24 abril, 2025

Tengo derecho a disentir

Durante el cuarto trimestre del año 2008, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), realizó una encuesta que muy gentilmente me hizo llegar un funcionario del ese Instituto y en cuyo contenido se h

Durante el cuarto trimestre del año 2008, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), realizó una encuesta que muy gentilmente me hizo llegar un funcionario del ese Instituto y en cuyo contenido se hacía un análisis, en mi opinión, algo sesgado y sin explicación razonable. La encuesta se refería al uso de los servicios de salud en Venezuela, tomándose como base una población de usuarios de 22.553.000 personas que utilizan los servicios públicos (81,8%), contra 18,2% que utilizan los servicios médicos privados.

En uno de los cuadros, puede verse, claramente, que, la cantidad de personas que utilizan los servicios médicos de los Centros Ambulatorios Tradicionales (29%), es muy similar al de los Ambulatorios de Barrio Adentro (33%); por otro lado, el porcentaje de pacientes que utiliza los Hospitales Públicos es de 38%.

Cuando observamos la asignación presupuestaria, incluido un reajuste realizado en abril del 2009, nos llena de asombro que, el presupuesto asignado para los Ambulatorios de Barrio Adentro es casi 8 veces el de los Ambulatorios Tradicionales y más de 17 veces del presupuesto asignado a los Hospitales Públicos, quedando un promedio de inversión anual por usuario de, 84,77 Bs.F para Barrio Adentro; 12,53 Bs.F para los Ambulatorios Tradicionales y 4,24 Bs.F para los Hospitales Públicos. Las cifras han sido tomadas textualmente del trabajo investigativo realizado por el INE y que demuestran una aberración administrativa del Ministerio de Salud, por cuanto, en la práctica, los Ambulatorios de Barrio Adentro no tienen actividad resolutiva, sino, la realización de algunos exámenes especializados como TAC y RMN, Ecografía, Mamografía, Salas de Medicina Física y Rehabilitación, así como exámenes de Laboratorio que, es bueno recordar, se realizan con nomenclatura totalmente diferente a la utilizada, durante décadas, por los Médicos y personal venezolano y a la cual no estamos acostumbrados; mientras los Ambulatorios Tradicionales y los Hospitales Públicos deben resolver prácticamente todo, en especial los casos quirúrgicos.

Este último tema, es decir, el quirúrgico, tiene una particular importancia, sobre todo, en estos momentos en que nuestros Hospitales carecen de medicinas, material médico-quirúrgico y materiales como ropa quirúrgica, esenciales para realizar una cirugía.; por otro lado existen los equipos dañados, incluyendo los de alta tecnología, porque no se presupuestó un sistema de mantenimiento para ellos. Este tipo de actividad asistencial es la que más recursos consume, pero, parece que ese detalle no lo maneja la gente que se encarga de los presupuestos.

A manera de anécdota, en el Hospital Central de Maturín, llegó un paciente traumatizado, con una herida amplia en el cuero cabelludo, traído por la Policía local; el Residente de guardia le explica al Agente que, no hay guantes ni gasa para realizar la sutura y que sería prudente trasladarlo a un CDI para que sea atendido. Al rato llega el Agente con el paciente, 4 pares de guantes y unos paquetes de gasa para que sea suturado en el Hospital Central. Es increíble que, el paciente estuviera de allá para acá sangrando en todo ese tiempo y no fuera suturado en el CDI. La anécdota sirve para ilustrar un poco lo que hemos venido sosteniendo en cuanto a la actividad resolutiva de estos Ambulatorios de Barrio Adentro. La actividad quirúrgica en ese tipo de Centros, sencillamente, no existe y, lo resaltante, es que disponen de los materiales para tal fin.

Durante estos últimos 10 años, pese a haber contado, en su momento, con grandes recursos económicos, lamentablemente la gerencia, de este sector tan importante de la sociedad, no tuvo la capacidad de acabar radicalmente con un mal que venimos arrastrando desde hace muchos años.

En el Estado Monagas, por ejemplo, la genialidad gubernamental ha hecho desfilar Técnicos en Enfermería como Directores de Hospital y de Emergencia tipo IV; actualmente, un Licenciado en Recursos Humanos es el Director de Salud; es decir, sin restarle méritos a su profesión, se trata de un personal sin la capacitación adecuada para estos cargos; Por su parte, la Gobernación de Monagas, destina una miserable suma de su presupuesto para salud del Estado si se compara con la escandalosa cifra que utiliza para publicidad, la diferencia es como para caerse hacia atrás como Condorito.

En estos momentos, la Unidad de Cuidados Intensivos que apenas cuenta con cuatro camas de adultos para todo el Estado, no está recibiendo pacientes por la falta de insumos; la cirugías electivas están paralizadas por la misma razón y, además, por daño en los equipos de aire acondicionado; para realizar las cirugías de emergencias, los familiares de los pacientes, tienen que comprar el material médico-quirúrgico, incluyendo la ropa quirúrgica y, posteriormente, las medicinas que recibirá el enfermo. Todo esto, siquiera es comparable a la situación que puedan vivir los países más pobres del planeta. Si ese es el precio que debe pagar la población para la caprichosa implementación de un Sistema Nacional de Salud regido por Barrio Adentro, entonces bajemos la santamaría y que se haga la voluntad divina. Esto, definitivamente, no es revolución.

Si sumamos esta realidad a la del grave problema de la energía eléctrica, el agua potable y la delincuencia desatada en el Estado, entonces podemos decir que estamos muy mal. Un Gobernador que utiliza su posición para crear mafias en todos los terrenos, sobre todo en el de la información, adquiriendo, supuestamente, a través de testaferros, emisoras de radio y periódicos, así como una supuesta influencia de dominio sobre la gran mayoría de los medios locales y, se dice, no me consta, que, sus garras llegan hasta el Poder Judicial y la Fiscalía, no permitiendo la disidencia ni las críticas y, al contrario, utilizar el recurso de la intimidación con el Poder que ostenta.

Nadie sabe el destino de 120 millones de dólares, entregados por el Presidente Chávez en un Aló Presidente (N°238), realizado en Maturín el 30/10/2005 y que, supuestamente, según el proyecto presentado por el propio actual Gobernador, en ese momento, eran para la fabricación de 10 subestaciones eléctricas que resolverían definitivamente el problema de la energía eléctrica en Monagas, un mal que nos agobia, literalmente, todos los días con sus noches.

Nada se sabe o se informa sobre los ajusticiamientos practicados en Monagas en los cuales, supuestamente, tendría responsabilidad el actual Gobernador, mientras el hampa desbordada azota a todos los estratos de la sociedad monaguense. En medio de todo este drama, muy probablemente, por el control y la mordaza aplicada a los medios locales, ningún titular de prensa refleja la realidad de lo que realmente acontece.

Algo curioso ocurre con la gente que utiliza los Servicios Hospitalarios que, no son capaces de reclamar la debida atención de sus enfermos, aún, conociendo la grave situación que atraviesa en Hospital. Este fenómeno tiene sus explicaciones, las cuales no voy a analizar en este momento, pero denota algún grado de alienación contra la cual hemos venido luchando desde tiempos inmemoriales. Los llamados Gerentes de la Salud en el Estado han convocado reuniones con el personal médico para transmitirles una cantaleta de estupideces, pensando, tal vez, que, como eunucos mentales, no nos damos cuenta de su ineptitud y de su ineficiencia como Gerentes. La situación puede tornarse muy grave y culminar en un paro del personal asistencial ante la incompetencia, ignorancia y torpeza de quienes dirigen la Salud.

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