Por un 1ero de mayo autónomo y de lucha
Hace 128 años, el 1 de mayo de 1886, los trabajadores de Chicago iniciaron una huelga por la jornada laboral de 8 horas. Como consecuencia de esto, los dirigentes del movimiento Schwab, Neebe y Fielden fueron condenados a prisión y Engel, Fischer, Parsons, Spies y Lingg recibieron condenas a muerte. Desde entonces, los mártires de Chicago son un símbolo de la lucha del movimiento obrero organizado por sus derechos.
Nuevamente un 1ero de mayo nos encuentra a los trabajadores venezolanos sumidos en la explotación y en la violación de nuestros más elementales derechos.
Hace 128 años, el 1 de mayo de 1886, los trabajadores de Chicago iniciaron una huelga por la jornada laboral de 8 horas. Como consecuencia de esto, los dirigentes del movimiento Schwab, Neebe y Fielden fueron condenados a prisión y Engel, Fischer, Parsons, Spies y Lingg recibieron condenas a muerte. Desde entonces, los mártires de Chicago son un símbolo de la lucha del movimiento obrero organizado por sus derechos.
Nuevamente un 1ero de mayo nos encuentra a los trabajadores venezolanos sumidos en la explotación y en la violación de nuestros más elementales derechos.
La no discusión de los contratos colectivos, especialmente en el sector público, empleo precario y tercerización, desconocimiento de la autonomía de las organizaciones sindicales, violación sistemática de los derechos de los trabajadores de las empresas del Estado, mientras que las Inspectorías del Trabajo están al servicio de los patronos en contra de los trabajadores. Sin embargo, la disposición de lucha sigue vigente, como lo demuestran las más de 15.000 protestas que se han producido en los últimos 3 años, donde los trabajadores hemos sido vanguardia indiscutible. Expresión de esa voluntad de lucha que anima a la clase obrera venezolana es la liberación plena de Rubén González. Sin duda, esto es un triunfo de los trabajadores logrado gracias a la movilización.
Venezuela está cruzada por una aguda crisis económica, política y social. Los logros obtenidos en los primeros años del actual proceso político, los avances en materia de derechos humanos consagrados en la Constitución, las Misiones Sociales, y la participación popular, hoy son letra muerta, encontrándose los programas sociales por el suelo, sumidos en la desidia, el burocratismo y la violación de los derechos de los trabajadores.
14 años de gestión gubernamental en la práctica sólo han favorecido a la banca privada, a las transnacionales y al comercio importador, en detrimento de la mayoría del pueblo. El fracaso de la política económica se traduce hoy en escasez, el índice inflacionario más alto del continente, y un desempleo cada vez mayor. Los trabajadores y las amas de casa tienen que ir de un lugar a otro tratando de completar el precario mercado. Los productos de la dieta básica no se consiguen. Y si al fin se pueden comprar cuestan un ojo de la cara. Los precios están por las nubes. El pollo aumentó más de Bs. 43 el klio; un kilo de café está por encima de Bs. 100, lo mismo sucede con el aceite, con la harina, si es que se consiguen. Los trabajadores tienen que hacer largas colas en los mercados. En los Bicentenarios y mercales marcan a la gente como ganado. Ahora le quieren dar una tarjeta para racionarle los alimentos. Esto es injustificable en un país donde ingresan millones de dólares por concepto de factura petrolera, y con tantos recursos como el nuestro.
Le preguntamos a los trabajadores, sean chavistas o de la oposición agrupada en la MUD: ¿el salario alcanza? ¿Se consiguen todos los productos de la dieta básica? ¿Los hospitales funcionan, tienen insumos? ¿Hay empleo productivo para todos? El país se nos cae a pedazos. No importa si se es chavista u opositor pero esto no lo aguanta nadie. Es inocultable que existe un gran descontento social que está en la base de la conflictividad social que se ha expresado en más de 15 mil protestas en los últimos tres años. Y que se manifestó distorsionadamente en las protestas que se produjeron entre febrero y marzo.
