Ultimatum presidencial

El presidente Maduro, últimamente le ha dado por amenazar a todo el mundo. En cada cadena nacional que hace coacciona como hombre desesperado que está por la difícil situación en que se encuentra su reputación de socialista que dice ser, a todos aquellos que se interpongan en su camino hacia la derechización del proceso. Primero amenazó a los que él llama ultra izquierdosos, criticones y divisionistas, ayer lo hizo con los los que ahora son sus principales aliados: los burgueses empresarios y la burguesía en general. Y lo tenía que hacer para disimular las cosas con los que antes fueron sus principales aliados el GPP.

El presidente Maduro, últimamente le ha dado por amenazar a todo el mundo. En cada cadena nacional que hace coacciona como hombre desesperado que está por la difícil situación en que se encuentra su reputación de socialista que dice ser, a todos aquellos que se interpongan en su camino hacia la derechización del proceso. Primero amenazó a los que él llama ultra izquierdosos, criticones y divisionistas, ayer lo hizo con los los que ahora son sus principales aliados: los burgueses empresarios y la burguesía en general. Y lo tenía que hacer para disimular las cosas con los que antes fueron sus principales aliados el GPP.

Cuando un presidente se encuentra acorralado por problemas políticos sociales tan graves como los que estamos padeciendo y por el descontento general de las masas que se sienten traicionadas, hace lo que el presidente Maduro está haciendo: recurrir a sus aliados más fuertes: los militares y la burguesía. Por eso es que se comienzan a ver medidas carcelarias como la tomada contra los trabajadores petroleros que se encontraban protestando en Puerto la Cruz demostrando una vez más como este gobierno a la clase obrera la criminaliza y a la burguesía les da soluciones con el nuevo Cadivi y con la ley de precios «justos».

Así lo hicieron todos los presidentes del Puntofijismo: amenazar a sus opositores y cuando la amenaza no tenía efecto con cualquier procedimiento leguleyo procedían a encarcelar a quienes no se amilanaban con sus amenazas. Así comienzan todos los presidentes que son incapaces de escuchar el clamor popular: combatiendo las ideas con la fuerza y la disidencia con palabras altisonantes para amedrentar.

La dupla cívico militar que nos gobierna es incapaz de rectificar su rumbo. Cada día que pasa se adentra más en las sinuosas aguas del capitalismo de estado y al parecer en ellas les gusta nadar. Los militares derechistas son los grandes tenedores del 4F ya que piensan que el país les pertenece y quieren seguir cobrando su letras de cambio. Letras que han cambiado por altos cargos en el gobierno en donde se muevan el dinero a montón. El coronel Barroso fue uno de ellos. Lo colocaron en Cadivi para que repartiera a todos los asociados del 4F dólares y más dólares. ¡Claro! esto no lo pudo hacer sin la ayuda de sus aliados civiles. Por eso es que no publican la famosa lista de quienes se robaron más de treinta mil dólares. El olor de la podredumbre cívico-militar, sería tal que no habría olfato en el mundo que aguante semejante impunidad.

Todos estos funcionarios son colocados en esos cargos por el hombre que ayer vi uniformado con su uniforme y su brazalete tricolor al lado del acorralado presidente Maduro. Si, camaradas, ustedes saben a quien me refiero, pero yo se los voy a recordar (a riego de que me censuren) es Diosdado Cabello. Diosdado Cabello, nunca ha dejado ser militar, ya que actúa y piensa como militar. Por eso cada 4F desempolva su uniforme para demostrarnos que él y los de promoción son los que tienen agarrados la sartén por el mango.

Los militares de derecha están entronizados en todos los poderes públicos y en todas las instituciones del estado. Todos ellos han traicionado a Chávez y su legado. Ellos en unión con civiles provenientes de las filas adecos-copeyanas llevaron a al comandante Chávez a las puertas del sepulcro, luego lo desterraron al infinito. Se valen de su nombre y de su reputación para para tratar de reconquistar lo que ya han perdido: la confianza del pueblo.

Esa es la desgracia que estamos padeciendo todos los venezolanos que seguimos teniendo el mismo sueño que tuvieron Bolívar, Sucre, Zamora, Sandino, el Che Guevara, todos los caídos en los años 60-70-80- que soñaron con una Venezuela socialista, el mismo sueño que una vez tuvo Chávez. La desgracia de sentirnos engañados por quienes el 14 de Abril del año pasado depositamos nuestro voto para que continuaran con el legado de Chávez, pero sucedió todo lo contrario: nos traicionaron.

Algo más… Los ultimátum solo los dan quienes quienes son incapaces de convertir una derrota en una victoria utilizando las ideas y las rectificaciones. O, los que piensan que por la fuerza podrán conseguir lo que solo los revolucionarios consiguen con las palabras.

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