Acuerdo de Salvación Nacional: el fracaso del injerencismo y golpismo de Guaidó

Por Prensa PSL

Caracas, 24 de mayo de 2021.- El pasado 11 de mayo, el dirigente de la oposición patronal, Juan Guaidó, presentó una estrategia política denominada el Acuerdo de Salvación Nacional, que consiste en una nueva negociación con el gobierno de Maduro, donde le solicitan la convocatoria de elecciones generales con el ofrecimiento de una reducción paulatina de sanciones extranjeras personales y económicas.

El aparente cambio de estrategia política de Juan Guaidó, ocurre en un contexto caracterizado por la extrema debilidad y división de la oposición patronal, el inicio de la administración de Joe Biden en EEUU y el reacomodo institucional del gobierno de Maduro, que después del proceso electoral fraudulento de diciembre del año pasado logró imponer su control de la Asamblea Nacional y ha elegido un nuevo Consejo Nacional Electoral como parte de una negociación con un sector de la oposición patronal, que ha decidido participar en las elecciones regionales del presente año.

En ese sentido, el Acuerdo de Salvación Nacional de Juan Guaidó evidencia el completo fracaso de su estrategia política sostenida en la injerencia imperialista y en el golpismo; que promovió la desmovilización del pueblo trabajador y de las bases del conjunto de la oposición.

Desde 2019, cuando Juan Guaidó autoproclamó un gobierno paralelo, con el apoyo del gobierno estadounidense del ultrarreaccionario Donald Trump, se dedicó a engañar al pueblo trabajador, al plantear que con la injerencia imperialista y un golpe de Estado era posible lograr sus objetivos: el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres. En realidad, para derrotar al gobierno de Maduro se necesita una rebelión obrera y popular.

Entonces, Juan Guaidó respaldó repudiables sanciones económicas imperialistas que han agravado la destrucción de las condiciones de vida del pueblo trabajador y sanciones personales a altos funcionarios gubernamentales; amenazó con una intervención militar de EEUU en nuestro país; garantizó el pago de la deuda fraudulenta contraída por los gobiernos chavistas con potencias capitalistas como China y Rusia y la continuidad de sus negocios en nuestro país; realizó junto a Leopoldo López y un grupo de militares un intento de golpe de Estado, que terminó en una simple escaramuza en las adyacencias de base aérea de la Carlota; y propuso una amnistía para los delitos penales y administrativos cometidos por los funcionarios militares, policiales y civiles que desconocieran la autoridad de Maduro. Todo esto, para lograr que sectores militares y civiles del bloque gubernamental chavista apoyaran un golpe de Estado y una transición ordenada y negociada.

Por ello, reiteramos que la conquista de mejores condiciones de vida y la recuperación de las libertades y derechos democráticos depende de una movilización obrera y popular, que desborde al aparato represivo del gobierno dictatorial y antiobrero de Maduro. A pesar de su reacomodo institucional, el gobierno chavista sigue manteniendo una enorme debilidad, por la actual destrucción de las condiciones de vida del pueblo trabajador y el gigantesco rechazo obrero y popular que padece Maduro; que se encuentra obligado a conservar el poder a partir de la represión estatal y paraestatal, porque el pueblo trabajador desea la salida del gobierno nacional.

Por lo tanto, desde el Partido Socialismo y Libertad (PSL) repudiamos el denominado Acuerdo de Salvación Nacional, e insistimos con nuestro llamado al pueblo trabajador para que siga y retome con más fuerza sus movilizaciones y luchas, siempre con independencia de la oposición patronal y del gobierno dictatorial y antipopular.

En el actual contexto, esas movilizaciones y luchas del pueblo trabajador para derrotar en la calle al gobierno dictatorial y antiobrero, tienen que proponerse conquistar un salario igual a la canasta básica, elecciones generales con garantías democráticas, un plan nacional de vacunación, atención médica para todas y todos, libertad para las trabajadoras y trabajadores presos, un fondo social de emergencia y eliminación de los aparatos represivos estatales y paraestatales.

Las referidas luchas por esas demandas concretas, se deben enmarcar en la conquista de una plan obrero y popular que le imponga el costo de la crisis y emergencia sanitaria al gobierno, a las transnacionales y grandes empresarios, con la aplicación de un conjunto de medidas como un impuesto especial a las grandes empresas, transnacionales y bancos; la eliminación de los contratos de las empresas mixtas en el sector petrolero y estatización de toda la industria petrolera; una reforma tributaria progresiva; revocación inmediata de las sanciones imperialista y entrega de los activos estatales embargados; confiscación y repatriación de los bienes de robados y fugados por los corruptos; no pago de la deuda externa; y la eliminación del gasto represivo, militar y suntuario del Estado.

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