El conflicto universitario continúa: las Normas de Homologación dependen de nuestra lucha

Hace más de dos meses los universitarios hemos venido manteniendo un paro nacional como medida de lucha ante un gobierno que no quiso escuchar el clamor de las bases por condiciones dignas de trabajo

Hace más de dos meses los universitarios hemos venido manteniendo un paro nacional como medida de lucha ante un gobierno que no quiso escuchar el clamor de las bases por condiciones dignas de trabajo desde hace años. La crisis universitaria actual tiene varios matices y en cuanto al problema salarial, ningún gobierno de la 4ta ni de la 5ta República han respetado las Normas de Homologación. Desde el salario deteriorado del personal activo hasta el caso de los jubilados que devengan menos de un salario mínimo, se ha tenido una circunstancia económica y social definitivamente insostenible para los que trabajamos en la universidad. Pero sumado a esto están las medidas de restricción económica donde no ha habido una sola asignación presupuestaria que no haya sido deficitaria, llevando a las instituciones al ahogo y a que las autoridades administren la miseria, restringiéndose el desarrollo académico, científico y tecnológico. Sin hablar, por ahora, de la ineficiencia y la falta de control por parte de la comunidad universitaria en cuanto a la ejecución y planificación del presupuesto.
Pero, este gobierno que prefiere conversar y pactar con miles de empresarios antes que reconocer y sentarse a dialogar con nuestra federación, FAPUV, en conflicto por mejoras salariales, es el mismo al cual los universitarios en paro y movilizados dijimos NO a su política antidemocrática que pretende imponer una Convención Colectiva inconsulta con las bases y repleta de vicios que vulneran la Autonomía y los derechos laborales. Así, es necesario reconocer que gracias al paro nacional y la movilización proyectamos la problemática universitaria hacia la sociedad civil y pudimos salirle al paso a una serie de amenazas del gobierno que nos llevaron a profundizar y redimensionar la justa lucha y dentro de la cual se han conquistado el que la OPSU se haya tenido que sentar a dialogar con los gremios, un aumento salarial superior al que originalmente nos “madrugó” el MPPEU, el respeto a los jubilados y los derechos ya adquiridos, las reivindicaciones estudiantiles (aumentos becas, ayudantías, preparadurías y crédito adicional para comedores), el reconocimiento de las Acta-Convenio preexistentes en las universidades autónomas, la supresión de las cláusulas de la Primera Convención Colectiva Única (ICCU) de carácter adoctrinantes dentro de lo que los personeros del gobierno dicen entender como “socialistas del siglo 21” y que vulneran la autonomía y la pluralidad universitaria.
Aquí es necesario denunciar que esta gran jornada nacional de los profesores sigue estando en la mira de ciertos individuos y grupúsculos ligados al Gran Polo Patriótico y el PSUV, los cuales se han dedicado no solo a minar las justas demandas salariales sino que han jugado un rol esquirol al imponer demandas judiciales contra dirigentes gremiales en tribunales vendidos al oficialismo. Recientemente, ante las declaraciones de la directiva de FAPUV, en relación al mantenimiento del conflicto universitario en defensa de las Normas de Homologación, Orlando Zambrano (Fenastrauv) y Carlos López (Fetrauve) mienten al decir que la ICCU está por encima de las Normas, lo cual de ser cierto no estarían como “gallina mirando sal” cada vez que se habla del asunto. Pero lo peor de todo es que estos dos mensajeros de la política anti-universitaria siguen amenazando a los profesores en lucha. Un triste y penoso papel de dos trabajadores sin conciencia de clase, cómplices de la criminalización de la protesta y a quienes la historia les pasará factura.
Pese a esto y a que desde el principio personajes ligados al oficialismo y la oposición han estado en contra del paro nacional en defensa del salario y la autonomía, se han conquistado reivindicaciones tangibles y se ha avanzado en otras de carácter principistas. Los 10 acuerdos de Agosto firmados por FAPUV y la OPSU son de carácter político y algunos de éstos, que alguien pudiera decir que redundan en cuanto a aspectos constitucionales y legales relativos al reconocimiento del carácter patronal de las autoridades rectorales, la libertad de asociación y el derecho a la negociación de las condiciones colectivas de trabajo y la intangibilidad y progresividad de los derechos laborales. Pero todos conocemos el descaro del gobierno cuando sabemos que éste no respeta la libertad sindical pues nos ha