Situación de la clase obrera venezolana en el marco de las políticas del gobierno

Por Prensa C-cura

A continuación presentamos el texto completo del documento que nuestra corriente sindical presentó en el encuentro de trabajadores y trabajadoras, organizado por el Espacio Sindical Unitario, en el cual se aglutinan distintos sindicatos y corrientes sindicales que hacen vida en el movimiento obrero venezolano. Este fue un importante esfuerzo, cuyo objetivo es tratar de unificar las luchas y conflictos, que con especial fuerza, vienen dando las trabajadoras y trabajadores en el último período, enfrentando el paquetazo de ajuste capitalista que aplica el gobierno, tratando de hacerle pagar al pueblo trabajador las consecuencias de la crisis económica.

Aporte para la discusión en el Encuentro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores en Lucha. Auditorio de la facultad de Medicina de la UCV, 30 de julio.

El movimiento obrero y sindical venezolano atraviesa por una grave crisis desde hace ya varios años.

En el 2006 hubo la oportunidad de que las trabajadoras y trabajadores se dotaran de una herramienta de lucha autónoma y clasista, en el marco del congreso de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), donde se podría haber votado un programa de lucha, y elegir su junta directiva, sin embargo esto fue frustrado por la intervención del gobierno de Chávez y sus burócratas sindicales, agrupados en aquel entonces en la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT).

La Unete fue una central sindical clasista y autónoma surgida en el año 2003, al calor de la lucha contra la burguesía y el imperialismo, después del paro-sabotaje petrolero del 2002.

Hoy el movimiento obrero atraviesa por un gran retroceso en su organización y conciencia política y clasista, que le ha permitido al gobierno avanzar en la aplicación del plan de ajuste. Por ello es necesario retomar la plena conciencia de que solo la unidad más amplia y la movilización de la clase trabajadora, es la única forma de impedir el avance patronal-gubernamental.

Los trabajadores y trabajadoras hoy padecen la constante violación a la libertad y autonomía sindical, el desconocimiento de sus organizaciones genuinas, el paralelismo sindical impulsado desde las inspectorías del Trabajo, la violación o no discusión de las contrataciones colectivas, la desaparición del derecho a huelga, la persecución, hostigamiento y criminalización de los dirigentes sindicales y trabajadores que luchan por sus derechos, lo que ha llevado a que hoy más de 160 trabajadoras y trabajadores se encuentren detenidos, y un número indeterminado tenga medidas cautelares en su contra. Por otra parte, no existe en Venezuela una gran central sindical unificada, más allá de pequeñas centrales o corrientes sindicales que hacen vida en el movimiento obrero, con grandes dificultades para organizar a los trabajadores.

En ese marco, durante el presente año, después de atravesar un período de reflujo durante la pandemia del Covid19, el movimiento de los trabajadores y trabajadoras, tanto activos como jubilados, del sector público y privado, ha venido experimentando un importante repunte en las luchas en todo el país, enfrentando el paquetazo de ajuste del gobierno, luchando por reenganches de los despedidos, por la libertad de los detenidos, por salario igual a la canasta básica, y en el último período con mucha fuerza contra el instructivo de la Onapre.

La crisis mas grave de nuestra historia

Nuestro país atraviesa desde hace años una profunda crisis económica, en el marco de la crisis capitalista global. Con catastróficas consecuencias sociales, que ha llevado a millones de personas al hambre y la pobreza, y obligado a otros 6 millones de venezolanos y venezolanas a emigrar, fenómeno completamente inédito en nuestra historia demográfica.

Sin ninguna duda, esta crisis es la más grave de nuestra historia contemporánea, generada por las políticas gubernamentales que solo han beneficiado al empresariado, mientras se descargan las consecuencias del desastre económico sobre los hombros del pueblo y los trabajadores.

En ese marco, nuestro país ha sido víctima de unas injustas sanciones económicas aplicadas por el imperialismo, tanto norteamericano como europeo, que no han tenido ningún efecto en la estabilidad del gobierno de Maduro, siendo el pueblo trabajador venezolano el que ha soportado las consecuencias de dichas sanciones. Pero estas no son la causa del desastre social que padecemos, en todo caso, esas medidas leoninas aplicadas por el imperialismo, agravaron una situación ya existente, ocasionada por la severa crisis económica y las políticas aplicadas por el gobierno. Desde nuestra corriente C-cura hemos repudiado en reiteradas ocasiones las sanciones económicas aplicadas por el imperialismo, norteamericano y europeo, contra nuestro país. Y exigimos que sean levantadas. Pero más allá de las criminales sanciones económicas imperialistas en rigor, tenemos salarios de hambre, no hay gasolina, ni gas, falta el agua y hay continuos apagones, debido a la desinversión, falta de mantenimiento y la corrupción en las empresas estatales.

