Yanquis sabían que la mayoría de los torturados en Guantánamo no tenían vínculos con el terrorismo
Una publicación del diario The Times revela que el ex presidente norteamericano George W. Bush y sus colaboradores sabían que muchos presos de Guantánamo eran inocentes pero temían que su eventual liberación perjudicara los objetivos del gobierno yanqui, pues se trataba de los chivos expiatorios de la política de terrorismo de Estado instrumentada por los yanquis luego del 11 de septiembre de 2001, paradójicamente bajo el rótulo de «guerra contra el terrorismo». Miles de personas fueron detenidas y torturadas en la base militar yanqui en Guantánamo.
Una publicación del diario The Times revela que el ex presidente norteamericano George W. Bush y sus colaboradores sabían que muchos presos de Guantánamo eran inocentes pero temían que su eventual liberación perjudicara los objetivos del gobierno yanqui, pues se trataba de los chivos expiatorios de la política de terrorismo de Estado instrumentada por los yanquis luego del 11 de septiembre de 2001, paradójicamente bajo el rótulo de «guerra contra el terrorismo». Miles de personas fueron detenidas y torturadas en la base militar yanqui en Guantánamo.
La información, sospechada largo tiempo por los opositores a las políticas de terrorismo de Estado yaqnuis, fue confirmada por el coronel Lawrence Wilkerson, que era jefe de gabinete del ex secretario de Estado norteamericano Colin Powell.
La declaración es parte del testimonio de Wilkerson en un juicio por la demanda de un ex detenido de Guantánamo.
Wilkerson explica que el entonces vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld sabían que la mayoría de los primeros 742 detenidos enviados a Guantánamo (en la isla de Cuba) en 2002 eran inocentes, pero consideraban que era «políticamente imposible liberarlos».
«Hablé del tema de los detenidos de Guantánamo con el secretario Powell. Me enteré de que creía que no sólo el vicepresidente Cheney y el secretario Rumsfeld, sino también el presidente Bush, estaban implicados en todo el proceso de toma de decisiones de Guantánamo», escribió el coronel.
Según Wilkerson, que según el Times critica desde hace tiempo la política antiterrorista de Bush, una de las razones por las no querían liberar a los presos era que evidenciaría la «increíblemente confusa» operación de detención. En otras palabras, se revelaría el carácter arbitrario de las detenciones masivas.
Wilkerson afirma que muchos de estos detenidos, en un procedimiento similar al de los «falsos positivos» víctimas del terrorismo de Estado en Colombia, fueron entregados a Estados Unidos por las fuerzas afganas y paquistaníes a cambio de sumas de dinero -hasta 5.000 dólares- y sin pruebas de por qué habían sido capturados. Había detenidos adolscentes, de apenas 12 años, hasta ancianos de más de 90 años, en Guantánamo, uno de los centros de tortura más importantes del imperialismo yanqui.
Wilkerson denuncia que Cheney y Rumsfeld consideraban que tener «gente inocente languideciendo en Guantánamo durante años estaba justificado por la más amplia Guerra contra el Terror y el pequeño número de terroristas responsables de los atentados del 11 de septiembre» de 2001 en Estados Unidos.
La declaración de Wilkerson acompaña la demanda interpuesta el jueves por Adel Hassan Hamad, un sudanés detenido en Guantánamo entre 2003 y 2007, quien fue torturado por los imperialistas.
El diario señala que se da por supuesto que Powell, que dejó la secretaría de Estado en 2005, apoya la declaración.
Cuando asumió su cargo en 2009, el nuevo presidente estadounidense Barack Obama prometió cerrar Guantánamo antes de finales de enero de 2010, pero luego dio marcha atrás a sus declaraciones. Obama ha defendido a los agentes militares que han cometido torturas en Guantánamo y cárceles secretas, pues a su juicio obraron a nombre de «la libertad».