Hace 18 años nació la Unión Nacional de Trabajadores

Por Prensa PSL

El 5 de abril del 2003 se realizó en el Teatro Nacional de Caracas la asamblea fundacional de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). De esta forma surgía la conquista sindical y organizativa más importante de las trabajadoras y trabajadores venezolanos, en el marco del proceso revolucionario que se había abierto en el país desde 1999.

Su primer congreso se llevó a cabo entre el 1 y el 2 de agosto de ese año, con la participación de 1500 delegados provenientes de todos los estados del país, 120 sindicatos y 25 federaciones regionales. En el congreso se eligió una coordinación transitoria y un programa que incluía la nacionalización de la banca, la administración y control obrero de las empresas que fueran abandonadas por sus patronos, el no pago de la deuda externa, reducción de la jornada laboral a 36 horas, entre otras reivindicaciones.

La Unión Nacional de Trabajadores fue hija directa del paro sabotaje petrolero que se extendió desde el 2 de diciembre del 2002 hasta el 2 de febrero del 2003. Fue el producto de esa acción en la que coincidieron la cúpula de Fedecámaras y la dirección adeca de la CTV.

Si algo diferenció las acciones de masa que se produjeron durante el golpe de abril del 2002 y la lucha durante el paro petrolero, fue que en este último el rol protagónico correspondió a la clase obrera organizada, especialmente a los trabajadores petroleros, de las empresas básicas, del sector eléctrico, entre otros.

En ese período de aguda lucha de clases, la clase obrera venezolana terminó de hacer la experiencia con la vieja burocracia sindical de AD, Copei y demás partidos burgueses. Al hartazgo y repudio hacia la burocracia cetevista que se venía acumulando, se sumó el rol jugado por esta al lado de la cúpula empresarial de Fedecámaras durante el paro patronal y el sabotaje a Pdvsa, lo que terminó de consumar la ruptura masiva de las trabajadoras y trabajadores con los sectores que hasta entonces habían dirigido al movimiento sindical venezolano.

Los cuadros sindicales trotskistas encabezados por Orlando Chirino, que en aquellos años se agrupaban en Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR), muchos de los cuales hoy se organizan en el Partido Socialismo y Libertad y en la corriente sindical C-cura, jugaron un rol protagónico en la conformación de la nueva central que nacía como una verdadera esperanza de construir una organización sindical clasista, de lucha, internacionalista e independiente de los partidos burgueses. Una evidencia del peso que tenían los trotskistas en la UNT se evidenció en su avanzado programa y en el método de la más amplia democracia obrera para dirimir todas las controversias y tomar las decisiones.

Su declaración de principios aprobada en el primer congreso la definía como una organización de carácter “autónomo, democrático, solidario e internacionalista, clasista, independiente, unitario (representando a toda la clase obrera), con igualdad para hombres y mujeres y que lucha por un nuevo modelo de desarrollo anticapitalista y autónomo que emancipe a los seres humanos de la explotación de la clase, la opresión, la discriminación y la exclusión”*.

Surgía así la Unión Nacional de Trabajadores sobre los escombros de la CTV. Lamentablemente, esta herramienta que prometía ser fundamental para que la clase obrera lograra importantes avances, se frustró en el segundo congreso realizado en el año 2006, cuando el gobierno en alianza con los sectores sindicales que les eran afectos, encabezados por Marcela Máspero y los burócratas que hoy están al frente de la Cbst, optaron por dividirla, en aras de poner el movimiento sindical al servicio de la política de Chávez y su gobierno.

La defensa de la independencia de la UNT respecto al gobierno y a los patronos fue el centro de la lucha de Chirino y los militantes de OIR en el seno del movimiento sindical venezolano en aquel momento. Mientras que Marcela Máspero, Oswaldo Vera, Franklin Rondón, e incluso el actual Presidente de la República, entre otros, pretendían arrodillarla a los designios del gobierno de Chávez.

Mucho de la tragedia que hoy vive el pueblo trabajador, como lo son los salarios de hambre, la liquidación de las contrataciones colectivas, el memorando 2792, la persecución a cualquier disidencia, y la incapacidad para levantar un gran movimiento contra el paquetazo que aplica el actual gobierno, encuentra su explicación en la desaparición de la UNT y la inexistencia de un instrumento de lucha propio de la clase obrera.

Casi dos décadas después, las trabajadoras y trabajadores venezolanos siguen teniendo delante de sí, el reto de refundar al movimiento sindical sobre bases democráticas, para dotarse de una central sindical clasista, combativa e independiente de cualquier gobierno, de los patronos y sus partidos políticos en la perspectiva de lucha por el verdadero socialismo con democracia obrera.

 

*Simón Rodríguez Porras y Miguel Sorans, ¿Por qué fracasó el chavismo? Un balance desde la oposición de izquierda. Cehus, Buenos Aires, 2018.

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