¡Viva la revolución del pueblo libio! ¡Abajo la dictadura de Kadafi!
“El territorio libio será liberado por el pueblo de Libia”
La revolución árabe conmueve al mundo. Después de Túnez y Egipto, cuyos pueblos derrocaron a los dictadores Ben Alí y Mubarak, ahora es el pueblo libio el que está en plena insurrección para derrocar al dictador Muamar al Kadafi.
Según las informaciones se ha fracturado el ejército, sectores masivos formaron comités populares revolucionarios de gobierno y se armaron para combatir a la dictadura.
La dictadura apeló a la masacre con armas de guerra e incluso a ataques aéreos, para aplastar la rebelión. Se habla de miles de muertos y decenas de miles de heridos. Esto, lejos de frenar la rebelión le dio un abierto carácter insurreccional armado que está acorralando a la dictadura en Trípoli, la capital libia.
“El territorio libio será liberado por el pueblo de Libia”
La revolución árabe conmueve al mundo. Después de Túnez y Egipto, cuyos pueblos derrocaron a los dictadores Ben Alí y Mubarak, ahora es el pueblo libio el que está en plena insurrección para derrocar al dictador Muamar al Kadafi.
Según las informaciones se ha fracturado el ejército, sectores masivos formaron comités populares revolucionarios de gobierno y se armaron para combatir a la dictadura.
La dictadura apeló a la masacre con armas de guerra e incluso a ataques aéreos, para aplastar la rebelión. Se habla de miles de muertos y decenas de miles de heridos. Esto, lejos de frenar la rebelión le dio un abierto carácter insurreccional armado que está acorralando a la dictadura en Trípoli, la capital libia.
Se formó el “Consejo Nacional Libio», con representantes de los Comités Populares Revolucionarios formados en cada ciudad, según informó el portavoz de los rebeldes y dirigente de la Coalición Revolucionaria 17 de febrero, Abdelhafez Ghoqa en rueda de prensa en Bengasi (este), segunda ciudad del país, bastión de la oposición a 1000 km de Trípoli, la capital. Según informa el Consejo Nacional Libio, también en el oeste varias ciudades se encuentran «en manos del pueblo» desde hace varios días y «preparan una marcha para liberar Trípoli».
«Las ciudades de Al Rhibat, Kabaw, Jado, Rogban, Zentan, Yefren, Kekla, Gherien y Hawamed, Misurata, centro económico y la tercera ciudad más importante del país, así como de Al-Zawiya a 50 km de Trípoli, también han sido liberadas desde hace varios días. En todas esas ciudades, las fuerzas de Kadafi se fueron y un comité revolucionario fue creado», añadió la fuente (kaosenlared.net).
Kadafi, con una frase que copió de Bush, dijo que la rebelión era de “bandas de terroristas vinculadas a Al Qaeda” y que los jóvenes rebeldes “actúan drogados”.
El imperialismo yanqui, a través de Hillary Clinton ofreció “ayuda” a los rebeldes. Pero esto sólo cuando constató que Kadafi es indefendible y que la rebelión domina la mayoría de las ciudades y en cuestión de días llegan a Trípoli.
Andel Hafiz Ghoga, abogado de derechos humanos y nuevo portavoz del Consejo Nacional de Libia (CNL) respondió con claridad a la Clinton: «Estamos totalmente en contra de cualquier intervención militar de cualquier país que sea. El resto del territorio libio será liberado por el pueblo de Libia».
¿Kadafi antiimperialista?
Fidel Castro, Hugo Chávez y Daniel Ortega han manifestado de distintas formas su apoyo a Kadafi. Chávez lo llama su “amigo” y Castro habla de que el peligro es una invasión de la OTAN, sin denunciar las masacres perpetradas por Kadafi, mientras Ortega ofreció abiertamente “todo su apoyo”. Evo Morales manifestó una insólita “neutralidad” llamando “al pueblo y gobierno libios a resolver crisis pacíficamente”.
Repudiamos este apoyo, abierto o vergonzante, al régimen de Kadafi en nombre de una posible intervención de la OTAN o de un supuesto carácter “socialista” de Kadafi.
Si hubiera una intervención de la OTAN (o de la ONU), que la propia resistencia está rechazando, sería obligación de cualquier antiimperialista ponerse del lado de Libia, con o sin Kadafi, contra el agresor imperialista. Pero de ninguna manera se puede justificar hoy el apoyo al sanguinario Kadafi que está masacrando al pueblo libio, por una “posible” futura agresión imperialista.
