La crisis nuclear se agrava en Japón

Sendai, Japón- La crisis nuclear se agravó este martes en Japón con una nueva explosión y un incendio en la central Fukushima 1 que elevaron peligrosamente el nivel de radiactividad en el archipiélago, arrasado el pasado viernes por un sismo y un tsunami. El accidente nuclear ocurrido en la central japonesa de Fukushima es de nivel 6, en una escala internacional que asciende a un máximo de 7, afirmó este martes el presidente de la Autoridad Francesa de Seguridad Nuclear (ASN), organismo independiente.

Sendai, Japón- La crisis nuclear se agravó este martes en Japón con una nueva explosión y un incendio en la central Fukushima 1 que elevaron peligrosamente el nivel de radiactividad en el archipiélago, arrasado el pasado viernes por un sismo y un tsunami. El accidente nuclear ocurrido en la central japonesa de Fukushima es de nivel 6, en una escala internacional que asciende a un máximo de 7, afirmó este martes el presidente de la Autoridad Francesa de Seguridad Nuclear (ASN), organismo independiente.

Poco después de las 06H00 locales (23H00 GMT del lunes), «hubo una gran explosión» en el reactor 2, declaró un portavoz de Tokyo Electric Power (TEPCO), la empresa operadora de la central.

Otra explosión de hidrógeno provocó poco después un incendio en el reactor 4, que estaba detenido por operaciones de mantenimiento cuando se produjo el sismo.

«Un incendio ha estallado en el reactor 4 y el nivel de radiación ha aumentado de forma considerable», declaró el primer ministro, Naoto Kan, en una intervención televisada. El jefe de gobierno urgió a las personas que residen en un radio de 20 a 30 kilómetros en torno a la central a permanecer encerradas «en sus casas o en sus oficinas». El gobierno había pedido ya, el sábado, a más de 200.000 personas que viven en un radio de 20 kilómetros que evacuen la zona.

El portavoz del gobierno japonés, Yukio Edano, declaró que el nivel de radiactividad medido en el sitio de la central de Fukushima era peligroso para la salud. «Contrariamente a lo ocurrido hasta ahora, no hay duda de que los niveles alcanzados pueden afectar la salud de los seres humanos», afirmó.

El incendio del reactor número 4 de la central nuclear Fukushima 1 provocó la emisión directa de sustancias radiactivas en la atmósfera, confirmó la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

Las autoridades indicaron que también se detectó radiactividad en la zona de Tokio (250 kilómetros al suroeste), la mayor megalópolis del planeta (35 millones de habitantes), aunque en niveles que no suponen peligro para la salud.

El estallido del reactor 2 no afectó el edificio de contención, contrariamente a lo ocurrido con las explosiones de los reactores 1 y 3.

Las explosiones se deben a las intervenciones de emergencia llevadas a cabo para reparar los sistemas de enfriamiento dañados por el tsunami que siguió al sismo de magnitud 9, el mayor de la historia de Japón.

La central, construida en los años 70, fue totalmente desconectada y TEPCO deriva agua de mar para enfriarla, en un procedimiento que provoca radiaciones. El nivel de radiactividad en torno a los reactores era de 30 a 400 millisieverts, precisó. Las observaciones médicas comprueban un aumento de casos de cáncer a partir de dosis de 100 millisieverts.

En un refugio, una joven mujer con su hijo pequeño en brazos expresaba su angustia: «No quiero que mi niño esté expuesto a radiaciones. Quiero evitar eso como sea», afirmó.

En Viena, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yuyika Amano, juzgó muy improbable que la situación degenere en un nuevo Chernobil, en referencia al peor accidente de la historia nuclear civil, que se produjo en la central ucraniana en 1986.

Japón pidió sin embargo ayuda a la AIEA y a Estados Unidos para afrontar la emergencia. La Comisión Europea llamó a una reunión extraordinaria de la AIEA la próxima semana.

Varios gobiernos desaconsejaron a sus ciudadanos viajar a Japón y a quienes residen en este país partir hacia el sur o al extranjero.

Las autoridades niponas se enfrentan además a la crisis humanitaria provocada por el sismo. Unas 500.000 personas fueron evacuadas y muchas tuvieron que ser alojadas en centros de emergencia tras haberlo perdido todo con el paso del tsunami, una aterradora cortina de agua de 10 metros de altura que barrió el litoral noreste de la principal isla del país.

Unos 100.000 soldados, con el apoyo de numerosos socorristas extranjeros, trataban de asegurar el aprovisionamiento de agua potable y alimentos, de restablecer las infraestructuras viales y de telecomunicaciones y de despejar el terreno, en busca de eventuales supervivientes.

Más de 10.000 personas podrían haber perdido la vida en la prefectura de Miyagi, la más cercana al epicentro.

El temor de un desastre nuclear provocó se reflejó en los negocios burgueses, con ventas masivas de acciones que llegaron a provocar una caída de 10,55 en la Bolsa de Tokio al cierre. El índice Nikkei de los principales valores de esa plaza ya había caído un 6% el lunes.

La crisis de Japón dio impulso a las críticas contra la energía nuclear. En Alemania, unas 100.000 personas participaron el lunes en protestas a lo largo de todo el país. El presidente venezolano tiene planes de instalar una planta nuclear con tecnología rusa, pese a contar con cuantiosas fuentes de energía, tanto hidrológicas como de hidrocarburos.

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