El Estado criminal de los poderosos económicos y el gobierno de Duque-Uribe son los responsables del asesinato de Javier Humberto Ordóñez

Por Colectivos Unidos

En un país gobernado por delincuentes que hicieron del crimen su modus operandi y la impunidad la norma, cualquier atarbán amigo del Presidente puede golpear a dos mujeres y cualquier enajenado mental con uniforme militar o policial puede violar a una niña indígena o asesinar con descargas eléctricas a una peesona como sucedió la noche de este martes 8 de septiembre con el abogado Javier Humberto Ordóñez.

Este es el país de cafres que nos han legado los oligarcas que nos han explotado y oprimido por doscientos años; los banqueros que cuál vampiros nos han succionado hasta el último centavo y los terratenientes que nos han desplazado y nos han despojado de nuestras tierras. Y de todos esos oligarcas, los comandados por el Uribismo se destacan, siendo ellos en la actualidad los responsables de esta sociedad capitalista descompuesta que tiene en la violencia y el terror oficial su método privilegiado para imponer su modelo económico, político y social.

No se trata exclusivamente de violencia policial lo que explica este comportamiento asesino. Es que los criminales se sienten amparados por sus superiores y por ello actúan como fieras acorraladas.

De este nuevo crimen acusamos al aparato estatal controlado por los poderosos, responsabilizamos al gobierno de Duque, señalamos a las cúpulas de las fuerzas armadas y de la policía que dan las órdenes y también denunciamos a los canallas propietarios de los medios de comunicación que frente a estás arbitrariedades y asesinatos terminan responsabilizando a las víctimas.

Desde Colectivos Unidos respaldamos las acciones de repudio y protesta callejera que se vienen desarrollando especialmente en la localidad de Engativá en Bogotá. Es así como se debe responder frente a la barbarie a que nos quieren someter Uribe, Duque, el Centro Democrático y todos los rufianes a quienes ellos representan.
Invocamos a la movilización inmediata y al Paro en forma automática cada vez que estos atropellos se presenten. Basta de confiar en el Estado de los dueños del poder económico, organicémonos desde abajo creando nuestras propias Guardias Obreras, Populares y Campesinas como lo han hecho las comunidades indígenas para protegernos de estos delincuentes.

Bogotá, 9 de septiembre de 2020

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