El gobierno nos aplica un paquetazo de ajuste capitalista

Debemos decirle con toda claridad a las trabajadoras y trabajadores por qué el gobierno aplica instrumentos que lesionan nuestros derechos y liquidan el salario.

El instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) no fue la decisión unilateral de algún funcionario, en rigor, es parte del paquetazo de ajuste que el gobierno aplica desde el 2014, y que en el 2018 le puso nombre y apellido: Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, el cual acompañó con el memorando 2792, a través del cual se eliminó el derecho a huelga y la negociación colectiva de trabajo; permitiendo la intromisión del gobierno en los términos acordados en los contratos colectivos, facilitando que los empresarios privados bonificaran los salarios (pagan el salario mínimo de ley y un bono en dólares que no es parte del salario), eliminaran cláusulas socioeconómicas de las contrataciones colectivas, o simplemente se suspendiera por años las discusiones contractuales.

El objetivo del gobierno con este paquete de ajuste es hacernos pagar a las trabajadoras y trabajadores el costo de la crisis capitalista, ofreciéndoles a los empresarios nacionales y transnacionales mano de obra semiesclava, con salarios de hambre, y sin sindicatos autónomos, para salvarle los negocios a los empresarios. Por eso los exime de impuestos para importar; avanza en la privatización de las empresas del Estado, vendiendo acciones en la bolsa; llama a Macron y a las transnacionales francesas para que inviertan, y aprueba la ley Antibloqueo y la de zonas económicas especiales para terminar de entregar nuestra soberanía y los pocos derechos laborales que aún quedan. Por otra parte, sigue negociando con Biden y el Foro Cívico, donde se agrupan organizaciones y personalidades ligadas a la oposición patronal, para retomar el diálogo de cúpulas en México. Resaltar

Mientras le da beneficios a los capitalistas, paga salarios de hambre en la administración pública, otorga toda clase concesiones a los empresarios en las inspectorías del Trabajo; privatiza empresas estatales, libera las importaciones, y no invierte en servicios como suministro de agua, electricidad, transporte; ni en Pdvsa ni en las empresas básicas.

Por su parte, los sectores empresariales y sus economistas, la burocracia sindical oficialista, y la ligada a la mayoría de los partidos de la oposición de derecha, coinciden con el gobierno en el ajuste. Están de acuerdo con mantener los salarios bajos, argumentando que de aumentarse se afectarían las empresas y no vendrían las inversiones extranjeras. Están de acuerdo con las empresas mixtas en el sector petrolero, pero abogan porque se incremente la participación de empresas norteamericanas. Precisamente esto fue lo que plantearon en una carta a Biden, las organizaciones del Foro Cívico que se reunieron con Maduro: profundizar la entrega de los recursos del país a cambio de flexibilizar las sanciones.

Con todas estas medidas queda al descubierto para quién gobierna Maduro: Para los grandes grupos económicos nacionales y transnacionales. Trata de “normalizar” la economía capitalista venezolana para que las empresas privadas continúen sus negocios en Venezuela, y ofrece poner en bandeja de plata nuestra riqueza petrolera, el Arco Minero del Orinoco y demás recursos del país, a las transnacionales chinas, iraníes, rusas, pero también a las francesas, norteamericanas y de otros países.

El gobierno de Maduro es la continuación lógica de Chávez

En rigor, el gobierno de Maduro no hace otra cosa que profundizar las tendencias que ya estaban presentes en el gobierno de Chávez. No podemos olvidar que fue durante el gobierno de Chávez que se establecieron los contratos de empresas mixtas que convirtieron a las transnacionales en socias de Pdvsa en el negocio petrolero, y fue con Chávez que se ideó y comenzó a aplicar el proyecto entreguista del Arco Minero del Orinoco (Ver vídeo Aló Presidente del 23 de agosto de 2011. https://youtu.be/mgNZGj4pY4A).

Hoy el proyecto reformista de Chávez se hunde en medio del hambre, los bajos salarios y la destrucción de los servicios públicos, de Pdvsa y las empresas básicas. Todas las expectativas que se generaron con el chavismo fracasaron porque nunca se tuvo la disposición política de avanzar al socialismo con democracia de los trabajadores y trabajadoras.

