Rechazamos la solicitud de préstamo al Fondo Monetario Internacional

Por Partido Socialismo y Libertad

El pasado martes 17 de marzo, el gobierno de Nicolás Maduro solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI), un préstamo de 5000 millones de dólares con la excusa de la emergencia sanitaria que implica la pandemia creada por la propagación en el mundo del coronavirus.

No obstante, poco después, el FMI negó dicha solicitud. No podemos olvidar que el miembro fundamental de este organismo financiero es Estados Unidos, país que habría vetado el préstamo.

De concretarse el crédito solicitado, Maduro se hubiera sumado a otros gobiernos capitalistas que han incrementado el endeudamiento de los Estados con organismos multilaterales como el FMI y bancos centrales como el europeo y la Reserva Federal estadounidense, salvando al capital financiero del desplome de las bolsas de valores y a las empresas privadas por la paralización parcial de la extracción de plusvalor de la fuerza de trabajo, y en menor medida contener a la clase trabajadora con el financiamiento de políticas compensatorias como bonos, moratoria de los alquileres y suspensión del pago de los servicios públicos.

Es oportuno recordar que tanto Chávez como Maduro tienen años despotricando contra el FMI, y tan sólo hace unos meses, Maduro afirmó que quien acordara con el Fondo Monetario Internacional era un “traidor a la Patria”. Todos estos dichos ruedan por el suelo ante la solicitud frustrada del préstamo, y evidencian que el gobierno venezolano sólo es antiimperialista y socialista de la boca para afuera. En rigor, tienen años aplicando un paquetazo brutal contra el pueblo, sin haber acordado con el FMI.

Esos nuevos endeudamientos estatales originados en la gestión burguesa de la emergencia sanitaria creada por el coronavirus, después los pagaríamos con la sobrexplotación de la clase trabajadora y la naturaleza: la privatización de activos del Estado y la reducción de la inversión en derechos sociales y servicios públicos.

En el caso concreto de Venezuela, la solicitud de un préstamo de 5000 millones de dólares al FMI por Maduro, ocurre en un contexto de extremas dificultades económicas para el Estado, que tiene reservas internacionales de 6600 millones de dólares y sufre la última contracción del precio del petróleo en medio de niveles de extracción que solo llegan a los 730 mil barriles diarios; porque se vienen reduciendo desde el 2015 por factores internos como la prioridad al pago de la deuda externa, la corrupción administrativa, la destrucción de las condiciones laborales y salariales de la clase obrera petrolera y la liquidación del ingreso petrolero en un tipo de cambio sobrevaluado para subsidiar las importaciones estatales y privadas, y se terminaron de desplomar con las repudiables sanciones imperialistas de enero de 2019.

A pesar de toda la retórica antiimperialista, el gobierno de Maduro solicita el préstamo al FMI como colofón a las políticas de ajuste antiobreras y antipopulares que ha aplicado desde el inicio de su mandato en 2013, con el recorte unilateral e inflacionario de los recursos destinados a las importaciones para priorizar el pago de la deuda externa legada por Hugo Chávez, que rompió con el FMI pero endeudó al país con el capital financiero transnacional y potencias capitalistas como China y Rusia para financiar la fuga de capital de las clases dominantes.

En agosto de 2018, con el mismo sentido, continuó la aplicación del ajuste macroeconómico denominado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica. Esa política estatal de Maduro, la hemos caracterizado como un paquete antiobrero y procapitalista en beneficio del Estado y los capitales transnacionales y locales, al reducir sus costos laborales y permitir en el caso de las empresas privadas más oportunidades de ganancia, con medidas como la maxidevaluación del tipo de cambio y la dolarización informal; la eliminación del control de precios; la exoneración del pago de las tasas arancelarias a los importadores y del impuesto sobre la renta al capital transnacional petrolero; la derogación de facto de los contratos colectivos y la destrucción del salario integral con el memorando 2792, las tablas salariales, la bonificación salarial, las suspensiones y despidos en masa, el cierre de los comedores y seguros médicos, y la fijación de un salario mínimo oficial miserable de cinco dólares mensuales.

Además, la solicitud de Maduro al FMI es otro gesto negociador de los jerarcas chavistas con el imperialismo yankee, que al contrario sigue demandando su salida del poder estatal, y esto lo demuestra el rápido rechazo del FMI al crédito pedido. En los últimos meses, con esa orientación negociadora, los jerarcas chavistas han buscado su reconocimiento internacional a partir del ofrecimiento al capital transnacional de la entrega del control de las empresas mixtas de Pdvsa y con la constitución de una comisión para la escogencia de un nuevo Consejo Nacional Electoral que según sus cálculos podría lograr la elección de una nueva Asamblea Nacional con la participación de la mayoría de la oposición patronal.

Desde el Partido Socialismo y Libertad (PSL) rechazamos la posibilidad de cualquier endeudamiento del Estado, en este caso a través de un préstamo del FMI, que implicaría un condicionamiento de la política económica que le seguiría imponiendo al pueblo trabajador venezolano el pago de la crisis y su agravamiento por las sanciones imperialistas, con medidas inflacionarias como el aumento del precio de los servicios públicos y la gasolina.

El PSL sigue planteando la aplicación de un plan obrero y popular alternativo que financie el abastecimiento de insumos productivos y bienes de consumo final con recursos provenientes de la recuperación de los miles de millones de dólares robados y fugados, una reforma tributaria progresiva, la eliminación de los gastos suntuarios y represivos del Estado, el retorno de los fondos estatales confiscados por las sanciones imperialistas, la estatización del 100% de la industria petrolera y el repudio del pago de una deuda externa odiosa.

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