El Show «antiimperialista» de los gobiernos latinoamericanos

Evo Morales y Nicolás Maduro hablaron de “atentados contra su vida” y Dilma Rousseff de que Estados Unidos la espía
El show “antiimperialista” de los gobiernos latinoamericanos

Evo Morales y Nicolás Maduro hablaron de “atentados contra su vida” y Dilma Rousseff de que Estados Unidos la espía
El show “antiimperialista” de los gobiernos latinoamericanos
La Protesta (en Alternativa Revolucionaria del Pueblo, construyendo el Partido de los Trabajadores, Bolivia)
El anuncio del presidente venezolano Nicolás Maduro de que no viajaría a la Asamblea de la ONU porque “temía por su vida” y que Estados Unidos “no daba garantías”, es el último episodio de una serie de incidentes públicos de gobernantes latinoamericanos, con Estados Unidos y con países imperialistas europeos.
Somos antiimperialistas, sabemos que el imperialismo yanqui es el peor enemigo de la humanidad y es capaz de todas las perversiones, atentados, violaciones a los derechos humanos, genocidios, espionajes y mentiras, todo al servicio de la explotación de los trabajadores del mundo y del saqueo de los recursos naturales. Sabemos que muchos luchadores antiimperialista y anticapitalistas en el mundo creen honestamente en estas denuncias de Maduro, y creyeron en las de Evo Morales y Dilma Roussef. Sin embargo, estamos convencidos de estos repetidos incidentes de las últimas semanas son en gran medida falsos, o son hechos que ocurren normalmente, agrandados hasta el absurdo en un show mediático “antiimperialista” para intentar recuperar la credibilidad popular de gobiernos latinoamericanos en crisis por haber traicionado sus promesas antiimperialistas. Esos shows son una cortina de humo para ocultar que están entregando como nunca las economías nacionales a la voracidad del capital transnacional imperialista y que, por eso mismo, en un contexto de crisis internacional, hay ajustes contra el pueblo y descontento popular.
Maduro el mejor actor
Con cara seria y levantando el puño Maduro denunció un atentado contra su vida, porque el avión Airbus tenía fallas, pese a haber sido arreglado durante 5 meses en Francia, y además dijo que se planeaba un atentado en Estados Unidos aprovechando su concurrencia a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Antes de eso había amenazado con no concurrir por la supuesta negativa de Estados Unidos a que su avión sobrevolara Puerto Rico para concurrir a China. Los yanquis dijeron que no se presentó el pedido de permiso con los 3 días de anticipación que eran necesarios. Después Maduro dijo que no le habían dado la visa a dos miembros de la delegación venezolana. Y finalmente, cuando aparentemente ya no había problemas de visado, no viajó por el supuesto plan para atentar contra su vida.
Estas fuertes denuncias antiimperialistas de Maduro, contrastan brutalmente con la economía venezolana, que depende de la exportación de petróleo a Estados Unidos, sin que en ese terreno hubiera ningún problema.
Pero además está la crisis económica interna de Venezuela, ante la cual el gobierno no toma ninguna medida antiimperialista ni, menos, socialista. “Si bien es cierto que la especulación y el acaparamiento de muchos comerciantes y empresarios inciden sobre los precios, lo cierto es que el gobierno pretende supuestamente derrotar a la economía de mercado utilizando recetas propias del sistema capitalista. Las devaluaciones constantes de la moneda; el crecimiento del endeudamiento externo; los controles burocráticos, coercitivos y mafiosos sobre las divisas; la entrega de nuestras reservas naturales a los países y empresarios de China, Rusia o Brasil, pero también de Estados Unidos, Francia, Japón, y otros países imperialistas; el congelamiento salarial y el crecimiento ilimitado de la importación de alimentos, necesariamente conllevan a un estancamiento del aparato productivo, a empleos precarios, a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores, a mayor dependencia alimentaria y la pérdida de la soberanía sobre nuestros principales recursos” (Declaración de Miguel Angel Hernández, dirigente del Partido Socialismo y Libertad, PSL).
