27 julio, 2024

Voto castigo en Latinoamérica. Se cae la máscara del falso socialismo

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Diosdado

Por: La Protesta (Bolivia)

7/12/2015. La aplastante derrota del gobierno de Maduro en las elecciones parlamentarias en Venezuela; la derrota del candidato Daniel Scioli del kirchnerismo en Argentina; la grave situación del gobierno de Dilma Roussef que, a un año de ser electa tiene el 8% de popularidad y podría ser destituida por el Congreso; la renuncia a la re-elección de Rafael Correa en Ecuador ante el repudio popular a su política; y Evo Morales que corre el riesgo cierto de perder el referéndum, marcan la caída de la máscara del falso socialismo. Los trabajadores y pobres de Latinoamérica ya no les creen a los charlatanes que hablan de “socialismo” y de “antiimperialismo” y sirven a las transnacionales mineras, petroleras o del agronegocio, mientras la crisis capitalista castiga al pueblo con explotación, desocupación, inflación, bajos salarios y tierras depredadas por minería, agronegocio, etc.

¿”Guerra Económica”?

Maduro culpa de su derrota a la “guerra económica” contra su gobierno. Pero esa “guerra” no fue una invasión ni un bloqueo económico (Estados Unidos es el principal comprador del petróleo de Venezuela), sino los negocios capitalistas para llevarse todos los dólares de la renta petrolera. Y de estos negocios fue cómplice el propio gobierno, y altos funcionarios y amigos del gobierno se convirtieron en millonarios de la noche a la mañana quedándose con los dólares que deberían haber sido para importar productos esenciales para el pueblo. Un verdadero gobierno socialista de los trabajadores hubiera expropiado a la gran burguesía y transnacionales y acabado rápidamente con esa “guerra económica” de la que se queja Maduro.

Crece en todas las elecciones el “voto castigo”, que beneficia transitoriamente a alternativas de derecha abiertamente neoliberal, como Mauricio Macri en Argentina. Por eso la derecha tradicional festeja que está “triunfando”, mientras los falsos socialistas, como Álvaro García Linera, hablan de “derrota de los movimientos populares”.

Pero los derrotados no son los movimientos populares, como dice García Linera, sino los falsos socialistas, los que durante años mintieron al pueblo, sin hacer ningún cambio de fondo, y permitiendo que la corrupción, la gran burguesía y las transnacionales se adueñaran de la parte principal del gigantesco excedente económico generado por los altos precios de las materias primas, petróleo, gas, minerales, soya y otros productos agrícolas. Los buenos precios ahora se acaban y los pueblos ven otra vez que la miseria y la desocupación estructural nunca fueron superadas.

¿Qué viene ahora?

Derechistas como el empresario y ahora presidente Mauricio Macri en Argentina, ocultan sus verdaderas intenciones con frases bonitas. Macri habla de los “sueños” que, según él, cumplirá. Pero lo que preparan no es la realización de ningún sueño, sino un ajuste económico para hacer pagar al pueblo la crisis capitalista. Y tanto los falsos socialista como los neoliberales dicen ahora casi lo mismo, que hay que “incentivar” o “mejorar las condiciones” para los capitalistas nacionales y extranjeros, para que inviertan y así habrá “progreso”. ¡Una gran mentira como lo demuestran muchas décadas de historia con ese cuento!

Pero estos derechistas reciclados se equivocan sobre el grado de apoyo popular de que disponen. Porque fue voto castigo contra los gobiernos. Los mismos que los votaron saldrán a la lucha muy pronto, también contra el brutal ajuste que prepara el nuevo gobierno de Macri para salvar las ganancias capitalistas a costa de los pobres.

Mientras tanto están creciendo, aunque aún son minoritarias y en formación, alternativas reales unitarias para una salida a favor de los trabajadores y el pueblo, como la Coordinadora de Organizaciones sociales por el NO en nuestro país; el Partido Socialismo y Libertad junto a sectores sindicales y de izquierda opositora en Venezuela; el Frente de Izquierda y los Trabajadores en Argentina; sectores de izquierda del PSOL, el PSTU y sindicatos de izquierda en Brasil, la central obrera FUT junto a la central indígena CONAIE en Ecuador. Estos movimientos luchan contra los gobiernos del falso socialismo y también contra la vieja derecha, contra el ajuste antipopular, exigiendo que la crisis la paguen los capitalistas, que no se pague la deuda estatal con los grandes bancos, que se estaticen o nacionalicen las riquezas naturales y multinacionales, recuperar la independencia de las organizaciones de los trabajadores para poder enfrentar estas medidas antipopulares y, ante el fracaso de los “falsos socialistas” y de antiguos neoliberales que pretenden volver, hay que preparar el levantamiento por un gobierno de las organizaciones de los trabajadores y el pueblo explotado, sin capitalistas ni burócratas.

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