Brasil: Metalúrgicos del astillero Brasa en huelga contra la patronal y la burocracia sindical

La reconocida combatividad de los trabajadores metalúrgicos de Niteroi y Río de Janeiro no deja de sorprendernos. En su mayoría pertenecientes a las estratégicas empresas de la industria naval, ligadas a la producción de buques y plataformas para la exploración petrolera, este importante sector no para de luchar. Dos sectores han sido los principales objetivos de la huelga. Por un lado la patronal, que a pesar de sus jugosos contratos con el Estado brasileño, destruye los salarios e impone ritmos y condiciones de trabajo degradantes. Por el otro la burocracia sindical, por más de 20 años enquistada en el sindicato y que viene a través de maniobras legales extendiendo su mandato, vencido hace tres años, y es apoyada por las decisiones judiciales que retrasan la realización de una elección democrática, en la certeza de que en ella sería duramente derrotada.

La reconocida combatividad de los trabajadores metalúrgicos de Niteroi y Río de Janeiro no deja de sorprendernos. En su mayoría pertenecientes a las estratégicas empresas de la industria naval, ligadas a la producción de buques y plataformas para la exploración petrolera, este importante sector no para de luchar. Dos sectores han sido los principales objetivos de la huelga. Por un lado la patronal, que a pesar de sus jugosos contratos con el Estado brasileño, destruye los salarios e impone ritmos y condiciones de trabajo degradantes. Por el otro la burocracia sindical, por más de 20 años enquistada en el sindicato y que viene a través de maniobras legales extendiendo su mandato, vencido hace tres años, y es apoyada por las decisiones judiciales que retrasan la realización de una elección democrática, en la certeza de que en ella sería duramente derrotada.

Esta vez los protagonistas son los trabajadores del astillero Brasa que, desde el 10 de abril, vienen paralizando sus actividades y participando en manifestaciones callejeras masivas. El detonante del conflicto fue el anuncio de la compañía de que el pago de las utilidades sería en cuotas y que no reconocía la comisión de fábrica, elegida por la base, como representante de los trabajadores en las negociaciones salariales, medida necesaria para poner fin a las traiciones repetidas del sindicato.

Sorprendida frente a la primera huelga con pleno acatamiento por parte de la base y una fuerte movilización, la patronal hizo una pequeña concesión y se comprometió, frente a la comisión de fábrica, a pagar el día 30 el derecho a las utilidades de forma completa y abrir al día siguiente una discusión entre su departamento legal y un representante de los trabajadores para evaluar un posible reconocimiento del nuevo organismo. Pero el viernes, alegando que los trabajadores no podían continuar con la huelga, el empleador incumplió su compromiso y no se celebró la reunión acordada.

En esta jugada, por supuesto, participó la dirigencia sindical, que hizo circular una nota donde la empresa la reconoce como único interlocutor.

Un tiro en el pie

El no reconocimiento de la comisión de fábrica y la insistencia en mantener al sindicato, cuya dirigencia es odiada por la base, como representante en la negociación salarial del 2014, fue un verdadero tiro en el pie. En la madrugada del lunes, en la entrada del primer turno la asamblea de base fue categórica: ¡mantener la huelga! Pero en la tarde del mismo día la patronal daría una respuesta brutal con la intención de quebrar al movimiento: 14 delegados de la CIPA (Comisión Interna de Prevención de Accidentes) incluidos los miembros de la comisión de la fábrica, fueron despedidos y los trabajadores recibieron el pago de su anticipo con descuentos de entre 300 y 500 reales por día de huelga, una ilegalidad flagrante, ya que el anticipo corresponde a días efectivamente trabajados. Es importante destacar que el astillero Brasa, de origen holandés, también está asociado con la holandesa SBM, la compañía más grande del mundo especializada en la construcción de plataformas marinas, a su vez involucrada en los escándalos de pagos de sobornos a funcionários de la Petrobrás para obtener contratos de alquiler de buques-plataforma para la exploración.

Según la investigación producida por la propia SBM en Holanda, los empleados de Petrobras habrían recibido al menos 30 millones de dólares para favorecer los contratos con la empresa holandesa. Uno de estos contratos, precisamente, era para la construcción de la Plataforma Ciudad de Ilhabela, que actualmente está siendo ensamblada en la Bahía de Guanabara por los trabajadores en huelga del astillero Brasa. El valor de este contrato entre SBM / Brasa / Petrobras supera los 2 mil millones de reales. ¿Será que esa impunidad para corromper funcionarios de alto rango del gobierno es la que alienta a esta multinacional a irrespetar los derechos de los trabajadores brasileños?

Pero Brasa no encontrará entre los trabajadores la misma condescendencia que obtiene de los jefes de Petrobras. La huelga continúa. En una nueva asamblea celebrada bajo una persistente lluvia en la mañana del martes 15, los trabajadores votaron a favor de la huelga y la organización de base asegurará la huelga a las puertas de la empresa. La aplicación de esta medida radical comenzó a aplicarse este miércoles, al momento de cerrar este periódico, con un 100% de cumplimiento. La fuerza y la continuidad de la huelga serán fundamentales para obtener una victoria, por lo tanto es necesario el apoyo y la solidaridad de los sectores políticos y sindicales clasistas y combativos. El SINTUFF, Unidos para luchar, delegados y trabajadores de otros astilleros, compañeros de la lucha reciente en Garis, abogados del movimiento y dirigentes del Psol de Río de Janeiro, ya forman parte de esta lucha. Con el correr de los días, esperamos que nuevas organizaciones y políticas y sindicales vengan a sumar su solidaridad.

Traducción: Laclase.info

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