Evo Morales segundo premio a la actuación
A comienzos de julio Evo Morales denuncia de que la negativa del permiso a sobrevolar Francia, Portugal y España, del avión que lo traía de Rusia, era un “atentado contra su vida”. Evidentemente fue un atropello imperialista esta negativa, generado por la crisis que le ocasionó a Estados Unidos la deserción del ex espía Edward Snowden. Aparentemente se sospechaba que Snowden iba en el avión de Evo Morales, que debió aterrizar en Austria adonde, según la policía austríaca fue revisado y comprobaron que no estaba el ex espía yanqui. Sin embargo, de ninguna manera ocurrió un “atentado contra la vida” de Evo Morales.
El gobierno boliviano organizó una “Cumbre Antiimperialista” internacional, que se realizó en Cochabamba, a comienzos de agosto, a un mes del incidente del avión. La cumbre sesionó en el más lujoso hotel de Cochabamba, con unos 200 delegados internacionales, la mayoría burócratas sindicales o diputados de partidos burgueses “de izquierda”, chavistas o stalinistas, con pasajes y estadía pagadas por el Estado boliviano que gastó 800.000 dólares en el evento, denunció a los gobiernos de Francia, España, Italia, Portugal y Estados Unidos por su actitud imperialista y el supuesto atentado a Evo Morales, sacó una serie de resoluciones “antiimperialistas” más o menos abstractas, entra ellas nominar a Evo Morales como “líder mundial antiimperialista”, pero sin vías de acción, ni propuestas concretas a los Estados supuestamente antiimperialistas.
Lo absurdo fue que el mismo día en que sesionaba la cumbre, a menos de 10 kilómetros de distancia, Evo Morales daba otro paso en la entrega de los recursos naturales, entregando a la Total (que justamente es la principal petrolera francesa!) y a Gazprom (rusa) casi un millón de hectáreas para explotación gasífera y petrolera. En ese mismo acto de firma de contratos, Evo Morales dijo que tenía excelentes relaciones con Europa. Eso no le impidió, al día siguiente, cerrar la Cumbre en un acto público con campesinos traídos en gran parte a la fuerza (bajo pena de multa de sus sindicatos controlados por el MAS), con un encendido discurso “antiimperialista”.
En mayo, ante una huelga general de los trabajadores de dos semanas por jubilaciones dignas, Evo Morales acusó a los trabajadores de “privilegiados” y “golpistas”. Y amenazó con liquidar la nacionalización de Huanuni, único yacimiento minero que está totalmente nacionalizado, frente al 95% de la minería que está en manos privadas (el 60% en manos de transnacionales). La huelga fue ferozmente reprimida, con balas y torturas, y quedaron 22 trabajadores procesados penalmente por la huelga. Además se acaban de cumplir 2 años de una violenta represión a los indígenas en Chaparina, tratando de imponer una carretera al servicio de las transnacionales en su territorio, y aún no hay ningún culpable de la represión.
En septiembre Evo Morales viajó a Europa, se encontró con el presidente español Mariano Rajoy y con el rey Juan Carlos. Elogió a la petrolera Repsol (una de las que está saqueando Bolivia) como una “gran compañía”. Cuando los periodistas le preguntaron por el incidente del avión y el supuesto intento de asesinato, dijo con una amplia sonrisa que el incidente estaba “totalmente superado” y que “lo pasado pisado”. Luego viajó a Italia haciendo declaraciones similares. Finalmente se reunió con el francés Hollande, para dar por superado también el incidente con Francia. Nada se habló del “atentado contra la vida” del presidente latinoamericano.
Dilma Rousseff la peor actriz
Dilma Rousseff afrontó una vertiginosa caída de su popularidad ante las grandes movilizaciones juveniles y de trabajadores de junio, cuestionando toda su política económica.
En agosto denunció que era espiada por medios electrónicos por Estados Unidos. En la reciente Asamblea General de la ONU afirmó que: ”el espionaje en su país fue un “quebrantamiento al derecho internacional y una afrenta”, sentenció que lo ocurrido no puede justificarse en la lucha contra el terrorismo y aseveró que Brasil “sabe cómo protegerse, lucha contra los grupos terroristas y vive en paz” con sus países vecinos “hace más de 140 años”.
