27 julio, 2024

Nos solidarizamos con la lucha democrática en Myanmar

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Por Venezuelan Workers Solidarity

En respuesta al golpe de Estado del 1ero de febrero, se ha desarrollado en Myanmar-Birmania un poderoso levantamiento revolucionario de la juventud, la clase trabajadora y el campesinado. El ejército ha perdido el control de gran parte del país. No lo tiene en las zonas rurales en las que los pueblos largamente oprimidos por la burguesía de la mayoría bamar budista se han levantado en armas. Tampoco en las ciudades, donde se levantan barricadas y persisten las protestas a pesar de la represión, que ya ha cobrado más de quinientas víctimas fatales en dos meses. Se ha formado un gobierno en la clandestinidad, el Comité Representante del Parlamento de la Unión. El Movimiento de Desobediencia Civil y los comités de huelga juegan un importante rol. Y se han alcanzado importantes declaraciones al calor de la lucha como la de la abolición de la constitución militar de 2008 y la aspiración de constituir una República Federal Democrática que dé cabida a todas las minorías nacionales oprimidas. En ese sentido, es importante que se imponga el reconocimiento de la ciudadanía y los plenos derechos democráticos de los musulmanes rohingya, quienes fueron víctimas de políticas de limpieza étnica y genocidio por parte de los militares con la complicidad de las autoridades civiles del período 2015-2020.

Las imágenes de las asambleas, las marchas y concentraciones masivas, la huelga general en la que han jugado un rol protagónico las obreras textiles, son inspiradoras para los pueblos que luchan en todo el mundo. Un triunfo de los pueblos de Myanmar-Birmania proporcionaría invalorables lecciones para todos los que creen en que es posible y necesario que los explotados y oprimidos tomen por medio de la lucha su destino en sus propias manos.

Para los activistas de oposición de izquierda venezolanos, dentro y fuera de Venezuela, no pueden dejar de destacarse algunos paralelismos entre la situación de nuestro país y la de Myanmar-Birmania. En Venezuela tenemos una dictadura militar desde el año 2016, que aplastó a sangre y fuego la rebelión popular de 2017. Al igual que los militares del Thatmadaw, los militares chavistas participan en la principal industria de Venezuela, el petróleo, y tienen cargos dirigentes en empresas estatales asociadas al capital transnacional a través de empresas mixtas. Incluso con algunas de las mismas empresas que están presentes en Myanmar-Birmania, como es el caso de Chevron y Total.

En su insaciable corrupción también se parecen los militares de Myanmar-Birmania y Venezuela. Ambos han recurrido, por ejemplo, a las brechas en el tipo de cambio para saquear los recursos del Estado. Y así como entre 1962 y 1988 hubo un gobierno militar que proclamaba una falsa “vía birmana al socialismo”, en Venezuela el chavismo ha proclamado desde el año 2006 estar construyendo un “socialismo del siglo XXI”, una enorme estafa política que ha dejado intactas las relaciones de producción capitalistas y ha engordado a una burguesía ligada al aparato estatal, la llamada “boliburguesía”, mientras hunde en la miseria y la desesperación a millones de trabajadores. Hemos tenido una oposición burguesa subordinada al gobierno de EEUU, que al procurar negociaciones con el gobierno chavista ha traicionado las aspiraciones de la mayoría del pueblo trabajador que se opone a los militares y boliburgueses. Esto fue así especialmente durante la rebelión de 2017. El chavismo, por su parte, ha forjado alianzas con los gobiernos de China y Rusia, y aspira a mantenerse indefinidamente en el poder por medio de la fuerza.

Tarde o temprano nos levantaremos nuevamente en Venezuela, confiando en nuestras propias fuerzas.

El esfuerzo heroico de los pueblos de Myanmar-Birmania merece un mayor acompañamiento de los demás pueblos del mundo. Es muy importante construir un amplio movimiento internacional de solidaridad con la Revolución de Primavera, como la juventud de Myanmar-Birmania ha denominado a su lucha contra el golpe. Nos comprometemos a aportar nuestros modestos esfuerzos en esa dirección.

 

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