“Nos llevan a la quiebra, tanto a Sidor como al país”

El comité ejecutivo prefirió no tener protagonismo en la movilización hasta la Inspectoría del Trabajo y dio paso a los trabajadores de base en la vocería.

El comité ejecutivo prefirió no tener protagonismo en la movilización hasta la Inspectoría del Trabajo y dio paso a los trabajadores de base en la vocería.

El Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss) formalizó el reclamo de las cláusulas económicas del contrato colectivo con la interposición de un pliego conciliatorio la mañana de este jueves.
Con el requisito legal, la institución ha dado paso a la etapa conflictiva en la discusión del contrato colectivo que comenzó en 2012 y que tras dos casi dos años de negociación no termina de concretarse.

Los 11 miembros del sindicato Sutiss, excepto el secretario de finanzas, José “Acarigua” Rodríguez, asistieron a la convocatoria, formulada en el portón III de Sidor.

Los trabajadores se movilizaron en la flota de transporte y permanecieron en las inmediaciones del ente ministerial hasta tanto la inspectora del Trabajo recibió el documento y las más de 2 mil firmas de los sidoristas.

“No somos culpables”
Empero, el comité ejecutivo prefirió no tener protagonismo en la movilización, y dio paso a los trabajadores de base en la vocería.

El trabajador Luis Martínez, con 12 años de antigüedad en el departamento de ingeniería de ambiente, cuestionó la política gerencial del gobierno, que ha conducido a la acería a sus niveles productivos más bajos.

“Lo que necesitamos es una gran inversión. El gobierno aprobó 314 millones de dólares y no han llegado, se perdieron. No entendemos por qué no llegaron los insumos. Eso no es por culpa de los trabajadores”.

Con ese argumento, los trabajadores sostienen que la disminución de la producción no puede reposar sobre sus hombros, mucho menos con la negación del salario que exigen en la discusión del contrato colectivo. “No entendemos por qué el Gobierno de
Nicolás Maduro no nos ha dado la inversión”, dijo.

Aunque prefirieron no ahondar en las últimas incidencias tras la destitución del ministro de Planificación, Jorge Giordani, Martínez consideró que, de no cambiar las prioridades y necesidades de las empresas de la región, “nos van a llevar a la quiebra, no tanto a Sidor sino al país. A Guayana no quieren venir, debe ser por los problemas que hay en las empresas”.

Una prueba
El trabajador Armando Simón, antiguo tercerizado y desde hace un año en la nómina fija, retó al presidente Nicolás Maduro a demostrar de qué está hecho su “obrerismo”.

“Si este gobierno central dice que es obrerista, demuéstrelo con los trabajadores de Sidor. El costo de la vida se ha elevado un 200 por ciento, ya nada alcanza. Un paquete de harina cuesta 100 bolívares, ustedes lo saben, por eso estamos resteados y vamos a luchar nuestra contratación colectivo”.

Los sidoristas insisten en que la realidad de la estatal sería otra si hubiese un consenso en la administración. “Mire, presidente Nicolás Maduro, hacen falta los recursos para poner a funcionar a esta empresa. Alcasa, Carbonorca, Bauxilum, todas están en el suelo. ¿Van a dejar acabar este pulmón industrial? Se está acabando, presidente”.

Cuando faltan 12 cláusulas para finalizar la discusión de la convención colectiva, los trabajadores proponen comenzar a “calentar la calle” como una estrategia para evitar nuevas paralizaciones que profundizarían el deterioro de la fábrica.
“Si no nos dan los repuestos e insumos, también nos verán en la calle defendiendo nuestra empresa y nuestra familia”, dijo Martínez.

Otro escenario
La producción de la acería ha retrocedido 40 años, 1.5 toneladas de acero líquido anuales en 2013, lo que representa 34 por ciento de su capacidad comprobada.

En los primeros cuatro meses de este año, la estatal logró colar 379 mil toneladas de acero líquido, el equivalente a lo que en 2007 -en la administración del consorcio argentino Ternium- registraba en un mes.

El panorama económico de la acería al que hoy se enfrenta Sutisses totalmente opuesto al que reflejaba hace seis años, comenzaron un conflicto histórico por un mejor contrato y que terminó con la renacionalización.

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