Ecocidio en terrenos del Téleferico de Mérida

Mérida, 10 de septiembre.- Bajo el resguardo de las enormes planchas metálicas cubiertas con publicidad del Ministerio de Turismo, con las cuales se ocultan de la vista de la ciudadanía las obras de remodelación en las instalaciones del Teleférico de Mérida, las autoridades vienen realizando un feroz atentado ambiental. Alrededor de quince árboles antiguos, de entre 10 y 20 metros de altura, están en la mira de los remodeladores, para su tala. Y más de la mitad de ellos ya han sido derribados en la última semana, en las instalaciones del Teleférico aledañas a la Plaza Las Heroínas.

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Por: Laclase.info

Mérida, 10 de septiembre.- Bajo el resguardo de las enormes planchas metálicas cubiertas con publicidad del Ministerio de Turismo, con las cuales se ocultan de la vista de la ciudadanía las obras de remodelación en las instalaciones del Teleférico de Mérida, las autoridades vienen realizando un feroz atentado ambiental. Alrededor de quince árboles antiguos, de entre 10 y 20 metros de altura, están en la mira de los remodeladores, para su tala. Y más de la mitad de ellos ya han sido derribados en la última semana, en las instalaciones del Teleférico aledañas a la Plaza Las Heroínas.

La ciudad de Mérida, antes conocida por sus frondosos parques y espacios públicos como el Parque Albarregas, ha venido sufriendo el embate depredador de las autoridades en las últimas dos décadas. Obras que se han convertido en emblemas de la depredación ambiental, como el Trolebús de Mérida, han significado la tala de centenares de árboles. El acondicionamiento de terrenos para la instalación de plantas termoeléctricas, la construcción numerosos centros comerciales con permisología de dudosa legalidad, entre otras obras, ha significado la destrucción de gran parte de las áreas verdes que antes caracterizaron a la capital andina, en todos lo casos con el beneplácito o la omisión cómplice de las autoridades ambientales.

Incluso zonas protegidas como el Valle del Río Mucujún, son objeto de un desarrollo urbanístico desordenado e ilegal, en virtud del soborno a autoridades ambientales y representantes de la Guardia Nacional, encargados de velar por el cumplimiento del reglamento del Area bajo régimen de administración especial (Abrae).

Este ataque sostenido contra el ambiente se ha reflejado en un deterioro del clima local y la casi total desaparición de los glaciares de la cordillera andina venezolana.

Miembros de grupos ambientalistas contactados por Laclase.info manifestaron su repudio a las talas indiscriminadas realizadas por el Ministerio de Turismo. Además de exigir la paralización de las talas, emplazaron a las autoridades a sembrar 10 árboles nuevos por cada árbol derribado.

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