Derrotado Trump en elecciones de Estados Unidos

Por Partido Socialismo y Libertad

«Lo hicimos», reza el cartel de la imagen. Después de 4 días de expectativas se confirmó: Trump fue derrotado en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Joe Biden, candidato del Partido Demócrata ganó con 74 millones de votos, el 50, 6% de los sufragios totales. Con un 66,4% de participación, el más alto nivel de la historia en ese país.

Inmediatamente que se conocieron los resultados miles de activistas del movimiento antirracista y del movimiento de mujeres, trabajadores, sectores populares, pero especialmente numerosos jóvenes, salieron en todo el país a festejar la derrota de Trump.

Compartimos esa alegría y satisfacción que invade al pueblo norteamericano, así como a los pueblos del mundo, ya que el derrotado es un personaje racista y misógino, representante del imperialismo norteamericano, que durante los últimos 4 años como presidente de Estados Unidos sólo benefició a las grandes transnacionales y capitalistas, reduciendo impuestos a las grandes fortunas; otorgó su apoyo abierto al Estado sionista y racista de Israel; atacó a los inmigrantes latinos, especialmente mexicanos, tildándolos de ”violadores”, y trató de alargar el muro en la frontera entre México y Estados Unidos. Igualmente impulsó el intento de eliminación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia; sacó a Estados Unidos del Acuedo de París sobre cambio climático; solicitó a la Corte Suprema de Justicia la eliminación del Obamacare, un programa limitado de seguro médico aprobado por Barak Obama, y respaldó la brutalidad policial y el racismo, tal como se evidenció con el asesinato de George Floyd.

Trump fue un presidente arrogante enfrentado a la lucha de las mujeres por sus derechos, que junto a sus aliados ultraconservadores ha impulsado políticas antiaborto, así como contra los derechos de la comunidad Lgbt.

Todo esto se vio agravado por su manejo displicente y negacionista ante el avance de la pandemia del Covid-19, la cual ha tenido un impacto terrible en los sectores más pobres de la sociedad norteamericana, que tienen un acceso limitado a la atención de la salud. El coronavirus puso al descubierto el desmantelamiento de los servicios de salud y el marginamiento de millones de personas, para los que la atención médica es un lujo. Millones han perdido sus empleos como consecuencia del agravamiento de la crisis económica a causa de la pandemia. Y como resultado del manejo errático y deficiente del gobierno federal y de los gobiernos estatales, más de 8,7 millones de personas se han infectado y 225.000 han muerto en los Estados Unidos.

La presidencia de Trump sirvió para envalentonar a los sectores más derechistas y reaccionarios existentes en los Estados Unidos, sin embargo, esto no impidió que los trabajadores, el movimiento antirracista encabezado por Black Lives Matter y el movimiento feminista dieran una contundente respuesta desde el principio de su mandato, tal como se evidenció en las movilizaciones del Mee Too y luego con el levantamiento popular que recorrió el país a los largo de varios meses a raíz del asesinato de George Floyd a manos de un policía en Mineápolis, Minesota.

No obstante, más allá de la derrota de Trump, la sociedad norteamericana mostró que está profundamente polarizada. La grave crisis económica profundizada por el coronavirus y el gran desempleo reinante, plantean la expectativa de que la juventud y el pueblo trabajador estadounidense van a luchar contra los planes de ajuste que prepara la patronal para recuperar sus ganancias.

Si bien se derrotó a Trump, la victoria de Biden y el Partido Demócrata no debe crear expectativas en los trabajadores y el pueblo. Este es un representante del imperialismo norteamericano. Biden fue vicepresidente de Obama y durante su mandato no resolvió ninguno de los problemas de los trabajadores, los afrodescendientes y el pueblo pobre, más bien ante la crisis capitalista de 2008 salvó a los bancos y multinacionales e impulsó también los planes de ajuste en el resto del mundo.

De allí que consideremos que para continuar la lucha por un cambio profundo en beneficio de los trabajadores, las mujeres, los inmigrantes, los negros y demás sectores populares es necesario que todos estos sectores junto a la DSA y demás organizaciones de izquierda, conformen un nuevo partido o movimiento de izquierda independiente de los patronos y los dos partidos del imperialismo norteamericano, una organización que represente verdaderamente los intereses de la clase trabajadora, la juventud y el movimiento antirracista.

Para los trabajadores y el pueblo venezolano no debe haber ninguna duda, tanto Trump como Biden son representantes de dos partidos del imperialismo estadounidense, y no hay que crearse expectativas con respecto a Biden.

Tanto Maduro como Guaidó ya salieron a felicitar a Biden, lo mismo hizo Leopoldo López, poniendo en evidencia que ambos sectores apuestan a acordar con el imperialismo norteamericano, y generando esperanzas en el nuevo Presidente de los Estados Unidos.

Trump viene aplicando desde el año pasado brutales sanciones económicas, especialmente contra nuestra industria petrolera, apoyadas por Guaidó y los partidos patronales, las cuales han agravado severamente las terribles condiciones sociales en las que desde hace años vivimos el pueblo y los trabajadores venezolanos, originadas en las políticas económicas tanto de Chávez como de Maduro.

En tal sentido desde el Partido Socialismo y Libertad exigimos al nuevo gobierno de Biden que levante las sanciones ilegales y abusivas que sólo afectan al pueblo venezolano. Asimismo que se devuelva la empresa Citgo y los dineros confiscados a corruptos y al Estado venezolano en los Estados Unidos.

Caracas, 8 de noviembre de 2020

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