Al pichón de esquirol Oswaldo Vera solo le falta gritar: ¡¡¡Duce, Duce, Duce!!!

Vera y Maduro

Vera y Maduro
Vera y Maduro

Por: Yuri Valecillo

Y entonces la sangre llega al río y tengo que escuchar a un diputados hablar como cotorra frenética y me lo imagino extendiendo su brazo derecho, colocar su mano con la palma hacia adelante y los dedos juntos y gritar “DUCE, DUCE, DUCE”. ¿Pero qué se puede creer este sujeto que entre la poltrona del parlamento, la cama ergonómica y el asiento del carro pasa su vida?

Esta me impacta: Diputado Oswaldo Vera plantea a Maduro movilizar una “brigada especial” a Sidor para «ponerla a funcionar»

Entonces van a llevar cincuenta esquiroles, osea esquiroles con formación política, cuadros de rompehuelgas; patronal es ´patronal aunque sea el gobierno.

Por ahí me escribe un amigo sidorista de esos de fábrica de tubos o sea alto ruido y alto calor: “Cómo pretenden arrancar una empresa que está parada porque no tienen materia prima, insumos, no tiene repuestos. ¿Con qué quieren arrancar? (…) Será con patria que va a arrancar Sidor”.

Cada vez que leo a uno de estos pichones de esquirol recuerdo aquel poema de Miguel Otero Silva, sí aquel donde habló de los rompehuelgas, esos seres abominables que entre su cobardía y su capacidad para transformarse en un ser digerible al poder, esos cuyo eslogan de vida es “con el gobierno, mande quien mande”.  Son estos detalles del tamaño de una catedral, los que nos hacen dudar del carácter ilustrado, solidario y fraterno de algunos de los portavoces de el gobierno.

No imagino que le pasaría por la cabeza de este señor que entre bastidores y en la soledad de su existencia comienza a proponer enviar cincuenta cuadrados, perdón, cuadros, a provocar a los trabajadores de la Siderúrgica Alfredo Maneiro, SIDOR.

Veamos qué dice Oswaldo Vera:

“Allí tenemos, por ejemplo, las circunstancias que estamos viviendo en Guayana y en particular en Sidor. Nosotros, los trabajadores, nos hemos comprometido -Presidente- con una brigada especial de 50 cuadros, nos vamos a movilizar porque Sidor es patrimonio de los trabajadores y de los venezolanos, y la vamos a poner a funcionar, querido Presidente”, dijo Vera como una de las medidas para derrotar la guerra económica y emprender la “revolución industrial”.

Yo le pediría al supuesto dirigente sindical, que nunca se le ha conocido ninguna actividad laboral, que si no es así que señale la cuenta individual del IVSS para que los venezolanos conozcamos en qué empresas ha laborado.

Amanecerá y veremos, pero ya la batalla mediática contra los trabajadores de SIDOR tiene sus días y sus ayeres y aún el Rey De La Cabilla continúa sus andares por la capital del hierro y el acero de Venezuela. Se siguen llenando la boca acusando a esos que están frente al brillo de un horno y los acusan de lo que les venga en gana. Detengan la intriga, detengan la verborrea y no vayan a SIDOR a provocar a los trabajadores que están asumiendo desde hace mucho la defensa de una empresa que es de los venezolanos. El plan al parecer es provocar y hacer de los esquiroles “víctimas” de los trabajadores sidoristas. Por cierto, la Capital de Venezuela es Caracas y no confundan con el Capital Chino que esta en Beijing.

Y como es esto, ya no podemos esconder puntos y comas de personajes que ahora se vuelven paladines de la República y de la clase obrera, veamos el “heroico” currículum  laboral http://oswaldovera.psuv.org.ve/biografia/#.U-jXkuN5Nad

Les dejo el poema de Miguel Otero Silva que le va como anillo al dedo a nuestro Ducecito, perdón, Oswaldo Vera:

Manos torpes y manchadas
las manos del rompehuelga
manos que cuando trabajan, traicionan

Manos arteras
cuyo sudor no enaltece
sino ultraja lo que crean

Son las manos mas infames
las manos del rompehuelga

Ni las del enterrador
sucias de muerte y de tierra,
porque el mismo enterrador
tiene las manos honestas

No hay otras manos tan viles
como las del rompehuelga

Ni las manos del verdugo
oscuras de sangre ajena,
ni las manos que en las carceles
remanchan negras cadenas

No hay manos que agravien tanto
como las del rompehuelga

Manos que cuando se alquilan,
alquilan su honor con ellas.

Podrido barro en las uñas
y sangre verde en las venas

Surcadas de maldiciones
las manos del rompehuelgas

Oí decir a un anciano
obrero de voz abuela,
mientras mostraba las manos
arrugadas de faena:

Prefiero las manos mancas
que manos de rompehuelga.

 

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