Tunez: Situación caótica, dos presidentes nombrados
Túnez: presidente del Parlamento asume las riendas del país
Redacción
BBC Mundo
Cientos de tropas del ejército patrullan la capital de Túnez.
Túnez: presidente del Parlamento asume las riendas del país
Redacción
BBC Mundo
Cientos de tropas del ejército patrullan la capital de Túnez.
El Consejo Constitucional de Túnez anunció que el portavoz del parlamento, Fouad Mebezza, tomará las riendas del gobierno como presidente interino, tras el vacío de poder que dejó el viernes el ex mandatario Zine al-Abidine Ben Ali al renunciar y huir del país.
En la capital, Túnez, se mantiene la tensión un día después de que una revuelta masiva tumbara al régimen que estuvo en el poder durante 23 años.
Por orden del primer ministro Mohammed Ghannouchi, quien asumió el poder poco después de la salida a Arabia Saudita de Ben Ali, las fuerzas de seguridad tomaron el control del centro de la capital con cientos de tropas patrullando en las calles.
A pesar de las medidas de emergencia, el ejército no ha podido aplacar las protestas en otras zonas, como en la localidad de Monastir donde se prendió fuego a una prisión, que causó la muerte a decenas de presos.
«Toda la prisión está en llamas, los muebles, los colchones, todo», le dijo a la agencia Reuters un testigo.
Incertudumbre sobre el poder
Por decisión del Consejo Constitucional, Mebezza asumió la presidencia.
Por otra parte, cientos de turistas y extranjeros se encuentran atrapados en el aeropuerto internacional Carthage a la espera de vuelos que los saquen del país.
El corresponsal de la BBC en la región, Wyre Davies, explicó que ahora el pueblo está a la espera de algún indicio que demuestre que la administración interina tiene intenciones de implementar cambios significativos en la economía y la política.
Davies señaló que no está claro quién está al mando del país, pues el viernes por la noche Ghannouchi asumió la presidencia interina, pero en la mañana de este sábado el Consejo Constitucional dijo que debería ser Mebezaa.
Hasta ahora ha habido pocas reacciones oficiales de los países vecinos sobre los sucesos.
La Liga Árabe hizo un llamado a las fuerzas políticas de Túnez para que se mantuvieran «juntas y unidas» en pro de la paz.
Sábado, 15 de enero de 2011
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Túnez: la revuelta en preguntas y respuestas
Redacción
BBC Mundo
Hasta hace poco, Túnez -un popular destino turístico gobernado con lo que los medios de prensa describen como «mano firme»- ha sido visto como un modelo de estabilidad y prosperidad relativas.
Sin embargo, desde diciembre pasado ese país del norte de África fue escenario de una ola de sangrientas protestas contra el desempleo, la carestía y la corrupción.
Y en una situación inédita para el mundo árabe, la movilización popular forzó la renuncia del presidente Zine al-Abidine Ben Ali, quien llevaba 23 años en el poder y era apenas el segundo mandatario desde la independencia de Francia en 1956.
¿Qué provocó los disturbios?
El 17 de diciembre Mohamed Bouazizi se prendió fuego cuando las autoridades de su ciudad le impidieron la venta de verduras en las calles de Sidi Bouzid sin permiso.
El acto desesperado por parte de ese joven sin empleo, de 26 años de edad, provocó una serie de protestas y enfrentamientos con la policía.
La respuesta de la policía parece haber exacerbado la ira popular.
Los demandantes reclamaban la creación de empleos en esa ciudad, que tiene una economía basada en la agricultura y se ubica en una de las regiones más pobres del país.
Estas manifestaciones se extendieron a otros lugares, ante lo cual el gobierno dijo que estaban siendo explotadas por la oposición.
Pero la violenta respuesta de las autoridades, con disparos por parte de la policía contra los manifestantes, parece haber exacerbado la ira y encendido más protestas.
Los disturbios fueron ampliamente vistos como el resultado de una profunda frustración con la clase gobernante y la supresión de las libertades políticas.
