Ventas a futuro no garantizan recuperación de la industria

Las ventas a futuro en la industria del aluminio parecen ser la única salida que ha encontrado el Ministerio de Industrias Básicas y Minería (Mibam) para subsidiar las empresas y correr con los gastos corrientes. Mientras no se resuelva la crisis estructural de la industria del aluminio, la comercialización ulterior del material sólo garantizará -por un tiempo- que el agua no llegue hasta el cuello.

Ciudad Guayana, martes 23 de febrero de 2010 (Foto Archivo).-
El esquema, que se repite en CVG Venalum, Bauxilum, Alcasa (de las que se conoce), contrasta con la política de producir para el mercado nacional y eliminar la plusvalía, mucho más cuando se firman contratos -que a juicio de los expertos- siempre son leoninos. De lo que hasta ahora se conoce CVG Alcasa firmó contrato con Glencore y Noble Resources hasta el 2015 y por ello recibió un anticipo de $ 90 millones.

La pionera del aluminio entregará 284 mil 400 toneladas métricas de aluminio primario y 75 mil 600 TM de cilindros de extrusión a las transnacionales Glencore y Noble Resources, que serán pagaderos del 2010 al 2015.

En el caso de CVG Bauxilum según el secretario general de Sutralúmina- Bolívar lo que se hizo fue una extensión del contrato, conocido como “Adendum” sobre la cual se conoce que Glencore entregó como anticipo $ 200 millones por 4 millones 600 mil toneladas métricas de alúmina, a ser despachadas en diez años (2010 al 2020) como se indica en la cláusula 2 del contrato de compraventa.

El mismo procedimiento se realizó en CVG Venalum. El presidente de la industria, Carlos Acosta Pérez, comunicó en entrevista al Correo del Caroní que mensualmente van al exterior 10 mil 500 toneladas de aluminio, más del 50% de lo que Venalum está produciendo con el recorte energético.

La estrategia “corporativa hasta ahora ha dado un resultado bien importante, que es sostener económicamente las empresas”, dijo Acosta Pérez.

“La venta a futuro está permitiendo un ingreso importante para consolidar una línea de crédito de inversionistas chinos y rusos que están manejando eso y -así- se ha podido sortear, con maniobras y estrategias financieras por parte del Mibam, cancelar deudas que no son de Venalum sino de otras empresas”, recalcó el responsable de la factoría a principios de año.

Sostener a estas industrias se plantea como un reto cuando se le ha colocado un tope a la producción con el recorte energético. En los documentos de compra y venta se señala como justificación que suscribir dichos contratos permitirá mejores condiciones productivas, así como solvencia con proveedores.

Según el contrato, CVG Bauxilum requiere “disponibilidad de fondos para la adquisición de activos para el transporte de bauxita, así como equipos y repuestos que se requieren para el mantenimiento de la planta y adecuar su capacidad operativa de producción a 2.000.000 de toneladas métricas de alúmina, y asimismo pagar a los proveedores de servicios de transporte y descarga de Bauxita”.

Y en el caso de CVG Alcasa se “requiere de disponibilidad financiera para aumentar la capacidad de producción y llevar a cabo varios proyectos en sus instalaciones para cumplir dicho fin”.

“¿Dónde están los recursos?”

El malestar entre los trabajadores y participantes del Plan Guayana Socialista radica en que los contratos no fueron consultados.

“Independizar del Guri, suena muy bien, pero para qué voy a colocar cuatro plantas ¿para garantizarle planchones a la transnacionales? ¿Para garantizar el suministro a la Glencore?”, le inquieta a Denny Sucre trabajador de CVG Alcasa y participante del Plan Guayana Socialista.

De acuerdo al planteamiento de José Luis Morocoima, CVG Bauxilum siempre ha recurrido a las ventas a futuro pero en el pasado había una planificación, así como una justificación en el que -la fábrica y trabajadores- obtenían de alguna manera ventaja.

“Nosotros los trabajadores debemos preguntarnos cuáles son los planes que hay en el caso del aluminio y la alúmina, por las experiencias que estamos viviendo cuando cualquier pago que se soliciten, con la recuperación del apilador hubo que solicitarle a CVG para poder pagar las piezas que fueron dañadas”.

Morocoima indicó que las ventas a futuro ni siquiera pasaron por junta directiva. “Esta es una política que se está generando desde el Mibam y al parecer contempla la administración por parte del Mibam de los recursos de la venta a futuro”.

Tal como lo presenta la dirigencia sindical la CVG y Mibam estarían explotando a las empresas, centralizando los recursos y dándoles un uso discrecional para las necesidades del ministerio sin que su retorno pueda garantizar una recuperación sostenida de la industria del aluminio.

“El problema de la venta de materia prima debe ser un tema que debe generar una gran discusión, porque se critica mucho los procesos de privatización. Pero cuando revisas el proceso, te das cuenta que el financista coloca el dinero y exige el pago de la materia prima, pero el riesgo de la producción las asume el Estado venezolano y queda comprometido y penalizado”.

