Trabajadores públicos y privados se concentraron en Min. Trabajo exigiendo salarios
Por Laclase.info
Caracas, 26 de enero de 2022. Trabajadores y trabajadoras del sector público, y algunas empresas privadas, se dieron cita el pasado miércoles en la plaza Caracas, frente al Ministerio del Trabajo, para exigir salarios dignos, iguales a la canasta básica, la cual ronda los $600. Igualmente exigieron la eliminación del memorando 2792 y los instructivos de la Onapre que liquidan los contratos colectivos y los salarios.
Convocados por la Coalición Sindical, SinatraUCV, Sirtrasalud, Rompiendo el Silencio, el PSL/Ccura, y otras organizaciones sindicales y gremiales, a la protesta se sumaron trabajadores y trabajadoras del Ipasme, salud, maestros, universitarios, de alcaldías y ministerios. Igualmente estuvo presente una delegación de trabajadores de Salvafoods, empresa privada propiedad de Alex Saab, la cual se encarga de adquirir y empaquetar los productos de las bolsas Clap, distribuidas por el gobierno. Así como también trabajadores de Cigarrera Bigott, que actualmente se encuentran en conflicto con sus patrones contra los despidos.
Deyanira Romero de SinatraUCV y Carlos Salazar de la Coalición Sindical
En Venezuela los trabajadores y trabajadoras del sector público ganan salarios miserables, de hambre. Esto se agrava en el caso de los jubilados. Un ejemplo lamentable de ello fue la reciente muerte de una profesora de la ULA en la ciudad de Mérida, y de su esposo, también profesor de esa casa de estudios universitarios, que fue encontrado en estado de desnutrición y deshidratación.
El gobierno habla de una supuesta recuperación económica, que en realidad solo estaría beneficiando a un reducido sector de la población que tiene acceso a dólares, mientras la mayoría de los que viven de un salario en bolívares no tienen para adquirir los alimentos básicos ni mucho menos medicinas, generándose una infame desigualdad en el país.
La lucha por jubilaciones y un salario acorde con la canasta básica de bienes y servicios es hoy de una urgencia impostergable, para evitar que más trabajadores y trabajadoras sigan muriendo de hambre e inanición, como fue el caso de los profesores de Mérida.