Retomemos la movilización por salario igual a la canasta básica. Por un Plan Obrero y Popular de emergencia

Por Partido Socialismo y Libertad  

Editorial del Voz de los Trabajadores No. 70 (periódico del PSL)

18 de febrero de 2024. El año comenzó con protestas encabezadas por los docentes. Hubo jornadas de movilización el 9 y el 15 de enero. Lamentablemente no tuvieron continuidad por el rol desmovilizador de la burocracia sindical de la CTV, ASI, CGT, Codesa, y los sindicatos del magisterio que no promueven la movilización unitaria contra el plan de ajuste el gobierno.

Simultáneamente el tema electoral comienza a estar en la palestra, y sin duda tendrá repercusión en la situación social, económica y política del país.

El gobierno continúa con su política de bonificación salarial

El lunes 15, mientras en el marco del Día del Maestro se desarrollaba una jornada nacional de protesta, el presidente Nicolás Maduro, en la presentación de la memoria y cuenta anual ante el parlamento, anunció un pírrico aumento del llamado “bono de guerra” para pensionados y trabajadores activos y jubilados del sector público. El esperado incremento del salario mínimo no se concretó. Ya tenemos 23 meses sin aumento de salarios. El gobierno continúa con su política de bonificación salarial.

El ajuste capitalista de Maduro intenta frenar la inflación manteniendo la cotización del dólar estable, esto lo hace con salarios bajos y restringiendo el gasto social. Esto último es lo que explica el desastre de los servicios públicos, y el deterioro de escuelas, universidades, hospitales y centros de salud.

Descarga los costos de la crisis sobre el pueblo trabajador pero permite que las empresas privadas de telefonía móvil, internet y cable, incrementen continuamente las tarifas; y le vende millones de dólares a la banca. El año pasado le vendió 4.699 millones de dólares. Es decir, hay plata para los bancos y para que aumenten las ganancias de las empresas de telecomunicaciones, petroleras, de alimentos, entre muchas otras, pero no hay para salarios, pensiones y servicios públicos.

Este brutal ajuste se aplica en acuerdo con Fedecámaras. No es casual que el presidente de dicho gremio patronal, Adán Celis, y uno de sus expresidentes, Jorge Roig, propongan la eliminación de las prestaciones sociales. Quieren aprovechar las buenas relaciones con el gobierno y la política gubernamental de bonificación salarial, para terminar de quitarse de encima el pago de prestaciones.

Menos sanciones, más plata pero no aumentan los salarios

La política económica del gobierno se ve beneficiada desde el mes de octubre, por la flexibilización de las sanciones imperialistas, lo que ha permitido un incremento de la producción petrolera que en diciembre terminó en 802.000 bpd. De allí que al cierre del 2023, el ingreso por factura petrolera haya sido de 6.230 millones de dólares.

Favorecido por la flexibilización de las sanciones imperialistas, el gobierno ha firmado acuerdos con diversas empresas petroleras y gasíferas de Europa. Producto de esto cuenta hoy con más recursos, no obstante, no incrementa los salarios y opta por beneficiar a los empresarios y transnacionales.

Desde el Partido Socialismo y Libertad insistimos en que es necesario retomar la movilización para derrotar el ajuste del gobierno, y para imponer un Plan Obrero y Popular de emergencia, financiado a través de un Fondo Social y Económico, cuyos recursos deben provenir de los grandes empresarios nacionales, banqueros y transnacionales; que contemple: Petróleo 100% estatal sin transnacionales ni empresas mixtas, gestionado por sus trabajadores, profesionales y técnicos; impuesto a los grandes capitalistas nacionales y transnacionales; no pago de la deuda externa; suspensión de gastos policiales y militares; repatriación de recursos del exterior; confiscación de bienes de corruptos.

Con todos esos recursos garantizar salarios y pensiones iguales a la canasta básica, indexados mensualmente a la inflaciónDecimos ¡Basta de bonificación salarial! Un plan de infraestructura para recuperar universidades, escuelas, hospitales y ambulatorios, que proporcione empleos dignos y productivoscasas de abrigo y protección para todas aquellas mujeres y disidencias que se atreven a denunciar la violencia machista. ¡Plan de inversión en la industria petrolera y empresas básicas para que haya gasolina, gas, electricidad! Todo ello en la perspectiva de luchar por un gobierno de las trabajadoras, trabajadores, y por el verdadero socialismo.

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