“Para las instituciones los trabajadores somos fantasmas”

Ciudad Guayana. Lunes, 21 de Enero de 2013 (Foto Diego Meinhard).- No hay nadie, es domingo. Las puertas están cerradas y el centro de Puerto Ordaz luce desolado. Esa escena representa, para los trabajadores de Orinoco Iron, un día cualquiera de la Inspectoría del Trabajo Maneiro. Ataviados de telas blancas, simulando ser fantasmas, el grupo de técnicos protestó contra la indiferencia de las instituciones y las empresas estatales.

Ciudad Guayana. Lunes, 21 de Enero de 2013 (Foto Diego Meinhard).- No hay nadie, es domingo. Las puertas están cerradas y el centro de Puerto Ordaz luce desolado. Esa escena representa, para los trabajadores de Orinoco Iron, un día cualquiera de la Inspectoría del Trabajo Maneiro. Ataviados de telas blancas, simulando ser fantasmas, el grupo de técnicos protestó contra la indiferencia de las instituciones y las empresas estatales.

“Aquí es igual venir un domingo, un lunes o un martes. Igual en la CVG (Corporación Venezolana de Guayana). Somos unos fantasmas para las empresas y las instituciones”, aseveró el delegado de la empresa briquetera, Ángel Flores.

Hace ya seis meses que entregaron una comunicación a la gerencia de la estatizada reclamando algunos beneficios, pero no ha habido ninguna respuesta. “Es como si no existiéramos”, advirtió el trabajador.

Ese mismo cuadro -comenta un delegado- se repite en todas las instituciones del Estado a las que han acudido para solicitar algún tipo de asistencia referente a la seguridad, asistencia legal o defensa de sus derechos.

Puntualmente, demandan un aumento de la cesta alimentaria, una bonificación de anticipo por el retraso en la discusión de la convención colectiva y un aumento de 77 por ciento, pues eso es lo que les correspondería si hubiesen discutido un nuevo contrato.

Pero nadie responde a las solicitudes. “Tenemos dos sindicatos que no representan a los trabajadores y un contrato colectivo vencido”, enumeró el dirigente.

En decadencia

De todas las empresas briqueteras, los trabajadores de Orinoco Iron son los peores pagados comenta Flores. “En otras empresas ha habido homologaciones, como en Venprecar, pero a nosotros nadie nos toma en cuenta”, dijo.

Eso se debe -explica- a la gestión de una comisión de transición que no está en correspondencia con las demandas y expectativas de los trabajadores.

Muchos de los profesionales, según los protestantes, han debido recurrir a otros oficios paralelos para completar el pago de los servicios de sus familias. “Esto ha afectado el buen desenvolvimiento de las operaciones”, contó.

Los trabajadores continuarán manifestando pacíficamente en las puertas de otras instituciones para llamar la atención e interpelar sobre la situación laboral del movimiento.

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