3 noviembre, 2024

“Ya tenemos demasiados cadáveres en el Sahara”

El lunes, un campamento con 20.000 personas fue desmantelado violentamente por la policía marroquí. Eran familias saharawis, una etnia que está en conflicto con Marruecos por lo que consideran son sus tierras en el Sahara. Pero poco se sabe de lo que está sucediendo en estas horas en el desierto. Marruecos no permite el ingreso a la prensa a la zona y las denuncias que llegan son de matanzas, negadas por el gobierno marroquí. El conflicto –que surgió en 1975 cuando España se retiró del norte de Africa– se agrava. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tratará el martes la crisis reabierta. Desde 1991, una misión de este organismo está en el territorio para asegurar el alto el fuego y organizar un referendo autonomista que nunca se dio. Sus cascos azules no tienen mandato para evitar violaciones a los derechos humanos.

El lunes, un campamento con 20.000 personas fue desmantelado violentamente por la policía marroquí. Eran familias saharawis, una etnia que está en conflicto con Marruecos por lo que consideran son sus tierras en el Sahara. Pero poco se sabe de lo que está sucediendo en estas horas en el desierto. Marruecos no permite el ingreso a la prensa a la zona y las denuncias que llegan son de matanzas, negadas por el gobierno marroquí. El conflicto –que surgió en 1975 cuando España se retiró del norte de Africa– se agrava. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tratará el martes la crisis reabierta. Desde 1991, una misión de este organismo está en el territorio para asegurar el alto el fuego y organizar un referendo autonomista que nunca se dio. Sus cascos azules no tienen mandato para evitar violaciones a los derechos humanos.

“Nuestra principal crítica a la ONU es qué esperanza podemos tener en un proceso de paz si no es capaz de levantar una tarjeta amarilla para decir a Marruecos que se está pasando de la raya. Ya tenemos demasiados cadáveres en el Sahara”, le dice a Clarín Hach Ahmed, ministro para América latina de la República Saharwi –un país no reconocido por el gobierno argentino– en un bar frente al Congreso. El político del Frente Polisario llegó a Buenos Aires para participar en una audiencia pública organizada en la Cámara de Diputados para tratar la situación.

¿Cuáles son los últimos hechos?

La situación es límite, de extrema gravedad. El hecho de que la zona esté aún cerrada a cal y canto por las autoridades marroquíes para la prensa impide que se pueda percibir la dimensión de la tragedia. Los testimonios concordantes hablan de centenares de víctimas, incluyendo a niños.

El territorio en conflicto es pequeño y la población también. “En todo el saharawi, una vez resuelto el conflicto, seríamos un millón de habitantes. Tenemos una población en Argelia: unas 200 mil personas en campamentos humanitarios que vive de la ayuda del exterior y hay una población menos numerosa que vive en el territorio que tenemos bajo control, unos 70.000 kilómetros cuadrados”, explica Ahmed y sigue: “Marruecos construyó una muralla de 2.500 kilómetros que divide al país”, cuenta. Son nómades que viven de los camellos y cabras. Según el político, “han sido dispersados tras esta agresión, la que lamentablemente no encontró una respuesta adecuada hasta ahora de la comunidad internacional, aunque esperamos que la ONU no termine abandonando el territorio. Tirando la toalla”.

¿Cómo se originó la protesta?

Hace más de dos meses, cuando un grupo de saharawis –que viven la invasión de sus territorios por colonos marroquíes- protestaron por su situación de marginación en un territorio rico gracias a la pesca y el fosfato. Las carpas estaban a 18 km de la ciudad para no entorpecer el tránsito. El 7 las autoridades marroquíes dijeron que las negociaciones avanzaban. Al otro día se produjo una masacre.

La ONU, ¿no intervino?

Lo lamentable es que esto fue ante su presencia. Dicen no tener mandato para defender los derechos humanos. Esto un insulto a la inteligencia ya que es una obligación insolayable e implícita en cualquier mandato de este organismo. ¿Qué casco azul puede ver violencia hacia civiles y no hacer nada? Para impedir algo así ni siquiera es necesario ser de la ONU, alcanza con ser decente.

Y ¿cuáles son las necesidades?

Lo grave es que esto está adquiriendo dimensiones de una operación de limpieza étnica. No me gustaría que en el siglo XXI nos suceda lo que ocurrió en otros sitios, que la comunidad se enteró de un genocidio mucho tiempo después de que ocurrió. Ya son demasiados los cadáveres en el Sahara.

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