Ante esta situación el gobierno ha mostrado su verdadero rostro, y ha optado por negociar con los empresarios, Fedecámaras y la MUD. Se sienta a pactar con los mismos que demagógicamente decía hasta hace poco que eran los responsables de la “guerra económica” y de un supuesto “golpe suave”. Entonces, ¿cómo es la cosa? si estos sectores querían derrocar al gobierno, ¿cómo es que ahora se negocia con ellos y se le otorgan todo género de prebendas con la mascarada de la paz?
Lo cierto es que el gobierno de Maduro avanza en los acuerdos con el empresariado y la MUD con el objetivo de lograr la estabilidad política que le permita con el apoyo de los patronos, recuperar las ganancias capitalistas y descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores. Ya esto se está constatando en los aumentos de precios de los productos regulados, así como en el aumento de un 40% del pasaje urbano e interurbano; en la devaluación a través del Sicad 2; en los despidos de trabajadores, como el caso de la Wrangler, centrales azucareros, Coca Cola, y la amenaza de desocupación en otras empresas como las automotrices, varias de las cuales están paralizadas.
Es necesario que los trabajadores salgamos a enfrentar en las calles el ajuste, de forma autónoma al gobierno y a los partidos de la oposición burguesa, y a exigir que la crisis la paguen los burócratas corruptos del gobierno, la gerencia de las empresas estatizadas que las han llevado al desastre, los boliburgueses, banqueros, transnacionales, que se han beneficiado del festín de la renta petrolera de todos estos años.
Igualmente debemos rechazar la criminalización de la protesta obrera y popular, y el intento del gobierno de restringir las libertades democráticas, con la detención y aplicación de medidas cautelares a los que luchan por sus derechos, y ahora limitando el derecho a la manifestación pacífica, mediante la aberrante decisión del TSJ.
Con esta política de criminalización de la protesta, el gobierno pretende maniatar al pueblo trabajador para que no defienda sus derechos por medio de la movilización y así poder tener vía libre par a seguir avanzando en un ajuste brutal.
Por eso exigimos un decreto presidencial de amnistía que anule los juicios contra las más de cuatro mil personas procesadas por defender sus derechos o participar en protestas, sin distinciones partidistas. Exigimos la conformación de una comisión de la verdad con la participación de organizaciones de DDHH independientes, organizaciones sociales y familiares de las víctimas, que investigue todos los asesinatos, lesiones y torturas de los dos últimos meses de protestas, para garantizar justicia a las víctimas.
Este 1 de mayo los trabajadores y los sectores populares no podemos marchar detrás de nuestros verdugos. Ni con el gobierno que nos criminaliza y descarga la crisis económica sobre nuestros hombros, en acuerdo con Fedecámaras. Pero tampoco con la oposición agrupada en la MUD, la cual ya gobernó en el pasado puntofijista llevando al país al desastre, y entregándolo atado de pies y manos al imperialismo. Está claro que debemos y necesitamos movilizarnos de manera independiente, autónoma y clasista para poder enfrentar el paquete económico del gobierno y Fedecámaras, que está contemplado también en el programa económico de la MUD, y al mismo tiempo defender las libertades democráticas.
Llamamos a todo el pueblo trabajador a movilizarse para exigir un aumento general de sueldos y salarios, un salario mínimo igual a la canasta básica oficial que se ajuste periódicamente de acuerdo con la inflación, la eliminación del IVA, el cese de la tercerización y los despidos, cargos fijos para los trabajadores del sector público, cancelación del bono alimenticio a los jubilados y pensionados, el cese de la criminalización de la protesta, libertad plena a los dirigentes sindicales presos y procesados, que se optimice el sistema nacional de salud, que se eliminen los tratados contra la doble tributación que eximen de impuestos a las transnacionales; que se suspenda el pago de la deuda externa, que sea nacionalizada la industria petrolera, sin empresas mixtas ni transnacionales; no a la intervención del CNE en los asuntos sindicales; que se derogue el registro sindical de la Lottt, y que salgan las manos de la burocracia corrupta de las empresas básicas y las empresas nacionalizadas, para que sean los trabajadores los que con la gestión democrática de estas empresas recuperen su producción y las pongan en pie nuevamente.
¡Por la unidad de la clase trabajadora y la refundación del movimiento sindical sobre bases democráticas!
¡Por un aumento general de salarios!
@Ccura_Vzla