Es necesario unir todas las luchas

Mientras el gobierno sigue su acercamiento al imperialismo, a las empresas privadas y la oposición patronal, las trabajadoras y trabajadores debemos unirnos. Avanzar en la unidad de todas las luchas que se vienen dando en el último período.

En tal sentido creemos desde C-cura que es necesario lograr la más amplia unidad de trabajadoras, trabajadores y dirigentes sindicales para derrotar la política antiobrera y capitalista del gobierno. En ese sentido, reivindicamos al Espacio Sindical Unitario, creado en Caracas y que ha promovido este encuentro, como una experiencia sumamente positiva de unidad de acción, en la que que hasta ahora han tenido cabida dirigentes sindicales y trabajadores de distintos sectores, independientemente de sus posiciones políticas, ideológicas o partidistas. Que nos obliga a todos sus integrantes a cuidar dicho espacio sindical.

Más allá de las diferencias que pueda haber entre nosotros, creemos que para derrotar la política hambreadora del gobierno, debemos generar un gran movimiento nacional unitario de trabajadoras, trabajadores y dirigentes sindicales. Una gran unidad de la clase.

Al gobierno y su política capitalista y antiobrera, no se le va a derrotar divididos, y esto sabemos que los trabajadores y trabajadoras lo entienden perfectamente, porque cuando vamos a una huelga o un conflicto en una fábrica o en alguna empresa, requerimos unirnos y ganar a la mayoría de los trabajadores para la lucha, no les preguntamos a qué partido pertenecen, si es católico, evangélico o ateo.

Precisamente por eso, somos parte de la organización de este Encuentro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores en Lucha, que tiene como objetivo unir a todos los que luchan en el país, y en el cual se pueda aprobar un programa con las principales reivindicaciones por las que debemos luchar, así como un plan de movilización nacional.

Por un Plan Obrero y Popular alternativo al paquetazo de Maduro

Queremos explicar de la forma más clara posible, por qué es necesario que las trabajadoras y trabajadores, además de pelear contra el memorando 2792, por el reenganche de todos los despedidos, por la libertad de las trabajadoras y trabajadores presos, contra el instructivo de la Onapre, debemos ir más allá y luchar por lo que desde C-cura llamamos un Plan Obrero y Popular de emergencia.

El gobierno junto a su burocracia sindical arrodillada, optó por aplicar un fuerte ajuste económico en connivencia con los empresarios. En ese sentido, desde C-cura decimos que a ese paquetazo de ajuste antiobrero y antipopular del gobierno, hay que oponer un Plan Obrero y Popular alternativo, que surja de la discusión entre las trabajadoras, trabajadores y sectores populares. Para enfrentar la crisis económica y social pero con medidas que recuperen el nivel de vida del pueblo que devenga un salario. Y no haciéndonos pagar los platos rotos de una crisis creada por el gobierno, los corruptos, empresarios y grandes transnacionales.

Así como el gobierno tiene su plan que favorece a los empresarios y transnacionales, los trabajadores y trabajadoras debemos proponerle al país y a todo el pueblo oprimido, una salida global a la crisis, pero que parta de nuestras necesidades e intereses.

Ese Plan Obrero y Popular debe financiarse a través de un Fondo Social y Económico de emergencia, cuyos recursos salgan del bolsillo de los que más tienen: grandes empresarios nacionales, banqueros y transnacionales. Mediante la eliminación de los contratos de empresas mixtas. ¡Que el petróleo sea 100% estatal sin transnacionales y gestionado por sus trabajadores, profesionales y técnicos! ¡Impuesto progresivo a los grandes capitalistas nacionales y transnacionales! ¡No pago de la deuda externa! ¡Que cesen los gastos policiales y militares! ¡Repatriación de recursos del exterior! ¡Confiscación de bienes de corruptos! Con todos esos recursos garantizar salarios y pensiones iguales a la canasta básica. Un plan de infraestructura para recuperar universidades, escuelas, hospitales y ambulatorios, que proporcione empleos dignos y productivos. ¡Plan de inversión en la industria petrolera, en el sistema eléctrico y empresas básicas para que haya gasolina, gas, electricidad! Todo ello en la perspectiva de luchar por un gobierno de las trabajadoras, trabajadores, y por el verdadero socialismo.

Caracas, 27 de julio de 2022

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