El gobierno avanza en diálogos con el empresariado mientras ataca a la izquierda
Por Partido Socialismo y Libertad
Finalizó el 2020, un año muy difícil para las trabajadoras, trabajadores y sectores populares en todo el mundo, los cuales han sufrido los estragos de la crisis económica capitalista preexistente, agravada por la pandemia. Mientras más de 2 millones de personas han fallecido a causa del Covid-19, y otros 255 millones han perdido sus empleos, los más ricos han visto incrementar sus riquezas. Es así como los 10 más ricos del mundo aumentaron sus fortunas en medio billón de dólares desde que comenzó la pandemia, evidenciándose lo injusto y desigual del capitalismo.
Nuestro país no escapa a esta situación. El 2020 vio acrecentarse la pobreza, con los salarios pulverizados por la hiperinflación, en medio del hambre que azota a millones de personas, la destrucción dramática de los servicios públicos y la profundización de la crisis social a consecuencia de la pandemia.
En ese contexto el gobierno avanzó en la realización de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Unos comicios a todas luces fraudulentos, caracterizados por una elevadísima abstención, y acordados previamente con sectores de la oposición patronal. Su objetivo era apoderarse de una de las instancias del régimen político que no controlaba.
En su mensaje a la nueva Asamblea Nacional roja, rojita, el presidente Maduro atacó abiertamente y en varias ocasiones lo que llamó la ¨izquierda trasnochada¨, aludiendo sin mencionarlas a las organizaciones que hasta hace poco lo habían apoyado, y que se presentaron en las pasadas elecciones al margen del Psuv, a través de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR).
Más recientemente el presidente de la AN, Jorge Rodríguez, ficha directa de Maduro, se reunió con los representantes de Conindustria y Fedecámaras, en la sede de esta última organización empresarial, para iniciar el dialogo con los sectores patronales del país.
Todos estos elementos de la realidad dan el marco preciso de las aguas en las que pretende navegar el gobierno. Ya metió en cintura a los sectores de la oposición patronal encabezados por Guaidó, directamente apoyados y financiados por el gobierno norteamericano. Recuperó la Asamblea Nacional. Le otorgó un espacio importante en el establecimiento político a los sectores de esa oposición con los que acordó realizar las parlamentarias. Es decir, el gobierno mantiene el control político, pero sin embargo, sigue sumergido en una brutal crisis económica con consecuencias terribles en el orden social, lo cual se ha agravado con las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, las cuales rechazamos y exigimos que sean derogadas. Esta grave situación económica y social es lo que explica la aprobación de la llamada ley Antibloqueo y el reciente encuentro con los representantes de Fedecámaras, hecho que no se producía por lo menos desde hace casi 20 años.
Con millones muriéndose de hambre, en medio del repunte de contagios de coronavirus, en un país petrolero sin gasolina y sin gas; con el sistema eléctrico por el suelo, sin agua y con una infraestructura que se cae a pedazos, el gobierno de Maduro busca que los empresarios privados le saquen las patas del barro. Intenta lograr nuevas inversiones de capitales foráneos amparándose en la ley Antibloqueo. Se reúne con empresarios chinos, rusos y venezolanos, mientras ataca casi a diario a lo que Maduro denomina la »izquierda trasnochada».
Tanto el de Chávez como el de Maduro son gobiernos burgueses que siempre han buscado acordar con los patronos privados. Ya es célebre la reunión de Chávez con Cisneros a instancias del expresidente norteamericano Jimmy Carter.
Hace rato que este gobierno se quitó la careta y mostró su verdadero rostro proempresarial, antiobrero y antipopular. En el 2018 dejó claro que optaba por los patronos al aprobar un brutal paquetazo de ajuste denominado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, mediante el cual licuó los ahorros y las prestaciones sociales mediante la reconversión monetaria; destruyó el concepto general de salario y la negociación colectiva, eliminando todos los bonos e incidencias contractuales que lo integraban, medidas todas comprendidas en el memorando 2792. Sometiendo al pueblo trabajador al más despiadado ajuste que se conozca en América Latina, lo que favoreció una extracción de plusvalía por parte de los empresarios, nunca antes sufrida por los trabajadores y trabajadoras en el país.
Las cartas están echadas. Nos encontramos frente a un gobierno que sin dobleces favorece a los empresarios y aplica un paquetazo de ajuste. Por una parte, criminaliza a los que defienden sus derechos, ataca a la izquierda que hasta hace poco lo apoyó, y por otra se reúne con Fedecámaras y Conindustria.
El PSL plantea que es necesario y urgente movilizarse por lograr un Plan Obrero y Popular alternativo al paquetazo del gobierno, que parta de exigir un salario igual a la canasta básica que se indexe a la inflación mensualmente, así como una renta de cuarentena para los trabajadores informales. En tal sentido apoyamos la propuesta de la organización Lucha de Clases de impulsar una campaña por el salario. Por la derogación del memorando 2792 y el factor de equilibrio 9030 de la industria petrolera; por el establecimiento de un Fondo Social de Emergencia para enfrentar el hambre, la crisis social y la pandemia, el cual se conforme a partir de la aplicación de un impuesto progresivo a los grandes empresarios, transnacionales y banqueros; el no pago de la deuda externa; la suspensión de los gastos militares, confiscación de los bienes de los corruptos y repatriación del dinero confiscado a empresarios y funcionarios corruptos. Este Fondo debe servir para garantizar vacunas gratuitas para todos e impulsar un plan masivo de adquisición de alimentos e insumos sanitarios para equipar los hospitales en el marco de la crisis sanitaria. Contra la criminalización de la protesta y en defensa de las libertades democráticas. Por la libertad de los trabajadores, campesinos y dirigentes populares detenidos por protestar y defender sus derechos.
!Por salario igual a la canasta básica y renta de cuarentena para trabajadores informales!
!Por un Fondo Social de Emergencia!
!Impuestos progresivos a los grandes capitales!
!Por el no pago de la deuda externa!
!Petróleo 100% estatal sin transnacionales ni empresas mixtas!
!Revocación inmediata de las sanciones económicas contra Venezuela!
!Por la derogatoria del memorando 2792!
!Por la libertad de las trabajadoras y trabajadores presos
!No a la ley Antibloqueo!
!Abajo el paquetazo hambreador y antiobrero!
!Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo!