«Los docentes nos estamos muriendo de hambre, en esas condiciones no podemos regresar a clases»

Por Prensa C-cura

Cumaná, 26 de agosto de 2020. A sólo 21 días del comienzo del nuevo período escolar, el gobierno sorpresivamente ha anunciado establecer una modalidad semipresencial para el regreso a clases. Esto sucede en momentos en que la pandemia avanza en el país, con un aumento significativo de los contagios. En ese marco, ya los docentes se vienen expresando por las redes sociales contra esta propuesta del gobierno, y de hecho se generaliza la disposición a no reincorporarse a las actividades educativas el próximo 16 de septiembre, ni en la modalidad on line, y mucho menos de manera presencial.

Los docentes exigen que el gobierno aumente los salarios y cumpla con las cláusulas de la convención colectiva, violadas sistemáticamente por las autoridades del Ministerio de Educación.

Ante la perspectiva de que se concrete un conflicto en el sector educativo, quisimos conversar con nuestra compañera Mariela Alcalá, docente, vocera de la U.E. La Inmaculada de Cumaná, estado Sucre, integrante de nuestra corriente en el sector magisterial.

¿Cuál fue la situación del movimiento de docentes desde la firma de la II Convención Colectiva Única en el 2018?

En el año 2018, a pocos meses de suscribirse la II Convención Colectiva Única (CCUU) 2018-2020 del sector educativo, entre el Ministerio de Educación y sus trabajadores, con la brutal devaluación del bolívar al eliminársele 5 ceros a la moneda, los beneficios salariales allí suscritos se volvieron sal y agua. Esto aunado al sostenido incumplimiento de las cláusulas de aumento salarial y otros beneficios acordados.

A pesar de los reiterados reclamos al ministerio con innumerables y masivas movilizaciones de la base magisterial, sus justas exigencias que incluían también aspectos de infraestructura, condiciones y dotación de los planteles, nunca fueron atendidas por el gobierno. Ante esto, en constantes asambleas, los docentes exigieron a los sindicatos y federaciones convocar a paro. Por ello, a finales del 2019 (inicio del periodo escolar 2019-2020), luego de una fuerte presión magisterial, se llevaron a cabo tres exitosos paros nacionales escalonados de 24, 48 y 72 horas respectivamente, y que debieron culminar con la convocatoria a un paro indefinido.

Sin embargo, las 17 federaciones educativas comenzaron nuevamente a presentar consideraciones leguleyas para no convocar el paro indefinido que toda la base magisterial exigía, algunos de esos argumentos eran la no participación de todos los docentes en los paros escalonados; la necesidad de aplicar encuestas, entre otros.

Esto trajo como consecuencia que el movimiento comenzara a enfriarse, a pesar de que había comenzado muy combativo con paros y movilizaciones en todo el país el día 16 de septiembre del 2019, fecha del reinicio de las clases. La asistencia a las asambleas comenzó a decaer. Y la combinación de desmovilización promovida desde las directivas sindicales de las federaciones y la falta de respuesta del gobierno, comenzó a producir cierta desmoralización en los docentes.

Y el nuevo año escolar 2019-2020 en el marco de la pandemia, ¿cómo se desarrolló?

El inicio del período escolar 2019-2020 se caracterizó por una escasa matrícula estudiantil y la renuncia de muchos docentes, debido a la constante migración consecuencia de la terrible realidad económica del país y las desastrosas condiciones laborales; con salarios de hambre, carencia de efectivo, con estudiantes y docentes mal alimentados; con escuelas y liceos en precarias condiciones, desvalijados por el hampa durante el período vacacional; con la infraestructura por el suelo, sin agua, sin recursos para la docencia. Sin servicio de comedor a través del PAE (Programa de Alimentación Escolar), y aulas, baños, bibliotecas en lastimosas condiciones.

Con el surgimiento del coronavirus, la declaración de la pandemia por la Organización Mundial de la Salud, y el consiguiente distanciamiento social establecido por el gobierno, la desmovilización se agravó. En ese marco el gobierno decidió suspender las clases presenciales y aplicar un programa que denominó “Cada familia una escuela”, con la modalidad on line o a distancia. En las condiciones terribles en las que está el país, con constantes apagones, con un internet muy lento, y con maestros y estudiantes que no cuentan con computadoras, ni recursos económicos para cubrir los gastos de conectividad, este año escolar ha sido el de más baja calidad en muchos años en Venezuela.

Bajo presión y amenaza de despido a través de directivos de los planteles y supervisores de zonas, los docentes se vieron obligados a incorporarse a esta modalidad con pocos o ningún recurso tecnológico. Al mismo tiempo la posición de las federaciones fue expresar tibios pronunciamientos, lamentaciones y advertencias hacia el ministerio mediante algunos boletines informativos; pero sin hacer un contundente llamado al gobierno para que dotara a los docentes de las condiciones necesarias para cumplir con las actividades en las mejores condiciones, y de no hacerlo, llamar a los docentes a que cesaran la participación en esa modalidad on line.

