Solidaridad internacional con la lucha del pueblo panameño

Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional

22 de julio de 2022. Panamá tiene 3 semanas de grandes movilizaciones obreras y populares y cortes de ruta, que prácticamente tienen paralizado al país. Los cortes de vías han generado escasez de productos agrícolas en la capital, incluso, recientemente, al igual que en la rebelión de Colombia, se estableció un “corredor humanitario” desde algunas zonas del interior, fiscalizado por las organizaciones sociales en varios puntos donde se producen las movilizaciones.

La chispa que encendió la lucha fue el aumento en un 40% de los combustibles en los últimos meses desde la invasión de Putin a Ucrania, en un país que tiene una gran flota vehicular producto del pésimo transporte público.

El gobierno proimperialista y antiobrero de Laurentino Cortizo, del PRD-torrijsta, ha respondido con la zanahoria y el garrote, reprimiendo las protestas, especialmente en la provincia de Veraguas, y llamando a conformar mesas de diálogo separadas para dividir al movimiento.

El pueblo panameño además de enfrentar el incremento de la gasolina, también reclama contra el alza en el precio de los alimentos y medicinas, así como por las carencias en salud, por educación, contra la flexibilización laboral en el marco de la pandemia, con despidos en un país donde la desocupación está en un 15%, y en 30 % en la juventud, y aún es peor entre las mujeres. El país centroamericano es el sexto más desigual del mundo, al cual le niegan donaciones por considerarlo de nivel medio, de acuerdo a su PIB o ingresos. El ingreso per cápita en 2019 ascendía a 20 mil dólares anuales, mientras los niveles de pobreza están cerca del 30%, y de más del 12% en extrema pobreza.

Las protestas han sido encabezadas desde un primer momento por los docentes agrupados en la Asociación de Educadores de Veraguas (Aeve) y la Asociación de Profesores de la República de Panamá (Asoprof), que se encuentran en paro desde hace quince días. En medio de esto, había un proceso de movilizaciones de diferentes sectores, y en mayo varias centrales obreras y el sindicato más grande del país Suntracs (construcción), conformó la Alianza Pueblo Unido por la Vida, a la cual se sumaron importantes sectores del pueblo y la juventud en todo el país.

Las movilizaciones que han sido particularmente fuertes en Ciudad de Panamá, Veraguas y Chiriquí, pero que se han extendido a todas las provincias, fueron precedidas por marchas y un paro regional en la provincia de Colón a principios de mayo. Las movilizaciones se produjeron ante el gran desempleo que hay en la zona, así como por la construcción de un hospital, y por los graves problemas en la salud y la educación.

En los últimos días, producto de la movilización del pueblo panameño, el gobierno bajó el precio de los combustibles a $ 3,25 el galón, cuando el gobierno lo tenía en $6, asimismo anunció que congelaría el precio de 10 productos alimenticios de la canasta básica, entre otras concesiones, e inició negociaciones con algunas organizaciones sindicales y sociales.

El gobierno de Cortizo, con el objetivo de dividir la lucha, conformó tres mesas de diálogo con distintas organizaciones de las que se vienen movilizando. En un primer momento logró acordar con la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo), quienes firmaron a espaldas de las otras organizaciones en lucha. La dirección de Anadepo, al día siguiente rompió el acuerdo, presionados por el descontento de las bases que no avalaron lo pactado.

El gobierno de Cortizo ha venido entregando cada vez más el país a las transnacionales e incluso, estableciendo bases militares de Estados Unidos con el argumento de la lucha contra el narcotráfico, e impulsando proyectos de zonas económicas especiales, con leyes que exoneran de impuestos a las empresas, y desregulan las relaciones laborales, como por ejemplo la Panamá-Pacifico o la llamada «Ciudad del Saber», ambas construidas en áreas donde habían bases militares en la antigua zona del canal, que fueron recuperadas por la lucha antiimperialista. Estos territorios recuperados están valorados en 30 mil millones de dólares. Y en el canal se generan hoy un poco más de dos mil millones de dólares que podrían servir para darle respuesta a los graves problemas sociales del país.

La realidad es que en estos momentos, más 500 mil trabajadores y trabajadoras, en un país de cuatro millones de habitantes, pasan hambre, producto del aumento desmedido de los precios de los alimentos, que se agrava con el incremento de la gasolina. Con serias deficiencias en la atención de salud, con uno de los precios más elevados de las medicinas en todo el continente latinoamericano. En medio de ello, el gobierno por orden del FMI, amenaza con dar un golpe más a la seguridad social, aumentando la edad de jubilación.

En ese marco Propuesta Socialista, sección panameña de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), viene planteando, a través de sus periódicos y volantes la exigencia de rebaja de la gasolina a $3, congelamiento de todos los alimentos de la canasta básica, abastecimiento de medicamentos a todas las farmacias de la Caja del Seguro Social (CSS) y centros de salud administrados por el Ministerio de Salud, aumento general de salarios, así como contra las reformas planteadas por el Fondo Monetario Internacional a la CSS, antes mencionadas. También incorpora la lucha contra una resolución del gobierno que pretende despedir a 27 mil trabajadores y trabajadoras del Estado. En esta lucha se destaca Priscilla Vásquez, dirigente de Propuesta Socialista, y presidenta de la Asociación de Empleados de la Caja del Seguro Social (Aecss), organización que se ha sumado a los paros y movilizaciones que se han venido realizando.

En Panamá es necesaria la unidad de las organizaciones en lucha, y elaborar un programa común de demandas obreras, populares, pueblos originarios y de la juventud, así como un plan económico obrero y popular de emergencia, que permita enfrentar los graves problemas sociales del pueblo trabajador panameño.

Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), damos nuestro apoyo incondicional a la lucha del pueblo y los trabajadores y trabajadoras, y llamamos a la solidaridad internacional con la rebelión del pueblo trabajador panameño.

 

 

 

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