6 octubre, 2024

«Yo no veo un control obrero, sino a obreros controlados»

6 de marzo de 2011.- Desde que se firmó su boleta de excarcelación no ha parado. El jueves, apenas el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera, Rubén González fue liberado, salió en una caravana por Ciudad Guayana, Bolívar, que culminó en una asamblea desde uno de los portones de la empresa básica.

6 de marzo de 2011.- Desde que se firmó su boleta de excarcelación no ha parado. El jueves, apenas el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera, Rubén González fue liberado, salió en una caravana por Ciudad Guayana, Bolívar, que culminó en una asamblea desde uno de los portones de la empresa básica.

De allí se fue directo a su casa en Ciudad Piar, una localidad con algo más de 30.000 habitantes, que colapsó a su llegada, según cuenta emocionado el dirigente sindical. Asegura que no ha estado solo ni un segundo y agradece a todos: a Dios, a los medios de comunicación, a los partidos políticos, a Provea, a Javu y a los estudiantes de la Operación Libertad, a la Unión Nacional de Trabajadores y a la Confederación de Trabajadores de Venezuela.

Este lunes González había sido condenado a siete años y seis meses de prisión por su participación en la protesta laboral que paralizó la sede de Ferrominera en Ciudad Piar en 2009, en demanda del cumplimiento del contrato colectivo. Apenas tres días después el Tribunal Supremo de Justicia emitió un fallo que permitió su libertad condicional.

El secretario general de Sintraferrominera no está del todo satisfecho. «No cometí ningún tipo de delito. Espero que esos cargos queden anulados», dijo González vía telefónica.

– Junto a usted, hay cerca de 130 trabajadores sometidos a procesos judiciales…

– Creo que hay que rectificar. Las autoridades judiciales deben reflexionar para dejar en libertad a estos trabajadores, tiene que haber un pronunciamiento. Quiero destacar el caso de William Saud, dirigente minero, y Carlos Chancellor, alcalde de Sifontes (Bolívar), dos compañeros que compartieron la celda conmigo. Se les acusa de agavillamiento, instigación a delinquir y cierre de vías, y con esos delitos los dejan presos cuando lo único que hicieron fue representar al pueblo minero en Las Cristinas. También están los trabajadores de Camila (transportista de Sidor) que pronto serán juzgados.

El movimiento obrero se levantó por primera vez, hubo un despertar. Su apoyo fue un acto que demostró a los entes que administran la justicia que se estaba cometiendo una gran injusticia conmigo.

– ¿Cuál es el camino que deben seguir los sindicatos?

– Estamos en una cruzada nacional para la unidad, para crear la alternativa de un movimiento obrero fortalecido desde el que nos podamos defender de todos los atropellos que se están cometiendo. Hay que reclamar las reivindicaciones de los trabajadores.

Ese gran movimiento que se está gestando en Guayana debe extenderse al país, no para sabotear, no para desestabilizar, sencillamente para que se respeten los intereses de la clase trabajadora. Hago un llamado a toda la dirigencia sindical de Guayana, sin excepción. Si coincidimos en que debemos defender a los trabajadores, entonces avanzaremos.

– El día de su liberación comentaba que tenía elementos suficientes para pensar que el control obrero en Guayana no funciona…

– El control obrero realmente no lo es, es de obreros controlados para sabotear las reivindicaciones de los trabajadores. Cuando vas a Alcasa, Venalum, por ejemplo, ves a un control obrero que está en contra de los trabajadores ¿cómo es eso, pues? Ah ¿entonces queremos un control para dirigir empresas, pero para dejar en segundo plano a los trabajadores? Eso no puede ser. No pueden sabotear los beneficios de los trabajadores. Lo que vemos es un control obrero puesto a dedo por un partido político, que nadie lo elige, que no tiene base, ni estatutos, en el que los trabajadores desconocen los números de las empresas. Además, tenemos que ver cómo quedan los sindicatos porque si su participación disminuye, entonces lo que tendremos es enfrentamientos. No me cuadra.

– Pero existe un lineamiento que es el Plan Guayana Socialista…

Usted le pregunta a los compañeros qué es el control obrero y te dicen ‘no, eso es para discutir las políticas para el bienestar de la empresa’. Pero ¿qué es eso? ¿cómo se va a hacer? Hasta el momento lo que yo veo no es control obrero, son unos obreros controlados para darles un lineamiento partidista-político.

– ¿Cuál será su papel en Ferrominera y en el sindicato de esa empresa?

– Yo sigo siendo el secretario general de Sintraferrominera. Unos usurpadores se pusieron por encima de los trabajadores, de los estatutos y de las leyes para sacarme. Hago un llamado de conciencia a la empresa Ferrominera del Orinoco y a su presidente, Rawad Sabbagh: no quiero tener problemas ni con él ni con otros compañeros, lo que quiero es trabajar en sana paz y para eso debemos entendernos. No regreso a Ferrominera a buscar conflictos, sino a resolver los problemas de los trabajadores, a quienes aún les deben.

– ¿El motivo por el que se realizó la protesta en 2009, por la que usted fue detenido, aún no se ha resuelto?

– Todavía eso no se ha cumplido ¿Cómo es posible? A mi metieron preso porque supuestamente yo hice una huelga violenta, pero a la directiva, a Sabbagh, se les venció la convención colectiva, tienen todos esos pasivos laborales y no les pasa nada ¿cómo es eso? Si a mi me juzgaron por cometer un agravio, a Sabbagh debe juzgarlo porque no ha cumplido con la convención colectiva.

– ¿La decisión del TSJ incluye alguna limitación para ejercer su labor sindical?

– (Risas) Bueno, no sé si tengo o no tengo, pero ya yo le estoy dando. Lo que me obligan es a presentarme cada 15 días en Ciudad Guayana. Es injusto que solamente por protestar se haga toda esta criminalización. No me pueden coartar el derecho de defender a los trabajadores porque ellos me eligieron para eso, y si me lo prohiben, estarían cometiendo una injusticia más.

– ¿Qué cree que pesó para que el TSJ tomara la decisión de liberarlo?

– Se debe a Dios que actúa por senderos misteriosos. Me apoyaron partidos políticos de la oposición, del Psuv. Me hablaron de muchas personalidades del Gobierno que buscaron alguna alternativa. Aunque arriba se hicieron movimientos políticos, al final el punto contundente fue la unidad de los trabajadores.

– ¿Qué se busca con estas medidas judiciales?

– Lo que se busca es amedrentarnos. Esto no puede ser, vale. Soy profundamente democrático y creo que a la gente hay que respetarle su libre albedrío. Los beneficios de los trabajadores no tienen color político y debemos defenderlos sin hacer ninguna excepción.

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