costado nada menos que un paro nacional para que se dignara a sentarse frente a FAPUV (sin que aún Calzadilla haya dado la cara) y sumado a esto, la desfachatez de Telémaco Figueroa (Fenasinpres) cuando afirma que ellos están promoviendo sindicatos paralelos e inconsultos con las bases profesorales. Los universitarios no somos los únicos que “nos sacamos la lotería” con respecto al irrespeto con que el gobierno trata nuestra manera autónoma de organizarnos gremialmente, pues éste no respeta ni a los sindicatos ni a los consejos de trabajadores afectos al gobierno. Para ejemplo de esto véanse los casos de las empresas Lácteos Los Andes, Diana, Dianca, Pedro Camejo, Helados EFE y ni hablar de las tácticas dilatorias para la firma y de desmejoramiento del contrato colectivo en las empresas de Guayana.
Debemos subrayar que dentro de los acuerdos OPSU-FAPUV de Agosto está la “intangibilidad y progresividad de los derechos laborales” y que por la mala experiencia, los trabajadores y el pueblo venezolano sabemos bien lo que significa la progresividad e intangibilidad para este gobierno: “te doy el aumento salarial que me de la gana, cuando yo quiera”. Por tanto, es fácil deducir que las Normas de Homologación para nada están garantizadas y que debemos defender como consigna central de nuestra lucha. Los aumentos del sueldo mínimo por Decreto Presidencial de 20% y 10%, correspondientes al período Mayo-Septiembre han quedado rezagados si consideramos que, según el gobierno, el índice inflacionario acumulado para Agosto ronda el 29%. Si a esto sumamos las devaluaciones oficiales y no oficiales (SICAD) llegamos a un costo de la vida que pulveriza cualquier salario de un trabajador que debe llevar el sustento a su hogar. Hoy más que nunca, la defensa de las Normas de Homologación representa una necesidad irrenunciable de los profesores, empleados y obreros. Más allá del recinto físico de nuestra Alma Mater, así como los trabajadores del país ven que solo mediante el ejemplo de lucha de los universitarios es que se conquistan las reivindicaciones, también está la necesidad de luchar por una escala móvil de salarios, que es el espíritu de las Normas de Homologación.
En este sentido, nos solidarizamos con el llamado de FAPUV a mantener la situación de conflicto y la lucha por que se concrete la mesa de discusión para aplicar las Normas de Homologación. Pero no se trata de simplemente “revisar la aplicabilidad” de las Normas sino que todas las tablas salariales del personal activo y jubilado, profesores, empleados y obreros deben ser ajustadas según el índice inflacionario promedio bianual con base en las Normas de Homologación vigentes desde 1982 y no aumentos basados en la arbitrariedad del gobierno de turno. En consecuencia la mesa de discusión de deudas debe reorientarse y remontarse, por lo menos al año 2004. Es necesario prepararnos para el establecimiento de la fecha del 14 de Noviembre del 2013 como plazo u “Hora 0” para concretarse la mesa sobre Normas de Homologación en términos claros y respetuosos del derecho laboral. No basta que los dirigentes de nuestras Asociaciones y FAPUV digan que están “vigilantes”, es necesario que éstos hagan acto de presencia en cada facultad y escuela, alertando a la comunidad sobre la situación del conflicto, así mismo cada trabajador y trabajadora tenemos la responsabilidad de conversar con nuestros colegas y estudiantes, con empleados y obreros, invitándolos a la unidad intergremial en defensa del salario, la autonomía y aspectos reivindicativos estudiantiles, como la dotación de nuevas unidades de transporte, reparación de las ya deterioradas, dotación para los laboratorios y actualización de las bibliotecas. La instalación de comités de conflicto intergremiales por facultad, la realización de asambleas y foros de debate sobre autonomía, presupuesto universitario y los riesgos de una nueva Ley de Educación Universitaria, la organización de concentraciones de calle pueden allanar el camino para reorganizar y recuperar “músculo” para el 14 de Noviembre, la hora en que el gobierno tiene que dar una respuesta sin guabineos por nuestras Normas de Homologación.

¡Estamos decididos a defender las Normas de Homologación!

¡Por la instalación de la mesa de aplicación de las Normas de Homologación!

¡A fortalecer el comité de conflicto UC y las asambleas de base!

¡Apoyemos las marchas regionales que convocarán los estudiantes para conmemorar el Día del Estudiante el 21 de noviembre!

¡Por un gran Acto Nacional de Reafirmación Universitaria en Caracas!

Miembros del comité de conflicto UC

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