Por fuerza mayor

“Los contratos a futuro siempre son una necesidad financiera por fuerza mayor, porque los contratos que se hacen a futuro ya comprometen la producción a futuro del vendedor”, explicó Goyenechea.

Según explicó el empresario este tipo de comercialización son muy comunes de un mercado de compradores donde el vendedor está apretado y necesita dinero.

“Eso es tan parecido como que te endeudes con un usurero porque necesitas dinero. La gente que se va a un usurero es solamente porque está desesperada, exactamente así es la venta a futuro. Es la última opción de un vendedor donde lo único que puede hacer es hipotecar la producción, nunca es una ventaja. La única ventaja es que el agua te baje del cuello, resuelve la situación desesperada”.

Conocer si la vía de vender a futuro es adecuado o no en estas circunstancias es complicado de explicar. “Es como decir que no vamos a ahorrar electricidad por la crisis eléctrica, claro que sí, lo que pasa es que nunca debimos llegar a este punto. Lo mismo es en el caso del aluminio porque Venalum y Alcasa necesitan con desesperación dinero, porque producen mucho menos de lo que gastan”.

Indicó que la cadena perpetua es que si no adecuas las capacidades de producción, cada vez más será difícil pagar lo comprometido.

Para Goyenechea en la condición de quiebra en las que están las factorías, no pueden operar con “contratos” mientras no se resuelva la situación estructural, como lo es: que le sobran las dos terceras partes del personal, hay problemas de gerencia, corrupción y obsolescencia.

«Vicio perverso”

Entrevista al ministro de Industrias Básicas y Minería (Mibam), Rodolfo Sanz, publicada en el Correo del Caroní en la edición del 18 de julio de 2009.

– Tenemos entendido que la empresa Glencore está dispuesta a aportar los recursos que ayudarían a recuperar CVG Bauxilum en esta coyuntura. ¿Está manejando el Mibam esa posibilidad?

– Los recursos para la normalización de la empresa son del Estado, ninguna empresa puede decir que tiene los recursos, es el Estado quien dice, es el Estado quien señala de donde van a venir los fondos. El Estado -como ha dicho el presidente Hugo Chávez- tiene la responsabilidad de asumir las inversiones en la planta.

– ¿El presidente Chávez tiene conocimiento?

– Claro, el presidente Chávez tiene conocimiento de todo lo que ocurre en Guayana y del estado de la planta. El presidente Chávez vino aquí y recibió la propuesta. Yo soy aquí un funcionario colocado por el presidente Chávez para instrumentar las políticas y los estamos haciendo.

– ¿Qué se está discutiendo para reducir los costos de producción, cuando se ha dicho que el abultamiento de las nóminas es precisamente lo que ha generado el incremento de los costos de producción?

– No meter a nadie más a trabajar, es decir, aquí ha habido aumento de nómina de las empresas todos los años. En la cuarta República hubo mucho clientelismo en estas empresas, en la quinta República -seguramente- los presidentes que ya han Estado allí han metido unos trabajadores que no eran imprescindibles en esos momentos, ahora, ya están allí. ¿Qué vamos a hacer con ellos?

– Con base en esa realidad y la preocupación que existe ¿Qué se está haciendo? Si hay empresas y alianzas que están dispuestas a dar los recursos, por qué se habla que CVG Bauxilum no llega a octubre en esas condiciones. Entonces ¿Cuál es la propuesta que están evaluando?

– Te estoy diciendo que se van a supervisar lo que está haciendo y vamos a observar los puntos críticos para continuar las inversiones, vamos a subir los diques en las lagunas de lodo rojo, vamos a intervenir los intercambiadores de calor, vamos a trabajar en otras áreas para normalizar la producción de la empresa. Lo estamos haciendo.

Me insistes siempre en lo de las alianzas estratégicas, esas las determina el Estado. Mira yo estoy en desacuerdo, te lo voy a decir de manera clara: yo estoy en desacuerdo en que existan empresas que le den dinero a las empresas del Estado para resolver problemas puntuales porque eso es un vicio perverso que se creó aquí, me preguntas por Glencore, yo no estoy de acuerdo con que Glencore financie a las empresas básicas porque terminan apoderándose de las empresas y terminan ellos haciendo los que le da la gana.

El Estado escoge a sus aliados estratégicos, Glencore puede no ser un aliado estratégico, así tenga los miles de millones de dólares.

– ¿Cuánto tiempo aguanta el Estado para mantener las empresas en estas condiciones?

– No sé, no soy adivino, depende de la evolución de los ingresos del Estado, no sé, X tiempo. Será de los ahorros de la revolución ¿acaso tú tienes otra salida? Siempre insistes con Glencore, yo no estoy de acuerdo con eso.