Cuba: A 64 años de la derrota del imperialismo en Playa Girón*

Esos desafíos a la dominación patronal e imperialista llevaron al gobierno de Dwight Eisenhower a cortar por completo la importación de azúcar de la isla, y a romper relaciones diplomáticas en enero de 1961. Poco después, lo sucede John Fitzgerald Kennedy en la presidencia.
El imperio ataca
Desde Washington, el nuevo gobierno demócrata sigue hostigando a la revolución. Mientras alientan los atentados dentro de la isla realizados por los derrotados partidarios de Batista, se mantiene un operativo que venía organizando la CIA con exiliados cubanos para derrocar al nuevo gobierno.
El 15 de abril de 1961 aviones con falsas insignias cubanas salieron de campamentos de la CIA en Centroamérica, y bombardearon aeropuertos con un saldo de 8 cubanos muertos. Cinco aviones son destruidos en tierra y quedan solo nueve. El discurso de Fidel del día siguiente, en el funeral de los caídos, proclama por primera vez el carácter socialista de la revolución.
El 17 de abril a la madrugada, en Playa Girón, desembarcaron unos 1.300 mercenarios, armados por la CIA y apoyados por buques y aviación. La contraofensiva revolucionaria es inmediata. Comienzan encarnizados combates que durarán casi tres días. Al final de la primera jornada las tropas cubanas habían hundido cuatro barcos y derribado cinco aviones, según el diario oficial Granma.
La contundente respuesta del pueblo cubano va obligando a los mercenarios anticastristas a replegarse. Ante la escasez de municiones y la parálisis del gobierno yanqui (que esperaba un triunfo fulminante) los invasores se rinden. Algunos intentan huir, pero la mayoría son capturados. Las cifras aproximadas fueron 107 muertos y casi 1.200 prisioneros en las filas anticastristas, y 155 abatidos y otros tantos heridos en las fuerzas revolucionarias.
La revolución siguió avanzando
Los mercenarios entrenados por la CIA eran hijos de ex terratenientes, ex grandes comerciantes o industriales, y otros exiliados partidarios de la siniestra dictadura de Batista, entre ellos 194 ex militares. Hubo una oleada de repudio a la invasión entre los luchadores, intelectuales y artistas antiimperialistas que se solidarizaban con la Revolución Cubana, encabezados por el ex presidente mexicano Lázaro Cárdenas, el filósofo francés Jean Paul Sartre y el sociólogo yanqui Charles Wright Mills.
Los prisioneros fueron juzgados en septiembre de 1962. Había 14 criminales y torturadores del régimen anterior, de los cuales cinco fueron condenados a muerte y otros nueve a 30 años de prisión. El gobierno de la Revolución exigió a Kennedy el intercambio de los más de mil prisioneros restantes. En diciembre, todos fueron devueltos a Estados Unidos, y Cuba recibió 53 millones de dólares, en medicamentos y alimentos para niños.
Los primeros años de la Revolución Cubana siguen siendo una fuente de enseñanzas y experiencia para las jóvenes generaciones de luchadores latinoamericanos. Más allá de que el régimen de partido único y la sumisión a la burocracia del Partido Comunista de la Unión Soviética fueron frenando el proceso revolucionario, las grandes conquistas del pueblo cubano en el terreno de la dignidad antiimperialista, la educación, la salud y el deporte siguen siendo inmensos logros. Y nunca olvidaremos que fueron el fruto del heroísmo revolucionario de un pueblo movilizado, que tuvo el coraje de romper política y económicamente con la burguesía local y con el todopoderoso vecino, el imperialismo yanqui, que nunca logró su sueño de aplastar a la joven Cuba socialista.
*Publicado originalmente en El Socialista, Argentina, el 18 de abril de 2007