, Suecia, Noruega, China, Rusia, Japón y otros. La excepción son los capitales norteamericanos. Estas privatizaciones han ido dejando el tendal de miles de desocupados como la caída en el nivel salarial.
El ataque a los trabajadores y el pueblo se ha ido profundizando en medio de la crisis económica capitalista mundial. Tampoco en Irán hubo “desacople·”. En primer lugar, en Irán también hubo una ola especulativa de los bancos privados hacia los negocios inmobiliarios que terminó con estallido de la burbuja en mayo-junio del 2008 que dejó el tendal de ahorristas y una fuerte caída del valor de la viviendas con todas sus consecuencias sobre la clase media y la caída general del consumo. En segundo lugar, existe “desde setiembre de 2005 (al ritmo de las privatizaciones) una fuerte declinación del salario real de los grupos sociales más desfavorecidos y de la clase media”. En tercer lugar, la “inflación adoptó una vez más una pendiente ascendente, para situarse, oficialmente, en el 25% en 2008…y en más del 60% en el primer trimestre de 2009” y, por último, la desocupación es de alrededor del 15%. (Datos de Ramine Motamed-Nejad de Le Monde Diplomatique, junio de 2009).
A esto hay que sumarle la caída de los precios de petróleo, que han achicado la torta para repartir desde el estado y para los distintos sectores de la burguesía iraní. Tambièn en Irán quieren que la crisis la paguen los capitalistas.
Desde hace más de un año crecen los reclamos sociales, las huelgas (profesores, sector del transporte, trabajadores del azúcar, de neumáticos, entre otros), una huelga de los comerciantes del Gran Bazar de Teheran contra el aumento del Impuesto al valor Agregado(IVA) (octubre de 2008) y hubo una lucha universitaria importante a comienzos de este año. El gobierno respondió, en casi todos los casos, con represión.
Crisis económica y crisis en las alturas
Los efectos de la crisis económica capitalista y social ha profundizado la división burguesa existente en Irán, que se refleja en el choque de las distintas alas políticas del régimen islamismo iraní. El ala que detenta el poder, el ayatollah Jameini-Ahmadinejad, estaría ligado al sector que dirige “las empresas estatales, las fundaciones islámicas que controlan casi un tercio de la economía y los bazaris o mercados tradicionales”. El sector liderado por ex presidente Hashemi Tafsanjani, que apoya a Mousavi, estaría “más ligado al capital extranjero (bancos, exportadores, sectores del petróleo y la construcción)” (Datos Clarín, Argentina, 15-6-09). En el sector petróleo hay que tomar en cuenta que no hay capitales y empresas yanquis pero si de la UE , de Rusia y China, lo mismo que en la industria automotriz (Citroen, Peugeot, Renault, entre otras).
Por eso el ala de Mousavi expresaría más el intento de una mayor apertura negociadora hacia Occidente y una línea más moderada hacia Israel y EE.UU. Pero esto no significa que ya esta ala sea pro yanqui 100%, ya que, por ejemplo, sigue avalando el programa nuclear iraní, tan cuestionado por el imperialismo.
A su vez, el imperialismo yanqui está la expectativa, sin una intervención directa, fruto de su debilidad en Irán y en la región. Obama había lanzado una propuesta de salida negociada hacia Irán. Estaban en eso cuando se desató esa crisis. El imperialismo va incentivar una división en el régimen y su debilitamiento, para obligarlo a entrar en una negociación favorable a ellos y al sionismo. En ese sentido le convendría el triunfo del ala Mousavi. Pero también sabe que juega con fuego, y no puede estimular un proceso revolucionario que podría irse de las manos e incentivar otras revueltas populares en el ya convulsionado Medio Oriente.
Apoyemos la lucha del pueblo iraní
A pesar que momentáneamente las movilizaciones no tengan la fuerza de los primeros dias, se abrió un proceso donde hasta el poder del alto clero religioso de los ayatollah, fue confrontado con masas en la calle. Esto no había ocurrido desde la revolución de 1979.
Se ha producido una genuina movilización democrática, que tiene a la cabeza una dirección burguesa islámica que puede llevarla, de triunfar, hacia una negociación con el imperialismo yanqui. Por eso no damos ningún apoyo político a la dirección que encabeza Mousavi, sino a la movilización y a sus reivindicaciones democráticas contra el gobierno de Ahmadinejad. No a la ingerencia imperialista y sionista en la crisis, No un pacto con el imperialismo y apoyo incondicional a la lucha del pueblo palestino.
Sabemos que, por ahora, la ausencia de dirección revolucionaria, es un claro obstáculo para que los trabajadores aprovechen el proceso para ir hacia la verdadera solución que sería el triunfo de una revolución obrera y popular que terminara con el régimen autoritario de los clérigos shíistas y con el estado burgués iraní y avanzara hacia un Irán Socialista.
Pero existe un proceso abierto de movilización popular que puede contribuir en avanzar en esa tarea. La experiencia de la revolución de 1979, con la huelga general y el surgimiento de los shoras (consejos) obreros puede volver a retomarse. Los trabajadores han intervenido en las movilizaciones. Los obreros de Khodro, la fábrica de automóviles más grande del país, salieron a la huelga de una hora por turno en apoyo a la movilización y reclamando aumento de salarios. Y está lanzada la idea de una posible huelga general. Apoyemos la organización de los trabajadores, la juventud, el pueblo pobre para dar una salida de fondo, que garantice democracia para el pueblo, reestatizar bajo el control obrero las empresas privatizadas, independencia nacional, control obrero y popular de la economía. y que eso se logrará en si los trabajadores están en el poder, en un Irán Socialista
En ese camino llamamos a las organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, democráticas, antiimperialistas y de izquierda del mundo a apoyar la movilización popular, de los jóvenes, mujeres, trabajadores y demás sectores populares para derrotar el fraude, parar la represión y llegar a elecciones libres y democráticas.
Los socialistas revolucionários organizados en la UIT-CI consideramos que seria necesario una Asamblea Constituyente libre y soberana para debatir y resolver sobre todo: las privatizaciones, el manejo del petróleo, que se vayan las multinacionales, acabar con la corrupción, por el salario, la libertad y autonomía sindical, el derecho de las mujeres y la juventud, la necesidad de un estado laico con separacion de la iglesia y el estado, que plan y sistema económico debería regir ante la crisis, en ese marco los trabajadores deberían defender la necesidad de una República Socialista
Pero la lucha debe ir más allá porque está planteada la batalla por una verdadera ruptura con el imperialismo y con los planes de privatizaciones y de ajuste capitalista. La batalla por lograr una verdadera independencia nacional. Existe el peligro de que el imperialismo yanqui aproveche esta situación. Por eso la tarea es apoyar la movilización desde una política independiente y desde la perspectiva de los trabajadores, la juventud y el pueblo iraní por una salida de fondo.
UIT-CI (Unidad Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional)
28 de junio de 2009