Kadafi fue quien introdujo el imperialismo en Libia. El pactó con Bush la alianza en la “guerra contra el terrorismo”. El propio Kadafi acaba de decirlo. Desmintiendo a Chávez, Ortega y Fidel, que dicen defenderlo de una presunta intervención imperialista, Kadafi, plagiando a Bush, culpó de la insurrección a “los terroristas de Al Qaeda” y agregó: «Estoy sorprendido porque tenemos una alianza con Occidente para luchar contra Al Qaeda, y ahora que combatimos contra los terroristas nos han abandonado» (reportaje TV cadena yanqui ABC).
Efectivamente, como lo dice Kadafi, el imperialismo, desde hace pocos días “lo abandonó”. Porque ya no le sirve para nada, cuando la insurrección popular ocupa el 80% del país y Kadafi es un muerto político. El imperialismo levanta ahora su discurso mentiroso de “democracia” y “derechos humanos” para intentar influir en el futuro de Libia.
Del nacionalismo a la alianza con las multinacionales
El nombre oficial del país, que cuenta con 6 millones de habitantes, es Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista. Este nombre y la retórica de Kadafi se apoyan en que en 1969, Kadafi encabezó una rebelión de oficiales que derrocó al rey Idris I y nacionalizó el petróleo, inaugurando un régimen nacionalista capitalista similar al de Nasser en Egipto en aquella época. Por este motivo fue atacado muchas veces por el imperialismo y en 1986 Estados Unidos gobernado por Ronald Reagan bombardeó Libia intentando matar a Kadafi, siendo una de las víctimas su hija Jana.
Como otros nacionalismos dentro de los marcos capitalistas, Kadafi, traicionó sus propios principios nacionalistas y terminó pactando con el imperialismo a cambio de muchas riquezas y ventajas. Ya desde 1992 comenzó a abrir las puertas a las multinacionales petroleras (hoy están llevando el petróleo y gas de Libia la Shell, British Petroleum, la ENI (italiana), la Total (francesa), Occidental Petroleum Corp y Conoco-Phillips y Marathon Oil Corp (yanquis), Winthershall (alemana), Repsol (española), Gazprom (rusa). También inició negociaciones con Israel. Incluso pactó con el derrocado líder egipcio Mubarak el control de los palestinos de la Franja de Gaza.
El 5 de septiembre de 2008, la entonces secretaria de estado del gobierno de Bush, Condoleezza Rice, visitó Trípoli, y declaró: “la visita demuestra que Estados Unidos no tiene enemigos permanentes y que si algunos países están dispuestos a hacer cambios estratégicos o de orientación, Estados Unidos está dispuesto a responderles. Libia y Estados Unidos comparten intereses permanentes que son la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el comercio, la proliferación nuclear, África, los derechos humanos y la democracia”.
Estos pactos se dieron al compás del enriquecimiento del dictador y su familia que se convirtieron en socios de la Fiat en Italia, en socios de petroleras, empresas de turismo y telecomunicaciones. Desde hace dos años firmó con el italiano Berlusconi el Tratado de Amistad, Asociación y Cooperación, y “los negocios bilaterales superan ya los 40.000 millones de euros anuales y alcanzan todos los sectores cruciales, de la energía a la banca o la construcción y sin faltar los acuerdos militares y de inteligencia” (diario El País, Madrid). La contrapartida fueron los “ajustes estructurales” del FMI, privatizó numerosas empresas del Estado y redujo fuertemente los subsidios del Estado a la alimentación y al carburante. El pueblo libio sufre pues los altos precios de alimentos y la desocupación causada por la crisis capitalista y que está provocando la rebelión en el conjunto de los países árabes.
El carácter de la revolución Libia
Por todo esto el carácter de la revolución del pueblo libio es muy similar a las de Túnez y Egipto. Y se enmarca en el proceso revolucionario del conjunto de los pueblos árabes. El objetivo democrático de acabar con los gobiernos dictatoriales y conquistar libertades políticas, se une al descontento social por la desocupación y precio de los alimentos causados por la política económica de regímenes semicoloniales asociados al imperialismo.
