Turquía, del golpe fracasado a la intervención terrestre en Siria

Putin y Erdogan

Por: Lucha Internacionalista (Estado español)

9 de septiembre de 2016. El 15 de julio Erdogán abortaba un golpe de estado impulsado por un sector islamista de la cofradía del clérigo Gulen. El clérigo que reside en EE.UU. preparaba tras el golpe un estado de excepción, con la suspensión de libertades y del Parlamento, una política más dura aún sobre los kurdos. El golpe, inicialmente preparado para setiembre, se anticipa porque el gobierno está sobre aviso y ya había elaborado sus listas negras de implicados a los que iba a empezar a detener. Pero el golpe fracasa porque un importante sector kemalista del ejército no lo apoyó. El golpe fracasa pero da pie a un contragolpe triunfante, que se salda con más de 200 muertos y cientos de heridos. Inmediatamente Erdogan se lanza a una purga masiva con miles de detenciones y represalias a decenas de miles de personas acusadas de colaborar con la cofradía, entre ellos sectores muy influyentes en la justicia, el ejército, la enseñanza y grandes empresas.

El tiempo que tardan en condenar el golpe tanto Estados Unidos como la UE hace levantar sospechas de complicidad, que contrasta con la celeridad con la que actúa Moscú. Erdogán da una vuelta de tuerca más a las complicadas relaciones con sus aliados de la OTAN y viaja a Moscú, para tratar de suavizar sus tensiones en Siria. Cada uno pone sus condiciones, por parte rusa la continuidad del régimen, por parte turca el problema kurdo. El círculo se cierra y la gran alianza de todos tiene por objetivo terminar de derrotar de la revolución: apuntalar a Al-Assad y hacer retroceder el pueblo kurdo.

Turquía irrumpe en territorio sirio para impedir el avance de las milicias kurdas. También el régimen y Rusia bombardean por primera vez una localidad kurda. También Estados Unidos, que ha ayudado militarmente a los kurdos ahora les advierte que deben retirarse al este del Éufrates y apoya con aviación la ofensiva turca. También la resistencia de Alepo es moneda de cambio. Turquía se declara dispuesta a aceptar el régimen.

Una situación muy difícil para la lucha popular en Siria, que se debe también la irresponsabilidad de las dos direcciones rebeldes, del PYD kurdo y sus milicias y del Ejército Sirio Libre, para no unirse contra el régimen a partir de un reconocimiento mutuo. Esa política ha sido utilizada tanto por el régimen, como ahora por Turquía. Pero aún más grave es la irresponsabilidad de la izquierda internacional que sigue callando sobre Siria o directamente avalando un régimen que masacra al pueblo.

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