En tiempos de despidos, la unidad y la lucha se imponen

Por: C-cura

Valencia 11 de febrero de 2015. El día de lucha de los despedidos comenzó muy temprano este miércoles 11 de febrero en la capital carabobeña. Desde las 7 de la mañana decenas de trabajadores que han sido cesanteados en forma injusta, arbitraria, ilegal e inhumana, se dieron cita en la popular esquina de la Espiga de Oro del barrio la Isabelica para distribuir boletines denunciando su situación e invitando a participar de la movilización que a partir de las 9 de la mañana se desarrollaría desde ese sitio hasta los portones de la empresa Chrysler, la cual se ha convertido en emblemática, porque en esa multinacional, en forma concertada y descarada, los empresarios, los dirigentes sindicales traidores y los funcionarios de la Inspectoría del Trabajo llegaron a un acuerdo para dejar en la calle a 76 trabajadores y sus familias.

Llegaron los trabajadores despedidos de Chrysler, Ajeven, Filtros Wix, Petrocasa, Vicson, tercerizados de Pirelli y de General Motor. Trabajadores de la Misión Barrio Adentro, Alcave y del sector de la industria plástica afiliados a la Fusbec. También se hicieron presentes los activistas de C-cura, Opción Obrera y la UST.

Funcionarios de la policía y efectivos de la Guardia Nacional que ya estaban informados de la convocatoria, llegaron primero previendo cualquier alteración del orden público. Pero no tuvieron necesidad de actuar porque rápidamente se dieron cuenta que se trataba de una protesta justa, de carácter pacífica y que por más que quisieran impedirla, leían en los ojos de los participantes que éstos estaban dispuestos a cumplir con el recorrido fijado con antelación. Solamente un agente de la Guardia Nacional quiso hacerse el importante solicitando no interrumpir el tráfico, petición que no tenía sentido porque precisamente la Comisión de Orden de la marcha aseguraba el libre tránsito por uno de los canales de la amplia avenida.

La columna que partiera desde La Espiga de Oro se fue estirando al nutrirse con nuevos participantes y con compañeros despedidos que se sumaban con sus vehículos. La solidaridad de la población fue digna. Con todo respeto los conductores acataban las señales emanadas del comité de Orden y recibían los distintos boletines de denuncia que entregaban los trabajadores.

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Al doblar por debajo del elevado de La Quizanda, los trabajadores decidieron ocupar toda la avenida y así llegaron hasta los portones de la Chrysler, donde los despedidos y los dirigentes sindicales de las diversas corrientes tuvieron oportunidad para expresar la denuncia de su situación, saludar a los trabajadores de Chrysler, desenmascarar a la dirigencia sindical traidora que está comprometida con los despidos y a motivar a los trabajadores activos a respaldar la lucha que desarrollan los despedidos para ser reintegrados a sus puestos de trabajo.

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Las amenazas proferidas por Cristian Pereira, quien en la asamblea del pasado lunes manifestó que iba a movilizar a los trabajadores activos para impedir que los despedidos llegaran hasta el portón, quedaron en simples bravuconadas, porque afortunadamente los sensatos y solidarios trabajadores de Chrysler no se prestaron para servir de comparsa a la política de esquirol pregonada por el Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Chrysler.

Con la moral en alto los despedidos y activos que participaron en la movilización se dispersaron, no sin antes convocar a una nueva asamblea para días venideros en la que se evaluará la marcha de hoy y seguir desarrollando el plan de acción acordado con antelación.

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