Zanon expropiada: una jornada inolvidable
Ya pasaron 8 años, no queremos más chamuyo, queremos la expropiación”, bramaban los ceramistas de Zanon acompañados por una nutrida columna de estatales, docentes, trabajadores de la salud, organizaciones sociales y partidos de izquierda camino a la Legislatura Neuquina, donde se trataría la expropiación de la fábrica.
Ya pasaron 8 años, no queremos más chamuyo, queremos la expropiación”, bramaban los ceramistas de Zanon acompañados por una nutrida columna de estatales, docentes, trabajadores de la salud, organizaciones sociales y partidos de izquierda camino a la Legislatura Neuquina, donde se trataría la expropiación de la fábrica.
El viento patagónico soplaba frío y fuerte, haciendo insoportable la espera frente al congreso provincial. Los ceramistas, que 8 años atrás se atrevieron y tomaron la planta, la pusieron a producir e hicieron que su epopeya sea parte de las mejores páginas de la historia obrera de nuestro país, cantaban con orgullo “aquí están, estos son, los obreros de Zanon”, hasta enronquecer sus gargantas.
En los días previos Neuquén era un hervidero. Pese a que el Gobernador se había decidido por la expropiación, desde su mismo partido, el MPN, desde la oposición derechista y desde la misma CGT se escuchaban las quejas porque se les entregaba la fábrica a los “zurdos”, a los “delincuentes”. No se ahorraron ningún agravio para desprestigiar la ejemplar lucha ceramista. La burocracia sindical cegetista y la cámara empresaria salieron a evitar que se votara la expropiación. Pero no pudieron.
Marcha a legislatura
Una larga columna encabezada por un cartel que decía “Carlos Fuentealba presente” era el símbolo de esa marcha. Un frente único de los que apoyaron la lucha ceramista por la expropiación, de los que pelean también para castigar a los que asesinaron al profesor, allá en Arroyito. Y recuerdan que Carlos Fuentealba fue uno de los cientos de docentes que el 8 de abril del 2003 fue a rodear Zanon ante el intento de desalojo. Y subiendo por Avenida Argentina los ceramistas hacían oír su voz: “No le damos tregua, que se vayan a la mierda…”, por si algún desprevenido pensaba que porque les habían prometido la expropiación iban a dejar de pelear y de apoyar cada lucha.
Transcurría la larga y tediosa sesión legislativa, a la que habían entrado unos 50 compañeros, una destacada delegación de los veteranos de Zanon acompañados de las Madres de Plaza de Mayo de Neuquén, delegaciones de la CTA, de trabajadores del INDEC, del Subte, del Astillero Río Santiago, de Brukman, entre otros. Mientras tanto, afuera se hacía un acto donde hablaron todas las organizaciones políticas solidarias. Un momento muy emotivo fue cuando subieron las compañeras que organizaron 9 años atrás la primera comisión de mujeres de Zanon. La mamá de Alejandro López, mostrando la primera camisa de lucha de su hijo, contó orgullosa cómo se acercó a apoyarlos, a él y a sus compañeros. Hubo recuerdos (y cómo no haberlos) para Daniel Ferrás, el joven que murió por la desidia patronal y fue el estandarte que logró unir la fuerza ceramista. También para Boquita, Jorge Esparza, recientemente fallecido y miembro de la directiva del SOECN. La emoción era palpable. Y a la medianoche de esa larga jornada del miércoles 12, con un frío que los fogones no conseguían mitigar, se votó la expropiación. Estallaron los festejos. “Por fin”, gritaban, “y pensar que algunos decían que nunca lo lograríamos”. Cantaban, saltaban, se abrazaban y algunas lágrimas rodaban por esas mejillas curtidas. Los más veteranos se acordaban del fin de la larga huelga del 2001, la de los 34 días. Del festejo de aquel triunfo, después de la larga tensión acumulada. Y no estaba errada la comparación. Aquella gran huelga abrió el camino a lo que meses después sería la ocupación y puesta en marcha de la fábrica de cerámicos más importante del país.
