Los cambios en el CNE: una nueva maniobra para promover la abstención y mantenerse en el poder

Por Partido Socialismo y Libertad

El pasado jueves 15 de junio, los rectores chavistas del Consejo Nacional Electoral, encabezados por su presidente Pedro Calzadilla, renunciaron a sus cargos.

La comunicación mediante la cual se hizo pública esta decisión, además de Calzadilla, fue suscrita por el rector principal Alexis Corredor y por los rectores suplentes Leonel Párica, Carlos Quintero, Gustavo Vizcaíno, Saúl Bernal, Rafael Chacón y Francisco Garcés.

El vicepresidente del organismo Enrique Márquez, y el otro rector principal ligado a la oposición patronal, Roberto Picón, no suscribieron la comunicación de renuncia.

En rigor, los rectores chavistas fueron presionados por el partido de gobierno para que renunciaran, poniendo en el tapete la necesidad de sustituirlos. Como ya se sabía, Calzadilla y los demás rectores que contaban con el apoyo del gobierno, cayeron en desgracia a raíz de los resultados adversos para el Psuv en las elecciones regionales de Barinas del 9 de enero del 2022.

El mismo día jueves la Asamblea Nacional aceptó la renuncia de los rectores y conformó la Comisión Preliminar del Comité de Postulaciones Electorales, que se encargará de escoger a los nuevos rectores. Y de un plumazo destituyó a todos los rectores, incluyendo a los que no renunciaron, y que fueron escogidos por un período de 7 años. 

El objetivo del gobierno, y de sus diputados que son mayoría en la Asamblea Nacional es generar desconfianza en el CNE, y de esta manera promover la abstención en el seno del electorado, y profundizar la división ya existente en el seno de la oposición patronalAl tiempo que coloca un obstáculo en el proceso de primarias iniciado por los partidos de la oposición patronal, agrupados en la Plataforma Unitaria.

El CNE cuyos miembros acaban de renunciar, fue producto de una negociación con sectores de la oposición patronal, lo cual posibilitó la presencia de observadores de la Unión Europea en las elecciones regionales de Barinas, Cojedes, Nueva Esparta y Zulia, todas ganadas por la oposición. Este organismo a raíz de ese evento, había mejorado su imagen en el país. 

Lo que busca el gobierno es tener un CNE que pueda controlar más directamente. Ya Calzadilla no era de su entera confianza. No les garantizaba nada de cara a las elecciones del 2024. Ahora intentarán conformar un CNE “espantavotos”, como lo han llamado los medios de comunicación, que genere incertidumbre, con el objetivo de alentar la abstención. Esta ha sido la estrategia de Maduro, Cabello y cía, que les permitió ganar las alecciones del 2018. Ya dieron un primer paso en esa dirección, con la designación de la Comisión Preliminar del Comité de Postulaciones Electorales, donde están connotadas figuras del chavismo, como Desirée Santos Amaral, Didalco Bolívar, el oportunista saltimbanqui de Ricardo Sánchez, y como si esto fuera poco, la «primera combatiente», Cilia Flores, esposa de Maduro.

El gobierno sabe que es odiado por la mayoría del pueblo venezolano, y que puede perder las elecciones del 2024, por ello, busca mediante triquiñuelas controlar al poder electoral y desestimular el voto, los caballitos de batalla para mantenerse en el poder contra viento y marea. Con esta maniobra seudolegal, el gobierno muestra una vez más su talante antidemocrático, violador de los derechos políticos del pueblo venezolano.

En ese sentido, desde el Partido Socialismo y Libertad consideramos que debemos rechazar este nuevo ataque a los derechos democráticos y políticos del pueblo venezolano. Es necesario profundizar y masificar la movilización obrera y popular para recuperar los derechos y libertades democráticas, derrotar el paquetazo de ajuste capitalista del gobierno e imponer un Plan Obrero y Popular de emergencia que le de respuesta a todos los graves problemas que sufre el pueblo venezolano.

 

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