25 abril, 2025

Teresa Forcades ¿una estafa?

El fastidioso público le pregunta a Teresa Forcades:

V – «¿qué hace una persona educada y supuestamente inteligente poniendo esa educación e inteligencia al servicio de la organización que, hoy por hoy, es la más siniestra y nociva a la humanidad?»

TF – «si yo creyera que la Iglesia católica hoy por hoy es la organización más siniestra y nociva de la humanidad no formaría parte de ella» contesta la monja que estudió teología en Harvard.

El fastidioso público le pregunta a Teresa Forcades:

V – «¿qué hace una persona educada y supuestamente inteligente poniendo esa educación e inteligencia al servicio de la organización que, hoy por hoy, es la más siniestra y nociva a la humanidad?»

TF – «si yo creyera que la Iglesia católica hoy por hoy es la organización más siniestra y nociva de la humanidad no formaría parte de ella» contesta la monja que estudió teología en Harvard.

V – «¿quién le pagó el viaje a Venezuela?» insiste el tabanito, aún a sabiendas de que a una dama no se le pregunta la edad ni quién le costea los gastos.

TF – «hasta donde yo entiendo, el encuentro de teología de la liberación en el cual estoy participando estos días en Caracas se está financiando con fondos públicos venezolanos a través del Ministerio del Poder Popular para la Cultura»

En dos preguntas confirmamos varias cosas. Una: que, como lo ha demostrado con creces nuestra inefable Maruja Tarre, en Harvard como que no enseñan mucho, pues eso de finalizar un Master en Divinitas y no enterarse de cuáles han sido las maldades que ha ido sembrado en el mundo la iglesia católica durante, por lo menos 17 siglos, es, por la medida chiquita, una grave falla de currículum. Otra: que la austeridad económica y la disminución del gasto suntuario no ha alcanzado ni alcanzará al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, ministerio al que, por lo visto, lo que le sobran son reservas internacionales con lo cual se dan el lujo de vivir en una sola invitadera de «oradores» desde allende las fronteras. Que no es que sea nueva esta abundancia monetaria en nuestro Ministerio para la Cultura (disculpen la omisión de Poder Popular), recuerden que hace poco se invirtieron no se cuántos cientos de miles de euros en un premio (¿cuánto cuesta el RG?), para repartir una cifra récord de por lo menos siete mil ejemplares de la premiada novela.

Pero volvamos a Teresa Forcades, monja que salta al estrellato internacional por su denuncias sobre la vacuna contra la influenza AH1N1. Yo, mujer de poca fe, me pregunto ¿es legítima Teresa Forcades? ¿o es una de esas valvulitas de escape con las que la iglesia católica deja liberar un poco de tensión y, con aparentes renovaciones internas, mantiene al rebaño arrullado en la fantasía de que sí, es posible reestructurar a la iglesia católica, ahora sí le vamos a ganar la partida a los jesuitas, a los opusos, a los legionarios de cristo, esta vez sí…? La derecha declarada y echada pa’lante ataca a Forcades porque es monja. Yo también: toda monja es, por definición, una estafa, una traición.

Es una estafa y una traición que una mujer educada, inteligente e instruida elija ser miembro de una organización siniestra, avalar con sus presencia a esa organización, representarla y utilizar toda oportunidad que se le presenta para catequizar, para alienar, para llevar agua al molino de esa iglesia. Es una estafa y una traición ver a esa monja volar a Caracas a predicar, en una institución pública y por el canal del Estado, sobre la «teología de la liberación» (que por ser teología mal puede liberar); hablar sobre una tal María de Nazareth, instrumento con el que los patriarcas y las matriarcas de la iglesia han sometido a la mujer; sobre un dios que supuestamente creo el mundo y por ello éste le pertenece; sobre una encíclica en la que Ratazinger supuestamente escribe ‘contra’ el Capitalismo y que es, como siempre, un intento de ponerle cara humana a ese terrible sistema. Yo hice las dos o tres preguntas que pude hacer, pero parece que otros no cumplieron con su parte. Otros se quedaron encandilados. Se comieron el cuento. Se dejaron estafar por los buenos modales y la diferenciación de las ce y las eses. Es que los peninsulares nos están metiendo el mismo cuento, con el mismo acento, desde 1492, ¡cómo cuesta deshacerse de los condicionamientos!!

Para que no nos coja desprevenidos, podríamos ir preparando las preguntas para la próxima gira de Teresa (¿cuándo será y quién lo pagará?). A mi me queda pendiente una muy simple: ¿Existirán nexos entre la iglesia católica y las transnacionales farmacéuticas? Raro que con tanta inversión que hace la iglesia en tanto negocio podrido, Teresa no haya descubierto ni un pequeño nexo entre estas dos grandes industrias: la de la salvación de almas y la de la salvación de cuerpos.

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