La derrota yanqui en Irak y ahora los triunfos revolucionarios democráticos en Túnez y fundamentalmente en Egipto, debilitaron al imperialismo en la región y a su gendarme Israel y fortalecieron enormemente el proceso revolucionario que ahora estalla en la insurrección Libia y en manifestaciones cada día más fuertes en Yemen, Barhein, Argelia y otros países árabes.
¡Abajo Kadafi! es hoy la consigna revolucionaria democrática del pueblo libio en insurrección, que apoyamos plenamente. Pero el objetivo de acabar con el dictador es abrir la posibilidad de organización y lucha por recuperar el petróleo y otras riquezas que hoy se llevan las multinacionales, para el pueblo libio y también expropiar a la corrupta burguesía ligada a los negocios con el imperialismo y al saqueo del Estado que encabeza el propio Kadafi y su familia, pasos necesarios para acabar con el hambre y la desocupación.
Este proceso revolucionario está derribando a los gobiernos que están, todos ellos, sometidos al imperialismo y esto es un gran paso en la dirección de expulsar al imperialismo y a su gendarme Israel de tierras árabes.
Como enfrentar la amenaza imperialista
Por supuesto el imperialismo e Israel, mediante sus agentes burgueses árabes están operando para que esto no suceda. Intentan volver a la “estabilidad” y formar gobiernos como en Túnez y Egipto, con jerarcas militares y patrones. Y no puede descartarse una invasión de la OTAN en Libia con el pretexto de “terminar con el derramamiento de sangre”, pero con el objetivo real de detener la revolución, formar un gobierno patronal y amigo para garantizar el flujo petrolero.
Ante la ausencia de una dirección revolucionaria se corre el riesgo que el imperialismo logre el objetivo de congelar la revolución. Pretende aprovechar la situación de extrema debilidad de Kadafi para aparecer como porta voz de la “democracia” con el objetivo de restablecer su control sobre Libia y sobre la región.
Por eso los revolucionarios llamamos a las masas rechazar cualquier intervención y a pasar por encima de los dirigentes y movimientos burgueses y proimperialistas, construyendo su propia herramienta política revolucionaria y le den una perspectiva socialista, como hoy se vive en pequeña escala en la cuenca minera de la ciudad de Redeyef, en Túnez, en donde los sindicatos han tomado el control de la gobernación.
En ese sentido, más allá de que no conocemos el conjunto de sus posiciones, saludamos la declaración el portavoz del Consejo Nacional Libio Abdelhafez Ghoqa rechazando cualquier intervención militar extranjera y llamando a derrocar a Kadafi y luchar por un gobierno de los Comités Revolucionarios. Llamamos al pueblo libio a desarrollar y organizar democráticamente, con representantes electos de las organizaciones del pueblo en lucha, a estos Comités Revolucionarios. Y a conservar la organización, y armas conquistadas en dura lucha revolucionaria, como garantía del poder popular.
¡Abajo Kadafi!
La tarea urgente, para todos los trabajadores y oprimidos, para todos los antiimperialistas del mundo, es el apoyo internacional al pueblo libio para que derroque al dictador y destruya a sus organizaciones armadas genocidas. Apoyamos el rechazo del Consejo Nacional Libio a cualquier intervención militar imperialista. Defendemos el derecho del pueblo libio a cortar el suministro de petróleo o recuperar sus riquezas naturales que hoy saquean las multinacionales. El imperialismo que apoyó a Kadafi durante los últimos años, sólo busca defender sus intereses. Por eso, llamamos a luchar contra cualquier posible intervención de la OTAN, ONU o cualquier otro instrumento del imperialismo.
¡No se puede ser antiimperialista y estar del lado de Kadafi! ¡No existen razones diplomáticas o de estado para apoyar a este sanguinario dictador! Repudiamos las vergonzosas declaraciones de Castro, Ortega y Chávez de apoyo al dictador y llamamos a los trabajadores de esos países a apoyar la lucha del pueblo libio para derrotar a Kadafi.
Llamamos a los sindicatos de trabajadores, especialmente de los países europeos y Estados Unidos que tienen relaciones económicas de las multinacionales con el régimen libio, a organizar el boicot a sus embarques en apoyo a la rebelión del pueblo libio. Exigimos a todos los gobiernos la inmediata ruptura con Kadafi.
Unidad Internacional de los Trabajadores (Cuarta Internacional)