Los enfrentamientos se hicieron mucho más sangrientos el fin de semana del 8 al 9 de enero, y luego se extendieron a la capital y ciudad más poblada, Túnez.
Las autoridades dicen que 23 personas han muerto desde que comenzaron los disturbios, pero activistas de la oposición sostienen que la cifra de muertos es de al menos 60.
¿Se preveían estas protestas?
No, el malestar parece haber tomado por sorpresa a casi todo el mundo, incluido el gobierno.
Muchos observadores dicen que ocurrió una ruptura del «pacto tácito» que había existido desde que el presidente Zine al-Abidine Ben Alí llegó al poder en 1987.
A cambio de un crecimiento económico lento pero constante, la mayoría de los tunecinos había aceptado la restricción de los derechos políticos y la existencia de una élite acusada de corrupta.
Túnez en cifrasPoblación: 10.4 millones
Población de 15-24 años: 20%
Idiomas: árabe (oficial) y francés
Economía: agricultura, turismo, manufactura
Ingreso promedio: US$3.720
Desempleo: 14% (cifra oficial)
Fuentes: Naciones Unidas y Banco Mundial
Para los inversores extranjeros, Túnez ha sido un lugar seguro y una fuente de mano de obra barata.
Pero este modelo parece haber fracasado o tal vez siempre fue insostenible en el largo plazo.
Un gran número de graduados universitarios sin empleo, la frustración con la falta de libertades, los excesos de la clase dominante y la ira por la brutalidad de la policía parece que se unieron para dar inicio a una imparable ola de indignación pública.
Revelaciones el mes pasado del sitio en internet Wikileaks acerca de la corrupción dentro de la élite gobernante pudieron haber agravado el malestar, señalan analistas.
¿Cómo reaccionó el gobierno?
El entonces presidente Ben Ali inicialmente negó que la policía haya reaccionado de manera extrema y dijo que se estaba protegiendo la propiedad pública frente a un pequeño número de «terroristas».
Todas las universidades y escuelas fueron cerradas en un intento por mantener a los jóvenes en casa y fuera de las calles.
Pero, a continuación, el presidente pareció cambiar de rumbo y poco a poco su gobierno se desmoronó.
El 12 de enero despidió a su ministro del Interior y ordenó la liberación de todos los detenidos durante los disturbios. También creó una comisión especial para investigar la corrupción.
Hubo además una promesa para hacer frente a la raíz del problema mediante la creación de unos 300.000 puestos de trabajo.
Las fuerzas de seguridad adquirieron poderes para disparar a quienes desobedecieran sus órdenes.
Pero los disturbios continuaron y llegaron al centro de la capital el 13 de enero, a pesar de un toque de queda nocturno.
Ben Ali entonces se comprometió a frenar el aumento de precios de los alimentos, permitir la libertad de la prensa e Internet, y a «profundizar la democracia y revitalizar el pluralismo».
También dijo que, pese a lo que se esperaba, no iba a modificar la constitución para poder presentarse a las elecciones de 2014.
Al día siguiente, Ben Ali anunció que había despedido a su gobierno y llamó a nuevas elecciones parlamentarias en el plazo de seis meses, antes de declarar un Estado de Emergencia.
Un toque de queda se extendió en todo el país, las reuniones públicas de más de tres personas fueron prohibidas y las fuerzas de seguridad adquirieron poderes para disparar a cualquiera que desobedeciera sus órdenes.
Por último, se anunció que el presidente se retiraba del poder el cual había sido transferido al primer ministro, Mohammed Ghannouchi.
¿Qué podría suceder ahora?
Ghannouchi ha dicho que se va a «respetar la Constitución».
Pero queda por ver si esto será suficiente para satisfacer a los manifestantes.
Y la erupción del descontento popular en Túnez y en la vecina Argelia podrían extenderse más allá de las fronteras de esos dos países.
Magdi Abdelhadi, de la BBC, dice que las protestas «podrían tener una amplia repercusión y cambiar todo el orden poscolonial en el norte de África».