Primarias del Psuv: el bochornoso espectáculo de un partido en descomposición

Por Partido Socialismo y Libertad (PSL)

“Lo que está a la vista no necesita anteojos”. Si algo se puso de manifiesto en las elecciones primarias del Psuv, realizadas el pasado domingo 8 de agosto es la profunda división existente en el partido de gobierno.

Por más que Maduro, Diosdado y cía. hablen del amor y la camaradería que habría primado, de lo “masivo” de la votación, del supuesto “hito histórico” de estas primarias, lo que realmente prevaleció fue un carnaval de peleas, insultos y denuncias de ventajismo entre los partidarios de los distintos precandidatos. Los innumerables vídeos que circulan en las redes sociales lo dejan palmariamente en evidencia.

En las primarias del partido gubernamental se pusieron en evidencia las triquiñuelas tradicionales que ese partido aplica en las elecciones nacionales a sus opositores. Nada que envidiar a las trampas que adecos y copeyanos realizaban por doquier, en sus tiempos de predominio político en el país: Lentitud en el proceso de votación; utilización de recursos del Estado por parte de gobernadores y alcaldes, particularmente se usaron buses para trasladar a sus simpatizantes, los cuales tenían garantizada la gasolina que escasea para los usuarios. Escaneo del carnet de la patria con la promesa de bonos o artículos de Mi Casa Bien equipada, si votaban por determinados candidatos. Peleas y heridos en varias localidades, especialmente en el Zulia, Miranda (Valles del Tuy) y municipio Simón Planas del estado Lara. Intimidación de colectivos a los electores; atropellos de la policía y la GNB a electores y periodistas; presión a los empleados públicos; entrega de bolsas de comida e incluso 5 y 10 dólares en algunos lugares.

Además del triste espectáculo de las peleas y las recriminaciones mutuas, otra evidencia de la debacle del partido de gobierno se muestra en las cifras de participación.

Hace aproximadamente un mes, Francisco Ameliach, miembro de la dirección nacional del Psuv, informó que unos 8 millones de militantes adscritos a las UBCh podrían postular precandidatos en las primarias. Este dato contrasta con los 3 millones 500 mil que habrían votado, de acuerdo a lo anunciado por Diosdado Cabello después de realizarse el proceso comicial.

Hay que considerar además que las primarias no estaban limitadas a los 8 millones de militantes inscritos en el Psuv. La realidad es que en la “votación masiva que superaría todas las expectativas”, como dijeron los voceros de dicho partido, ni siquiera votó la mitad de los inscritos en la organización, y tan sólo un 16% del padrón electoral nacional. Todo esto, tomando como ciertos los datos ofrecidos por Cabello.

Otro dato absurdo presentado por Diosdado Cabello refiere que de acuerdo a sus cálculos “más de 5 millones 500 mil personas acudieron a los centros de votación y mucha gente decidió regresarse a sus casas ante las voluminosas colas que existieron a lo largo del día.“ ¿qué se hicieron esos dos millones de votantes? ¿cómo y cuándo los contaron? Sin duda, este es otro cuento, uno de los tantos a que nos tiene acostumbrado el gobierno.

Como si la arbitrariedad y la falta de democracia no fueran suficiente, Freddy Bernal, dirigente del Psuv, anunció que haber ganado las primarias no implicaba que automáticamente esa persona sería el candidato o la candidata, es decir, “no se vistan que no van”, lo de la democracia no es en serio, la última palabra la tiene la inefable dirección nacional.

El Psuv es un partido que nació enfermo. Fue una creación de Chávez que trató de imponer a todos sus aliados, llamando a disolver las organizaciones donde militaban para adscribirse a una organización dirigida de forma autoritaria por un caudillo mesiánico. Sin verdadera democracia interna, donde en su origen prevalecía la voluntad de Chávez, y en la que ahora las decisiones son tomadas por el sanedrín burocrático encabezado por el propio presidente Maduro.

Hoy el partido de gobierno es una organización burguesa, patronal, corrupta, repleta de funcionarios civiles y militares que se enriquecieron a la sombra del control del aparato del Estado y de los recursos provenientes de la renta petrolera. Un partido de falso socialismo que desde el gobierno aplica un brutal paquetazo de ajuste con el cual intenta hacer pagar las consecuencias de la crisis al pueblo trabajador. Que apela indistintamente a métodos autoritarios o clientelares para mantenerse en el poder.

El Psuv no tiene absolutamente nada que ver con los intereses del pueblo, la juventud, las trabajadoras y trabajadores. Las primarias reflejaron su debacle y descomposición. No obstante, aún en su seno permanecen algunos activistas populares y trabajadores que de buena fe, albergan alguna esperanza en que ese rumbo antipopular cambie. A todos ellos les decimos que ya esa metástasis es irreversible. Es necesario romper definitivamente todo lazo con el gobierno y ese partido. Hay que construir un verdadero partido socialista revolucionario, sin burócratas ni corruptos, donde exista verdadera democracia de las bases. En el que la opinión de sus militantes cuente y trace la línea política para movilizarse contra el ajuste del falso socialismo chavista;  lograr con nuestra movilización un Plan Económico Obrero y Popular para enfrentar la crisis económica y social agravada con la pandemia y las sanciones imperialistas, en la perspectiva de luchar por un verdadero gobierno de los trabajadores y el pueblo. Desde el Partido Socialismo y Libertad estamos abocados a este esfuerzo de capital importancia.

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