Un informe periodístico dejó en ridículo el supuesto “descubrimiento” de Dilma de la red de espionaje electrónico.
Según dicho informe: La Agencia Nacional de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos actúa “libremente” en Brasil junto a agentes de la Policía Federal, en el marco de un acuerdo antidrogas firmado en 2010, informó ayer el diario Folha de São Paulo. De acuerdo con el informe… agentes norteamericanos “disfrazados de diplomáticos” están distribuidos por todo el territorio brasileño en busca de informaciones sobre residentes en el país, brasileños o no, y llegan incluso a pautar las líneas de acción en las más diversas investigaciones y a apuntar quién debe ser vigilado o rastreado por la policía nacional. Policías federales, militares de Inteligencia del Ejército y funcionarios del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia (GSI) de Brasil, citados por el diario, admitieron el trabajo conjunto, y afirmaron que los acuerdos de cooperación son “una formalidad” para disfrazar el espionaje. “Por lo menos una vez por semana, dos agentes de la CIA llegan a una de las oficinas de la Policía Federal en Brasilia (…) en menos de cinco minutos ingresan y van a una reunión en el edificio donde trabajan cerca de 40 agentes brasileños de la división antiterrorismo”, señaló Folha. Es decir, lo que muestra el informe, es algo ya sabido hace mucho que las relaciones militares y de espionaje de Brasil subordinadas a Estados Unidos no fueron cambiadas por este gobierno. Y que, entonces, la denuncia de Dilma, es también un show para aparentar antiimperialismo y no van acompañadas de la ruptura de estas relaciones militares y de inteligencia.
Pero además, el gobierno brasileño continuidad del de Lula, que asumió hace más de una década con gran apoyo popular y para aplicar supuestamente un programa a favor de la clase obrera y antiimperialista, fue repudiado por millones en junio de este año, en una movilización que comenzó por el aumento de las tarifas de transporte, pero que rápidamente escaló a todas las demandas insatisfechas del pueblo brasileño, en una economía que fue descrita por el gobierno y organismos internacionales como “exitosa” y que supuestamente no tenía crisis.
“La gente en las calles denuncia la corrupción del gobierno nacional encabezado por Dilma Rousseff/PT y de los gobiernos de los Estados (PT, PMDB, PSDB, etc.), especialmente en relación a las faraónicas obras para el mundial de Fútbol, con despilfarro de miles de millones de dólares que no dejarán ningún legado para el pueblo trabajador, pero que permiten grandes negociados entre la FIFA, las constructoras y los políticos corruptos. Consignas como: «Quiero salud, educación, no me importa si Brasil sale campeón!» o «¡Que la FIFA pague mi tarifa!» son predominantes en las calles. En el país más fanático del fútbol en el mundo, estas consignas muestran el salto en la conciencia producido en las masas movilizadas. El gobierno perdió el control de la situación. La presidente Dilma Rousseff, del PT, así como los gobernadores, intendentes (alcaldes), el Parlamento y los partidos tradicionales sufrieron un golpe gigantesco. Los gobernantes que habían mandado a reprimir las movilizaciones, lo único que consiguieron fue agigantarlas. Entonces, dirigentes del PT hablaron de «golpe de derecha» y hasta de «conspiración internacional». Pero después de la histórica movilización del 20 de junio, Rousseff asustada comenzó a decir que los manifestantes tenían razón y que había que escucharlos. Incluso se reunió con dirigentes del Movimiento Pase Libre, uno de los grupos juveniles que iniciaron las protestas por Facebook. Y salió a proponer un pacto con los gobernadores y los intendentes de las capitales donde más de una vez propuso una serie de generalidades, como la de convocar a un plebiscito para hacer una reforma política, una medida que, al día siguiente, el propio gobierno comenzaba a recular… No propuso ninguna de las soluciones que exige el pueblo en la calle. Habló de más presupuesto para salud y educación, pero mantiene la privatización de los hospitales y las escuelas, y las universidades públicas están cada vez en peores condiciones, mientras 450.000 millones de dólares, el 42% del presupuesto federal, se destinan al pago de capital e intereses de la deuda…” (Declaración de UIT-CI- CEI de junio)
Los motivos del “show antiimperialista”
La mayoría de los gobiernos latinoamericanos mantienen ese discurso supuestamente “antimperialista” porque surgieron después de grandes movilizaciones populares y un aumento de la conciencia popular antiimperialista. Además de los tres gobiernos citados, algo similar ocurre en Argentina, Uruguay, Ecuador o Perú.