¿Qué plantean los docentes ante los anuncios del gobierno de llamar al reinicio de clases de forma semipresencial?

A pocos días del inicio del nuevo año escolar 2020-2021, el gobierno acaba de anunciar que las clases comenzarán el 16 de septiembre del presente año con una modalidad semipresencial en las escuelas y liceos. Tal anuncio causó la reacción esperada por parte de los docentes quienes a través de las redes sociales han manifestado su total negativa de incorporarse a sus labores en las modalidades presencial u on line. Por las obvias razones existentes: el riesgo de inminente contagio de Covid-19 si se acude a los planteles, el miserable salario percibido, la deuda acumulada del 280 % de ajustes salariales a los docentes, la total carencia de recursos económicos, materiales y tecnológicos y el incumplimiento de los acuerdos establecidos en la II CCUU 2018-2020.

El gobierno se dedicó en los meses anteriores a vendernos el plan “Cada familia una escuela” como un modelo de educación a distancia, y ahora plantea retomar la actividad semipresencial. Los docentes nos preguntamos: ¿Si fue tan bueno el modelo on line, por qué no se continúa con él en momentos que los contagios de Covid-19 vienen aumentando? La verdad es que ese experimento fue un total fracaso. La realidad es que nunca la calidad de la educación venezolana había sido tan mala como en el período escolar que acaba de concluir.

Las federaciones ante lo manifestado por lo docentes realizaron una encuesta vía whatsapp y on line para conocer la disposición del magisterio a incorporarse o no al nuevo año escolar en las condiciones existentes. La respuesta obtenida fue que el 89 % de los docentes está dispuesto a no iniciar el año escolar ni en modalidad presencial ni on line hasta que las condiciones salariales, contractuales, de salud, infraestructura, recursos tecnológicos, sean garantizadas por el gobierno. En vista de la imposibilidad de comenzar el nuevo periodo escolar por todo lo antes mencionado y en medio del aumento de los contagios por Covid-19, los docentes a través de las redes están exigiendo a las federaciones que convoquen a un paro hasta que el gobierno cumpla con todas las cláusulas establecidas acordadas en la II CCUU 2018-2020.

¿Cuál es la posición de las federaciones ante la exigencia de paro indefinido de los docentes?

Ante el planteamiento que los docentes vienen formulando la mayoría de las federaciones no se han pronunciado de manera clara, sólo algunas han expresado su disposición a llamar a los maestros a no reincorporarse a las actividades, como el caso de Fetramagisterio. La mayoría continúan emitiendo tibios comunicados exhortando al gobierno a que cumpla con las cláusulas de la Convención Colectiva, señalando la inconveniencia de iniciar el año escolar en las condiciones ya descritas.

¿Y qué plantea C-cura ante esta situación?

Nosotros acompañamos y respaldamos la posición expresada por casi un 90% de los docentes a través de la encuesta realizada recientemente por las federaciones. En ese sentido, llamamos a las 17 federaciones magisteriales a que de inmediato ratifiquen la no reincorporación a las actividades educativas el 16 de septiembre, ni on line ni de manera semipresencial, y convoquen a un paro general hasta tanto se aumenten los salarios, igualándolos a la canasta básica; se pague la deuda acumulada del 280 % de ajustes salariales; se respete la convención colectiva y se cumpla con todas las condiciones antes expresadas. Ya los docentes manifestaron su disposición de lucha, le toca a las federaciones organizar el paro, y proponer un plan de lucha a toda la base magisterial.

Cabe destacar que la situación de cuarentena favorece el llamado a paro ya que, todos debemos mantenernos en la casa en resguardo de la salud. Y precisamente la convocatoria sería a permanecer en nuestras casas y no acudir a los planteles, ni tampoco incorporarnos a la modalidad on line, exhortando también a los padres y representantes a no enviar a sus hijos a clases para evitar exponerlos al contagio.

Nuestra situación es insostenible. Con estos salarios de hambre es imposible reincorporarse a clases, y mucho menos arriesgar nuestras vidas y la de nuestros estudiantes, asistiendo a los planteles, que serían focos de contagio masivo del Covid-19. Ya no tenemos nada que perder, debemos pararnos masivamente y exigirle al gobierno que cumpla con nuestra convención colectiva.

Los universitarios están en una situación similar a la de los docentes ¿qué plantea al respecto C-cura?

Efectivamente. Nosotros desde C-cura llamamos a la Fapuv que agrupa a los docentes universitarios y a Fetraesuv, federación de los empleados administrativos, a que coordinen con las federaciones magisteriales la convocatoria a paro y no plegarse a las pretensiones del gobierno de obligarnos a asistir a las instituciones educativas. Los profesores, empleados y obreros de las universidades, también tienen salarios de hambre, y entre los trabajadores del sector también hay la disposición a no reincorporarse a clases. Pues, coordinemos todos los gremios y sindicatos del sector educativo en una acción nacional de fuerza por nuestras reivindicaciones y el derecho al estudio de calidad, y con garantías para nuestra salud.

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