UIT-CI: ¡Solidaridad con la huelga general de los trabajadores bolivianos!
¡Solidaridad con la huelga general de los trabajadores bolivianos!
Saludamos la huelga general de los trabajadores bolivianos que ya lleva 8 días reclamando un aumento salarial acorde al aumento de los productos de la canasta familiar. El gobierno de Evo Morales ha decretado la ilegalidad de la huelga, ordenó reprimir con la policía, aplicar descuentos y multas a los huelguistas e incluso despidos.
¡Solidaridad con la huelga general de los trabajadores bolivianos!
Saludamos la huelga general de los trabajadores bolivianos que ya lleva 8 días reclamando un aumento salarial acorde al aumento de los productos de la canasta familiar. El gobierno de Evo Morales ha decretado la ilegalidad de la huelga, ordenó reprimir con la policía, aplicar descuentos y multas a los huelguistas e incluso despidos.
Un decreto oficial establece un aumento general del 10% que es considerado insuficiente por los huelguistas. En su “contrapropuesta” la dirección de la COB reclama el 15%, aunque esto no fue discutido con la base huelguista que aspira a un aumento salarial mayor.
El gobierno de Evo Morales viene aplicando una política económica cada vez más antipopular. En diciembre pretendió duplicar, llevando casi a 1 dólar, el precio de la gasolina, en un país cuyo salario mínimo es de 100 dólares. El llamado gasolinazo obedeció a una imposición de las transnacionales que siguen controlando la producción de hidrocarburos. Evo Morales no nacionalizó realmente los hidrocarburos, sino que aplicó un aumento de impuestos. Pero las empresas transnacionales, Petrobras, Repsol (española), Vintage (yanqui), Pluspetrol (argentino-holandesa), British Gas (británica), controlan totalmente la producción, fundamentalmente de gas, que destinan casi todo a la exportación sin industrializar. Estas empresas decidieron no prudicir gasolina y Bolivia debe importarla. Por eso, el aumento de las gasolinas en diciembre, fue una imposición de las transnacionales para que les resultara “rentable” producir gasolina.
Esta medida fue rechazada con una gigantesca movilización popular que incluso llegó a reclamar que renuncie el gobierno si no anulaba el decreto. El presidente Evo anuló el decreto en la noche del 31 de diciembre. Sin embargo, las consecuencias económicas fueron aumentos de los alimentos y muchos no bajaron. Estadísticas independientes y lo que comprueba el pueblo en los mercados indican que los alimentos aumentaron más del 30%, aunque el gobierno falsifica las estadísticas y dice que la inflación fue menos del 10%. El gobierno no tomó ninguna medida efectiva para controlar los precios. En Bolivia sigue habiendo una pobreza del 60% de la población, de los cuales la mitad tiene pobreza extrema. Sin embargo, una sola empresa minera, la Sumitomo, dueña de la mayor mina de zinc y plata de Bolivia y una de las mayores del mundo, exporta por 1.000 millones de dólares y paga 35 millones de impuestos.
Por eso, desde diciembre, el gobierno bajó su popularidad y recientes encuestas la ubican en un 30%.
La huelga cuenta con la simpatía de grandes sectores populares, aunque es parcial su cumplimiento ya que la COB no levantó demandas de otros sectores de trabajadores informales y campesinos.
Las luchas de los trabajadores, los campesinos, el pueblo y los indígenas bolivianos marcaron rumbos en Latinoamérica. Fue el país más saqueado y oprimidos, desde los tiempos coloniales hasta hoy. Su reclamo de la rebelión popular del 2003, la Agenda de Octubre, expulsión de las transnacionales con expropiación de sus bienes e industrialización de sus productos en el país, y expropiación de los latifundios para entregar la tierra a los campesinos e indígenas, no fue cumplido con el gobierno de Evo que estableció una alianza con las transnacionales y terratenientes. Por eso su programa revolucionario popular, la Agenda de Octubre, sigue teniendo plena vigencia, no sólo para Bolivia, sino para toda Latinoamérica.
Hoy es necesario urgente difundir los motivos de la huelga en Bolivia y convocar a todos los trabajadores y pueblos latinoamericanos y del mundo a solidarizarse con ella, a exigir al gobierno boliviano, que posa de “progresista” ante los foros mundiales, que cumpla con el reclamo de aumento salarial y no reprima a los trabajadores.
Unidad Internacional de Trabajadores (Cuarta Internacional)
Venezuela, Unidad Socialista de Izquierda: Orlando Chirino, dirigente C-CURA corriente clasista; José Boda, secretario general de la Federación Trabajadores Petroleros (FUTPV); Miguel Angel Hernández, profesor universitario
Brasil (Corriente Socialista de Trabajadores en el PSOL): Wellington Cabral, coordenador general del Sindicato de los Trabajadores Quimicos de San José dos Campos y región (San Pablo); Neide Solimões y Cedizio Vasconcellos, diretores del Sindicato de Trabajadores del Servicio Público Federal Pará;
Marcio Amaral, diretor del sindicato de los choferes de omnibus de Belém y Ananindeua (Pará); Pedro Rosa, coordenador del Sindicato de los trabajadores de la Universidade Federal Fluminense (Rio de Janeiro)
Argentina (Izquierda Socialista): Liliana Olivero, legisladora provincia de Córdoba; Carlos “Gringo” Giordano, director de El Socialista; Rubén “Pollo” Sobrero y Edgardo Reynoso (Comisión de Reclamos Cuerpo de Delegados TBA-Sarmiento);
José Castillo (economista del EDI. Comisión Directiva AGD-UBA por la Minoría)
Angélica Lagunas (Comisión directiva ATEN Capital-Neuquén por la Minoría )
Panamá, Propuesta Socialista.- Priscila Vazquez, dirigente de trabajadores del Seguro Social.
Colombia, Alternativa Socialista: Alvaro Saumeth
Perú, Unios en la Lucha: Enrique Fernández Chacón
Bolivia: Carlos Rojas Chambilla – ex dirigente Federación de Juntas Vecinales de El Alto- dirigente de La Protesta.