23 mayo, 2025

Deterioro del poder de compra golpea a toda la escala laboral

Lunes 16 de agosto de 2010.

Lunes 16 de agosto de 2010. Hasta no hace mucho los venezolanos podían adquirir una moto o carro nuevo, cubrir los gastos básicos y disfrutar de dólares baratos para viajar si pertenecían a la capa social con tarjeta de crédito, pero todo ha cambiado y ahora cada mes el sueldo compra menos.

Las estadísticas del Banco Central de Venezuela desnudan que los precios avanzan a velocidad de vértigo y solo en los primeros siete meses de este año acumulan un salto de 18% que deja atrás al salario.

En términos reales, después de descontar el efecto de la inflación, el poder adquisitivo de los trabajadores del sector privado retrocede 6,3% en promedio al contrastar el segundo trimestre de este año con el mismo lapso de 2009 y, en el caso del personal al servicio del Gobierno, el retroceso es de 10,5%.

La fuerza que impulsa los precios proviene de una mezcla de factores que en primer término incluye la devaluación del bolívar en enero de este año, ajuste en productos regulados para evitar escasez y caída de la producción.

El impacto de la pérdida de poder de compra se siente en prácticamente toda la escalera laboral. En el caso de los trabajadores públicos el mayor deterioro es para quienes se encuentran en la categoría de profesionales, científicos e intelectuales, con un descenso de 14,9%, en términos reales, al comparar el salario del segundo trimestre de este año con el del mismo período de 2009.

Siguen el salario del personal directivo con un declive de 13,7% y de 9% para los técnicos y profesionales de nivel medio; de hecho, solo los trabajadores no calificados sienten un mínimo incremento de 1% en su capacidad adquisitiva.

En el ala privada de la economía, salvo en el caso del salario de los empleados de oficina que registra un diminuto incremento de 0,2%, el descenso es generalizado.

El mayor impacto es para los operarios y artesanos de artes mecánicas, con un declive de 11,5%, mientras que el personal directivo sufre una caída de 7,4% y los profesionales científicos e intelectuales de 7,1%.

Si se evalúa la suerte del salario en el sector privado por actividad económica aflora que los trabajadores de la construcción han sufrido el mayor golpe con un descenso de 17,4% en su poder de compra.

Tiempo nublado

El pobre desempeño de la cartera de créditos de la banca y el estancamiento de las ventas señala que la economía aún sigue en recesión, mientras que la inflación sigue siendo la más elevada de América Latina.

El desequilibrio que combina contracción del PIB y alza importante de los precios es definido técnicamente como estanflación y las consecuencias suelen ser dolorosas.

Sin crecimiento de la economía las ventas retroceden, las empresas no necesitan contratar nuevo personal y no hay ganancias para ajustar adecuadamente los salarios, mientras que los precios se incrementan cada mes.

Las perspectivas para la población de menores recursos, que generalmente solo obtiene salario mínimo, no son nada halagadoras. El incremento de los precios diluyó el ajuste salarial de marzo y mayo, de tal forma que todo apunta a que habrá menor poder de compra para los próximos meses.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que al cierre de junio el costo de la Canasta Alimentaria Normativa, que refleja cuánto tiene que gastar cada mes una familia de cinco miembros para consumir los nutrientes necesarios, ascendió a 1.298,76 bolívares, mientras que el salario mínimo, después de los aumentos, se ubica en 1.223,89 bolívares.

El resultado es que solo para alimentarse adecuadamente una familia típica requiere más de un salario mínimo en tiempos cuando las empresas no contratan personal.

Para tratar de oxigenar el crecimiento el Gobierno ha comenzado a suministrar cucharadas de gasto público, algo que podría reanimar el consumo, pero analistas advierten que en un entorno donde hay problemas para que la oferta reaccione adecuadamente el resultado puede venir acompañado de mayor inflación.

Transcurridos siete meses de este año, la meta del Gobierno se limita a tratar de que la inflación no supere 30%.

vsalmeron@eluniversal.com

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