Crece el repudio contra los femicidios y los abusos sexuales*
Por Mercedes Trimarchi**
Desde hace unos años se vive una revolución protagonizada por mujeres que se organizan frente a las distintas formas de violencia y sus expresiones más brutales, como los femicidios y los abusos sexuales. A pesar de la pandemia del Covid-19 y de los confinamientos en gran parte del globo, la lucha feminista por demandas específicas se mantiene con movilizaciones que repercuten en todo el planeta.
Parte de esta oleada mundial de luchas es la pelea contra los femicidios que tuvo un hito en 2015 con el #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos en América latina, pero que fue acumulando experiencias y nuevas movilizaciones a lo largo de estos años. Muestra de ello es el estallido que recientemente ocurrió en las calles de Londres frente al femicidio de Sarah Everard, o la primera movilización organizada en Venezuela contra la violencia patriarcal que se llevó a tres jóvenes en cuarenta y ocho horas.
Rebelión en Londres por el femicidio de Sarah
Como parte de este fenómeno mundial, surgen cada vez más denuncias contra los abusos sexuales que, a la luz del #MeToo (yo también) en los Estados Unidos y el #BalanceTonPorc (denuncia a tu cerdo) en Francia, se extendieron a todos los ámbitos e instituciones por los que transitan las mujeres. Las recientes denuncias al candidato a gobernador del estado de Guerrero, en México, y al actual gobernador de Nueva York, son la muestra de que las mujeres ya no se callan más y que están dispuestas a enfrentarlos a pesar de que sean hombres poderosos.
En Londres, Sarah Everard, de 33 años, fue asesinada por Wayne Couzens, policía de la Metropolitana. Desde el día de su desaparición hasta que finalmente encontraron su cuerpo, las calles de Londres se encendieron para reclamar primero la aparición de Sarah, y luego, justicia. Las movilizaciones fueron masivas a pesar de la prohibición del gobierno por las restricciones del Covid-19 y de la represión de la policía Metropolitana que se llevó detenidas a varias manifestantes que gritaban “arresten a los suyos”, en alusión al policía femicida.
Venezuela, contra la violencia machista
Carmin Sosa, Eduarly Torres y Eliannys Martínez son los nombres de las asesinadas en el estado de Portuguesa, a 400 kilómetros de Caracas, entre el 21 y el 23 de febrero. Con el masivo repudio a estos femicidios, y a los más de cuarenta ocurridos en los primeros dos meses de 2021, el movimiento feminista venezolano se suma a la ola mundial de lucha contra la violencia de género con una fuerte denuncia al gobierno de Maduro. En Argentina, Úrsula Bahilo, de 18 años, fue asesinada por su ex pareja, Matías Martínez, policía de la provincia de Buenos Aires, a quien había denunciado en más de doce oportunidades. Este caso conmovió al país y dejó al descubierto que el patriarcado no terminó, contrariamente a lo anunciado por el presidente peronista Alberto Fernández tras la firma de la reglamentación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
De México a Nueva York crecen las denuncias a la violencia sexual
Félix Salgado Macedonio, candidato a gobernador del estado de Guerrero, en México, protegido y amparado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de un gobierno supuestamente “popular”, está acusado de abusar sexualmente de cinco mujeres.
El instituto electoral de Guerrero acaba de retirar su candidatura, pero no por las denuncias de abuso sino porque no presentó los gastos de la campaña electoral a tiempo.
El gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, lleva acumuladas cuatro denuncias por acoso y dos por abuso sexual. Luego de la sexta denuncia, conocida recientemente, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, junto a más de cincuenta congresistas, le exigieron la renuncia. Cuomo, por ahora, se niega a dimitir alegando que son acusaciones falsas.
La lucha contra la violencia patriarcal va de la mano de la pelea anticapitalista
Sin lugar a dudas, es profundamente progresiva esta ola mundial de luchas contra la violencia patriarcal porque con la movilización no solo se van desnaturalizando situaciones violentas, que antes pasaban desapercibidas, sino que además se van obteniendo algunas conquistas parciales como pueden ser las condenas a los abusadores o las perimetrales o tobilleras para los violentos. Desde la UIT-CI somos parte de la movilización feminista y desde allí luchamos por demandas específicas y concretas, como por ejemplo el reclamo a los gobiernos para que dejen de pagar las deudas externas y que ese dinero se destine a combatir la violencia de género. Con él se podría ayudar muchísimo a las víctimas dándoles asistencia psicológica y patrocinio legal gratuito para acompañar las denuncias, se les podría dar una vivienda cuando deben huir del hogar donde se encuentra el violento, una ayuda económica para quienes no trabajen fuera del hogar y un empleo que les dé autonomía financiera y no tengan que depender del varón, como en la mayoría de los casos sucede. En definitiva, peleamos por salud, vivienda y trabajo con salarios que alcancen para vivir dignamente.
Sin embargo, a estas tres demandas tan básicas ningún gobierno capitalista las garantiza. En vez de ello, lo que hacen es aumentar cada vez más el desempleo, destruir la salud y la educación pública, incrementar la pobreza y todo esto repercute mucho más en las mujeres. ¿Por qué?, porque el patriarcado, que es un sistema milenario y que oprime a las mujeres, se combinó con el capitalismo y van unidos en la superexplotación de la mitad de la humanidad. De esta manera, los empresarios extraen mayores ganancias, se hacen más ricos. En el mundo del trabajo no se dejan atrás todas las violencias que sufren las mujeres, sino que se combinan, allí coexisten el acoso, el maltrato y la discriminación, entre otras. Por eso la lucha para terminar con la violencia patriarcal debe ir ligada a la lucha para terminar con la violencia capitalista. No hay posibilidad de lograr una vida libre y sin violencias si no se termina con este sistema de opresión y explotación. Este cambio de fondo solamente se podrá hacer cuando gobierne la clase trabajadora en beneficio de las mayorías y por un sistema radicalmente opuesto al actual, el socialismo.
*En Correspondencia Internacional No. 46, abril 2021
**Dirigente de Izquierda Socialista, Argentina (UIT-CI)