Una solidaridad efectiva con los insurrectos sirios es la prioridad

Una solidaridad efectiva con los insurrectos sirios es la prioridad

Charles-André Udry

Una solidaridad efectiva con los insurrectos sirios es la prioridad

Charles-André Udry

La redacción de La Breche/A l’encontre plantea una cuestión simple: ¿la prioridad para los socialista-revolucionarios no consiste en aumentar las manifestaciones de solidaridad con la movilización del pueblo sirio? Este pueblo lucha desde hace casi 12 meses contra la dictadura de Assad, que aterroriza, tortura, asesina y persigue en “hospitales” a los heridos para liquidarlos, en un sentido literal.

Creer que tal resistencia popular -con millares y millares de muertes, con decenas de millares de personas detenidas y torturadas, con decenas de millares de heridos apenas aseados, con cientos de millares de personas sujetas a un hambre organizada por el régimen dictatorial- pueda ser el resultado el “manipulación exterior” está incluida en la idiotez tradicional de los adeptos de las “teorías conspirativas”. Son los que decían que en 1968, en Checoslovaquia, los “capitalistas alemanes” (“Libro blanco” de documentación) habían dirigido la movilización por un “socialismo de rostro humano”; luego de un levantamiento que duró hasta la intervención de los tanques soviéticos en agosto de 1968.

Que fuerzas sociales y políticas diferentes existen en la resistencia siria está incluido en la evidencia. Porqué, después de 40 años de régimen dictatorial, no iba a surgir una clase de “vanguardia popular” que respondiera: “presentes, estamos dispuestos a llevar la lucha para el socialismo”. ¡Este hipotético pueblo de boy-scouts -imbécil pues, como los adeptos a las “teorías conspirativas” y distante de toda idea de socialismo democrático- debería dar respuesta a algunos excéntricos “antiimperialistas”, alfombrados en la comodidad de algunos países europeos en crisis, y también a cualquier Bonaparte sui generis del estilo Chávez en Venezuela. Una triste broma que revela el decaimiento, por efecto de impostura, del pensamiento crítico y materialista en sectores autodenominados de la “izquierda radical”. Tal enfoque, más allá de sus delirios políticos, remite también a una concepción de “revoluciones democráticas” que se asemeja mucho a las “conquistas del poder por el pueblo”, bajo la tutela del ejército soviético, en Polonia o Hungría después de la Segunda Guerra Mundial.

También están aquellos que consideran más importante denunciar una posible intervención militar imperialista, antes que desarrollar una solidaridad concreta con los distintos componentes de un pueblo sirio que lucha y resiste, pagando un precio enorme, insoportable.

Ni que decir que nos oponemos a una intervención militar extranjera. No obstante, la prioridad no reside en la denuncia de esta hipotética intervención, sino en las distintas formas de solidaridad con los insurrectos sirios. En cuanto a las injerencias, ningún conflicto en esta región está libre; en todo caso, corresponde al pueblo sirio “administrarlas” y enfrentarlas.

Además, la denuncia obsesiva de una intervención se hace en el momento en que, detrás del decorado de las palabrerías diplomáticas internacionales, la apuesta de las potencias imperialistas y sus fuerzas regionales (de Turquía a Qatar) puede resumirse en una fórmula: poner a punto una “salida a la crisis” -reduciendo al pueblo destrozado en peón del tablero diplomático- como en Yemen, donde un semi-Saleh sucede a Saleh.

Es decir, garantizar un cambio guardando las estructuras esenciales del aparato de Estado de la dictadura para garantizar la “estabilidad en la región”. Y eso para que cada uno pueda reorganizar, de manera competitiva, sus intereses: de Francia a los Estados Unidos, de Qatar con sus aliados a Turquía, pasando por Rusia y China. No incluir estas cuestiones en el análisis, equivale a revelar la inepcia del pensamiento que quiere ser “socialista” y el rechazo práctico de una ética que se base en la capacidad de distinguir entre opresores y oprimidos. Los que, ciertamente, no conforman un bloque igual.

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