Los “yukpa” del gobierno desalojan y matan a los yukpa

Los yukpa del grupo del asesinado Sabino Romero han sido agredidos, han sido asesinados y ha sucedido algo nuevo, han sido despojados de las tierras recuperadas en la lucha por la tierra. Con esto la contraofensiva del gobierno y las transnacionales pasa a una nueva etapa, ya la etapa de criminalización y aislamiento quedó atrás, su éxito es celebración del poder.

Carmen Fernández, perseguida por los ganaderos y el gobierno

Carmen Fernández, perseguida por los ganaderos y el gobierno
Carmen Fernández, perseguida por los ganaderos y el gobierno

Por: La Guarura

Los yukpa del grupo del asesinado Sabino Romero han sido agredidos, han sido asesinados y ha sucedido algo nuevo, han sido despojados de las tierras recuperadas en la lucha por la tierra. Con esto la contraofensiva del gobierno y las transnacionales pasa a una nueva etapa, ya la etapa de criminalización y aislamiento quedó atrás, su éxito es celebración del poder.

Los ganaderos, lo hemos dicho antes, pero como somos en La guarura de los pueblos en lucha los únicos que lo decimos debemos reiterarlo, clase forjada en el crimen y el genocidio por más de tres generaciones, si se le permite, y todo indica que se les permite, seguirán matando como mataron desde hace más de cien años, su racismo es la cara cultural del despojo en el que ellos antes y no ahora fueron protagonistas. Su racismo y ellos, sirven ahora para enmascarar la voluntad continua del Estado-gobierno de entregar las tierras de Perijá a las transnacionales mineras.

Lo decimos de una vez: el Estado ha podido mantener esta máscara por la inconsecuencia de quienes han acompañado la lucha y han pretendido mantener la ilusión capitalina de que este gobierno está a favor de los indígenas y de sus derechos.

El video de Chávez con su famosa frase «entre los ganaderos y los indígenas, este gobierno, que nadie lo dude está con los indígenas», para luego poner al frente de la operación de acallamiento y desmantelamiento de la lucha a uno de sus principales hombres, el entonces Ministro de Relaciones Interiores, Tarek El Aisami. Y financiar, con un presupuesto seis veces superior a lo que dispuso para comprar la tierras a los terceros el llamado Plan Yukpa, devela, para quién quiera entenderlo, la naturaleza de este gobierno, antes y ahora.

La presencia de yukpas en la partida asesina contra la Uyapu Carmen Fernández y los suyos, encabezados por Alfonso Inokpa, un metizo colocado ahí por el Ministerio de Asuntos Indígenas y ratificado en elecciones fraudulentas el mismo día que asesinaron a Sabino Romero Izarra, devela para quien quiera por fin verlo, la vocación genocida del gobierno chavista. Poco importa si son yukpa los que desalojan, con uno les bastaría para mostrar al pueblo virtual que el gobierno creó para sustituir y aislar a los luchadores.

Hay quien quiere ver en estos últimos incidentes una suerte de reofensiva originada en la retoma de la tolda opositora de la Alcaldía de Machiques, en la vuelta del rehabilitado y tristemente celebre Toto Márquez, asesino e hijo de asesinos a la Alcaldía, como si el Alcade saliente Vidal, chavista, hubiera hecho alguna diferencia, olvidando por completo que algunos de los indiciados y sospechosos pertenecieron a sus escoltas personales y la policía municpal en su tiempo, olvidando (es arrecho el olvido) las declaraciones racistas reiteradas de este chavista, mientras ocupó el cargo que perdió el chavismo por su corrupta y mala gestión, lo que motivó la pérdida de apoyo de los indígenas, una de las principales bases de apoyo del chavismo en la región.

Creemos que el poder en su conjunto y en plena coherencia está conciente de la etapa del exterminio que viene, por eso van a seguir los despojos de tierras que el gobierno se ha negado a pagar según la ley, usando, y es lo novedoso, a los yukpa y a parceleros colombianos mestizos que se hacen pasar por yukpas después de una amplia operación de desmantelamiento y de quiebre de la resistencia yukpa encabezada por nuestro hermano Sabino Romero.

Hace un mes los yukpas de Chaktapa, la familia de Sabino acudieron a la gobernación del estado, la del carbonero Arias, a informarse sobre la gestión de compra de las tierras, los atendió Billy Gazca, secretario de el gobernador y uno de los opositores que saltó la talanquera para apoyar al entonces candidato oficialista a la gobernación. Les dijo que el gobierno nacional no tenía dinero para esa compra, que la crisis económica era muy fuerte, que si acaso la gobernación podía colaborar con la compra de 100 vacas de descarte para la familia del difunto Sabino. La familia de Sabino no sabe, nadie se lo había dicho hasta entonces, que este señor es parte de la mafia judicial más poderosa del estado Zulia, dirigida por la jueza superior Imelda Rincón Ocando, y montada por el ex presidente del TSJ Iván Rincón, con influencia y ramificaciones de influencia en todo el aparato del Estado sin importar la tolda, con operadores que se han hecho multimillonarios en el negocio de la justicia, incluido el secretario Gazca, que fue para graduarse de delincuente juez agrario del Zulia y desde ahí trabajó para despojar a muchos campesinos e indígenas de sus tierras, que es uno de los negocios con los que esta mafia comercializa su control del aparato de gobierno.

Otra variable no menos atroz es que cuando un grupo social o pueblo es criminalizado y condenado al exterminio, el poder los trata como bandidos y logra, la historia está llena de casos como este, que los que luchan se asuman bandidos y golpeen al poder de manera tal que toda su acción queda restringida a las tipificaciones de los penalistas. Esto ha sucedido con muchos pueblos exterminados y grupos de lucha en el mundo y en estas tierras, a esto apuesta el poder en el caso de los yukpa que luchan. Recuerden a los Gayones y a nuestra Ana Soto, el tiempo permite al poder incluso apropiarse de su imagen reivindicada.

Las ilusiones sobre un cambio repentino de lo que ya es una sólida, la más sólida de todos los tiempos, política de exterminio de los que luchan por la tierra no ayudarán en nada a los yukpa, y menos una política de solidaridad funeraria de la que la izquierda urbana es tan afecta.

Necesitamos apoyar la reconstrucción de la resistencia en los territorios. Esta lucha, mientras todos claudicaban ante las migajas del poder, mantuvo el fuego encendido de la dignidad y la verdad en estos años, lo que realmente necesitan los hermanos es mandarse a si mismos, hablar por si mismos y caminar su propio camino. No que nadie los convierta en su vitrina barata, para relacionarse con el poder hasta la indignidad de los que se roban los velorios.

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