La inflación asfixia a los trabajadores y al pueblo
Por debajo de la mesa pasó el informe del BCV y el INE, que da cuenta de la inflación del pasado mes de agosto.
Por debajo de la mesa pasó el informe del BCV y el INE, que da cuenta de la inflación del pasado mes de agosto. Los medios de comunicación gubernamentales se hicieron los locos ante la evidencia de que las estimaciones oficiales para la inflación de este año, chocarán nuevamente con la realidad, la cual, probablemente y seg´ñun todas las estimaciones, se ubicará en el umbral del 30%.
De ser así, nuestro país seguirá teniendo la inflación más elevada del continente, por cuarto año consecutivo.
En agosto la inflación fue de 2,2%, mientras que la acumulada durante 8 meses del presente año asciende a 15,6%. Y la anualizada (agosto 2008 a agosto 2009) llegó a 26,7%.
La variación de los precios del pasado mes de agosto fue ligeramente superior a la del mismo mes del 2008 (1,8%), así como a la del pasado mes de julio que fue de 2,1%.
Los sectores que experimentaron las mayores alzas fueron: alimentos y bebidas no alcohólicas (2,8%); bienes y servicios diversos (2,9%); esparcimiento y cultura (3,1%) y bebidas alcohólicas y tabaco (5,3%).
Ya nos podemos imaginar el impacto que tendrá en los bolsillos de los trabajadores este aumento, si sabemos que el pueblo gasta más del 40% de su salario en alimentos.
Los empresarios desabastecen y el gobierno los premia con aumento de los precios
Es de destacar que recientemente fue aumentado el precio del café, producto que previamente había desaparecido de los anaqueles en supermercados y abastos. Se repite así la historia reciente de la inflación en Venezuela. Los empresarios y comerciantes acaparan y “desaparecen” productos- con el impacto negativo que tiene el desabastecimiento en la población-con el objetivo de presionar para lograr su aumento, y luego el gobierno solícito, incrementa el precio de los productos. Por supuesto, no sin antes amenazar, asumiendo una supuesta pose de revolucionario enfrentado a los capitalistas, pero que a fin de cuenta, termina haciendo lo que los patronos exigen: aumentar los precios y sacar productos de la lista de regulación.
Además del café también fue aumentado el precio de la salsa de tomate y de la popular sardina.