Lolín, una de las queridas Madres del Comahue, subió al escenario y con sus palabras de aliento, como tantas veces, le puso calidez a esa noche helada. Nadie se movía y ya era la 1 de la mañana. Cuando la consigna cantada era que “la clase obrera es una, y sin fronteras” fue el turno de presentar al brasileño Claudionor Brandao, dirigente del SINTUSP, sindicato de no docentes de la Universidad de Sao Paulo, que reivindicó el ejemplo de Zanon y de la expropiación para cientos de miles que pierden el empleo en su país. Después hablaron los dirigentes de Zanon, las caras visibles y quienes tienen la tarea de mantener en marcha una empresa que le da de comer a 470 familias, en medio de la crisis capitalista actual. Y para reafirmar esa unidad subieron al palco los próximos dirigentes del sindicato, que se presentan a elecciones en dos semanas por la histórica lista Marrón.
Todos los oradores agradecieron el apoyo recibido a los que les hacíamos el aguante, no sólo ese día, sino en estos largos 10 años de lucha, desde que conquistaron la Comisión Interna. Y hubo tiempo para abrazarse con los compañeros presentes de la cerámica Stefani, hoy en conflicto.
Pero no se durmieron en laureles. Conscientes de que la expropiación lograda no es el fin, y que además en el tratamiento particular, artículo por artículo, les querrán meter alguna trampa (como la “paz social” o el pago de lo indemnizado) es que votaron volver a movilizarse a la legislatura al otro día. Esta jornada es el fin de un largo tramo de la historia, y el comienzo de otro no menos combativo y dificultoso. Porque, como repite hasta el cansancio Raúl Godoy, “Zanon no es una isla”, y qué ejemplo más concreto para ilustrarlo que la cerámica Stefani de Cutral Có, que está en huelga desde hace más de un mes por una provocación patronal. La lucha de Zanon y su sindicato continúa.
Un ejemplo nacional e internacional
La gesta de Zanon es reconocida en todo el país, y ha tenido una importante difusión a nivel internacional. Con el tiempo, ese prestigio y esa trascendencia, lejos de disminuir, crecieron. El último año eso es resulta notorio. No es sólo mérito de los ceramistas y de su dirección. Es que la crisis capitalista mundial, con su secuela de millones de despidos en el mundo y miles de fábricas cerradas, pone a la orden del día la experiencia de las fábricas recuperadas en Argentina que provocó la crisis del 2001 y tuvo difusión internacional. A 8 años de aquello, la estrella de Zanon brilla con más potencia. Su política de control obrero, distinta y superior a la de cooperativas normales que adoptó el conjunto de las empresas ocupadas, su sindicato clasista, su política de coordinación, su método de democracia obrera donde la asamblea decide, el control periódico permanente de la base sobre la gestión de la empresa, su solidaridad militante con decenas de conflictos en todo el país. Su actitud de apoyo a sectores necesitados, fomentando siempre lo que ellos llaman “el trabajo con la comunidad”, los recitales con bandas como La Renga, la Bersuit, Attaque, entre otras, para que los pibes de la región, ya sea gratis o pagando lo mínimo, puedan disfrutar de recitales siempre inaccesibles. En fin, una fábrica de cerámicos, que es una fábrica militante, y que se ganó la expropiación. Nadie se la regaló. No la consiguieron solos, sino que fue fundamental el apoyo extraordinario que recibieron de trabajadores de la región y de todo el país. “Unidad de los trabajadores, y al que no le guste se jode, se jode”. Cantan y cantan. Se ganaron la expropiación. Se la arrancaron con esfuerzo al régimen neuquino. Se van de la Legislatura, contentos por la batalla ganada. La noche helada guarda el eco de ese himno de guerra de tantas jornadas, que por supuesto en ésta no estuvo ausente. “Viva la lucha de Zanon, que viva el control obrero, porque esta fábrica es del pueblo, en Zanon no pasarán”.