9 octubre, 2024

maquilas

Por: María de la Esperanza Hermida

La creación de las zonas económicas especiales (ZEE) pone en riesgo el destino de los logros sindicales y laborales en Venezuela. Para colmo, se implantarán en el marco de las negociaciones actuales con China. En las ZEE, cualquier atisbo socialista retrocede.

Las ZEE permitirán que China explote a la masa laboral desconociendo holgadamente sus conquistas históricas. Una de las razones es que en China no están vigentes convenios fundamentales de la OIT, garantes del derecho colectivo del trabajo.

Nos referimos al convenio 87 que ampara la libertad sindical, y al convenio 98, que protege la convención colectiva. El país asiático tampoco ha ratificado el convenio 29 y el 105, relativos al trabajo forzoso y a su abolición. Por tanto, lo que China no cumple en su casa, menos lo hará en casa ajena.

Las ZEE se crearán en Venezuela según el decreto 1.425, que contiene la Ley de Regionalización Integral para el Desarrollo Socioproductivo. Publicada en la Gaceta Oficial N° 6151 del 18/11/2014, esa norma dispone en su artículo 56: “Ningún interés particular, gremial, sindical, institucional de asociaciones o grupos, o sus normativas, prevalecerá sobre el interés colectivo para la planificación y ejecución del equipamiento urbano y las acciones requeridas para el cumplimiento de los fines del presente Decreto, con Rango, Valor y Fuerza de Ley”…

El Estado, por conducto del Presidente de la República, y el llamado poder popular, encarnan ese interés colectivo según el andamiaje legal vigente. Ello reitera la cooptación gubernamental del movimiento social autónomo, que lo castra y lo subyuga al designio oficialista. En ese contexto, las ZEE (la nueva maquila) facilitarán los proyectos anunciados por Maduro en su visita a China.

¿Cuál es el problema? En las ZEE establecidas en varias partes del mundo, no se aplica la legislación laboral, la gente debe trabajar 10 o 12 horas diarias, sin pago adicional. No hay sindicatos, ni contratos colectivos y menos aún huelgas. Lo que sí abunda es la explotación del trabajo infantil, las enfermedades laborales por los altos niveles de exposición al riesgo en el trabajo y contaminación ambiental.

Reportes indiscutibles de la OIT y la CSI certifican que, lamentablemente, en China y demás países donde se implantaron las ZEE se violan los derechos humanos de los trabajadores y las trabajadoras.

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