En Argentina, por ejemplo, cristina Kirchner había anunciado que el país se “desendeudaba” y hoy vuelve a la crisis de deuda externa y los ajustes antipopulares, con más de 200.000 millones de deuda, después de haber pagado 173.000 millones en los últimos diez años (hace 10 años se debían 143.000 millones). El gobierno había anunciado la “nacionalización” del petróleo, pero se lo pasó de la Repsol a Chevrón. Y la minería está en manos de transnacionales depredadoras del medio ambiente.
Esta burla a las promesas que se habían hecho a los pueblos latinoamericanos, queda en evidencia hoy por la crisis internacional que acentúa hasta límites increíbles el carácter depredador de las transnacionales, el mecanismo explotador de los grandes bancos transnacionales y otros mecanismos financieros para vaciar las economías latinoamericanas, incluyendo al corrupción desenfrenada de sus gobiernos que se convierten en peones a sueldo de las transnacionales, al igual que los antiguos gobiernos neoliberales. En Bolivia, después de la gran huelga de mayo, son muchos los trabajadores que dicen que “Evo es igual a Goni” (Goni es Sánchez de Losada, el presidente neoliberal derrocado por la insurrección popular en el 2003).
Los gobiernos más abiertamente proimperialistas como el de Santos en Colombia, Piñera en Chile se están derrumbando acosados por grandes movilizaciones populares. Pero los gobiernos supuestamente “progresistas” como Maduro, Evo, Dilma o Cristina Kirchner, también están en graves problemas.
Ante ese descontento popular y situación de crisis, los gobiernos latinoamericanos “progresistas” quieren renovar sus supuestos laureles “antiimperialistas”, pero sólo con discursos que contradicen abiertamente los hechos. Y crecientes sectores obreros, populares, campesinos e indígenas comienzan a darse cuenta.
Por eso es necesario más que nunca poner en pie nuevas alternativas políticas obreras y populares, que planteen soluciones de fondo, satisfacer las necesidades populares y tomar reales medidas antiimperialistas como expulsar a las transnacionales, expropiar sus bienes, expropiar la banca, y romper todas las relaciones militares con el imperialismo. Esto es lo que expresan por ejemplo el Frente de Izquierda en Argentina, la izquierda del Partido Socialismo y Libertad en Brasil, el Partido Socialismo y Libertad en Venezuela, la candidatura de Marcel Claude en Chile y el Partido de los Trabajadores en Bolivia.
En nuestro país, La Protesta- Alternativa Revolucionaria del Pueblo, estamos construyendo el Partido de los Trabajadores, a 10 años de la insurrección popular conocida como la Guerra del Gas, porque el gobierno ha traicionado las demandas populares, y especialmente la recuperación de nuestros recursos naturales. Los hidrocarburos y minería siguen en manos de las transnacionales. Esta es la causa de que no haya trabajo, ni salarios y jubilaciones justas, ni solución para la miseria de la mayoría de los campesinos. Estamos impulsando el Partido de los Trabajadores en base al programa de Huanuni, que retoma el programa histórico de la COB boliviana, exigiendo la verdadera nacionalización con expropiación de las transnacionales y de los latifundios para entregar la tierra a campesinos sin tierra. El Partido de los Trabajadores crece y se organiza porque expresa una necesidad profunda de los explotados de Bolivia de gobernar con sus organizaciones de base, para dejar de ser la nación saqueada y despedazada, el país más pobre de Sudamérica junto a Paraguay, cuando fue la colonia más rica y la plata del Potosí alimentó el crecimiento capitalista de Europa hace 500 años y siguen hoy fluyendo las riquezas de Bolivia a las transnacionales.

*Integrante de Alternativa Revolucionaria del Pueblo, construyendo el Partido de los Trabajadores

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