Sigamos el ejemplo de lucha del pueblo ecuatoriano

Por Carlos Rodríguez*

¡Abajo el paquete de hambre y miseria del gobierno de Maduro!

A la vieja usanza de los gobiernos latinoamericanos de derecha de los años ochenta y noventa del siglo pasado, los cuales aplicaron a “raja tabla” paquetazos de medidas de hambre contra sus respectivos pueblos por exigencias del FMI de entonces, el presidente Lenín Moreno de Ecuador liberó el precio de los combustibles, además de tomar medidas contra derechos laborales de los trabajadores púbicos. A partir de este anuncio, el día 2 de octubre las protestas se precipitaron. Los transportistas decretaron una huelga de 24 horas, mientras las comunidades indígenas tomaban las principales vías de comunicación del país y la ciudad de Quito. El presidente ecuatoriano se vio obligado a mudar al gobierno a la ciudad de Guayaquil, mientras al estado de excepción por 60 días le seguía el toque de queda y la militarización de la capital. Ocho muertos y más de 1.300 heridos fue el saldo en estos doce días de protestas. Al final, la movilización y la lucha se impuso. La insurrección popular en gran parte del país, con la participación de estudiantes, obreros, transportistas y sobre todo las comunidades indígenas organizadas, obligó al gobierno a echar para atrás el decreto de aumento de los combustibles. La victoria del pueblo ecuatoriano tiene nombre y apellido: La protesta masiva en las calles, con organizaciones autónomas e independientes del gobierno, y acompañado en los hechos en un paro nacional no decretado. El gobierno del Ecuador fue derrotado al igual que la política del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El paquetazo capitalista del FMI

El aumento de la gasolina extra y el diésel en más de 120%, fue la chispa que encendió la protesta en Ecuador. Los combustibles estaban subsidiados desde hace cuatro décadas y el FMI exigió el fin de los mismos, acompañado de medidas de austeridad contra los trabajadores como la reducción del tiempo de las vacaciones de los funcionarios públicos, y la rebaja en un 20% de los salarios de los empleados públicos contratados. Cómo todo paquetazo de medidas capitalistas, que favorece a los empresarios y coloca sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo la responsabilidad de la crisis económica, un año antes el gobierno de Lenín había anunciado la condonación de la deuda tributaria para los empresarios nacionales y de las transnacionales, por el orden de los 2.355 millones de dólares. Igualmente, anuncio la exoneración de impuestos sobre la renta por 10 años para las empresas nacionales y extranjeras que invirtieran en el país.

Maduro llora por los niños de Ecuador; aquí los mata de hambre

En Venezuela llevamos más de un año de la aplicación del paquete de medidas del gobierno de Maduro, al cual llamo “Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica”. Este paquete, al igual que el de Lenín Moreno, pretende que el pueblo asuma la responsabilidad de la crisis, mientras los empresarios, las empresas transnacionales y los funcionarios corruptos del gobierno obtienen grandes ganancias y privilegios. Al igual que Lenín Moreno que gobierna para los empresarios, una semana antes de la aplicación del paquetazo, Maduro anuncio la exoneración del impuesto sobre la renta a las transnacionales petroleras, para luego aplicar un aumento de los impuestos a la población a través del IVA (Subió del 12 a 16%), y destruir el trabajo formal acabando con los bonos, primas y beneficios sociales de los trabajadores mediante el decreto N° 2972 (11/10/2018).

Maduro aplica un paquete de hambre y miseria a los venezolanos, pero aplaude que los trabajadores y el pueblo de Ecuador enfrenten las medidas del gobierno de Moreno. Celebra las protestas en Ecuador, pero aquí las criminaliza y las reprime. Habla de que Lenín Moreno mata de hambre al pueblo, mientras lanza a la miseria más atroz a millones de venezolanos. Al igual que el presidente de Ecuador, el paquete de Maduro busca tener recursos para pagar la fraudulenta deuda externa de nuestro país.

Todas estas luchas del pueblo ecuatoriano, así como las protestas a menor escala de los trabajadores de la educación, salud y universitarios en Venezuela, tienen un factor en común: buscan impedir las pretensiones gubernamentales de condenar a los trabajadores del Estado y al pueblo en general a una vida miserable, a cuenta de que “no hay dinero”. Sin duda alguna, tras las protestas en Ecuador y la de los empleados públicos en Venezuela, hay un enemigo común: los paquetes económicos de hambre implementados por los gobiernos antipopulares de Moreno y Maduro.

La derecha Latinoamérica aliada de los “paquetazos”

Las justas protestas del pueblo ecuatoriano tienen enemigos en todas partes. Los gobiernos de la región se apuraron en cerrar filas a favor del presidente Lenín Moreno. Esto ocurrió, no sólo porque estos gobiernos creen firmemente en los paquetazos que recomienda el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino también, porque tienen miedo al ejemplo de la heroica resistencia de miles de indígenas y jóvenes del país. Tienen miedo, a lo que se puso en evidencia, que la solución de los problemas económicos de los países de la región, sólo puede venir de la mano de los trabajadores y el pueblo en lucha.

Aquí en Venezuela, Juan Guaido, también salió rápidamente a apoyar al presidente ecuatoriano. No sólo porque Lenín Moreno es un aliado incondicional en la política de éste, sino también, porque Guaido no cree en la movilización popular para derrotar a los paquetazos como el de Maduro. Desde el inicio de la crisis política a comienzos de este año, Guaido ha centrado todas sus fuerzas en la intervención extranjera en nuestro país y en las negociaciones con el gobierno a espalda del pueblo, dejando a un lado la posibilidad de la movilización, la lucha y la huelga de los trabajadores venezolanos contra este gobierno represivo y hambreador. No cree en esto y, por eso, no apoyó la justa lucha del pueblo ecuatoriano. Desde su óptica de derecha, las protestas en Ecuador son un mal ejemplo a seguir.

El aumento de la gasolina en Ecuador no va

El gobierno de Lenín Moreno se ha visto obligado a retroceder en una de sus medidas más anunciadas y exigidas por el FMI. La derogación del decreto 883 es producto directo de la insurrección popular del pueblo ecuatoriano durante 12 días de protestas. En las principales ciudades, en los pueblos indígenas, en los barrios populares, en las universidades, el rechazo al anunciado paquete económico se transformó en movilización, marchas callejeras, tomas de avenidas y edificios públicos y en decenas de formas de protesta, con las que el pueblo obligó al gobierno, en autoexilio en la ciudad de Guayaquil, a derogar el aumento de los combustibles.

El triunfo del pueblo ecuatoriano, llevado adelante fundamentalmente por la lucha organizada de los indígenas pobres del campo, es una demostración más de la eficacia de los métodos de protesta y movilización de los pueblos. Los ecuatorianos se mantuvieron firmes ante todas las medidas represivas del gobierno. Las protestas con tomas de edificios públicos y barricadas en gran parte de las ciudades del país y las carreteras, no cesaron hasta la derrota total de la soberbia del presidente Lenín Moreno.

Pero el logro más importante de esta insurrección popular, es que los trabajadores y el pueblo latinoamericano, ahora saben que es posible derrotar a los paquetazos de hambre y miseria. Que sólo la lucha, y la confianza en las propias fuerzas del pueblo, es la única salida para enfrentar las pretensiones de los gobiernos capitalistas como los de Maduro, Macri, Bolsonaro Duque y compañía, de arrojar a millones de seres humanos a la pobreza más extrema. La victoria se conoce. Los pueblos del mundo sabremos sacar las lecciones aprendidas de estos dramáticos 12 días de octubre. ¡Viva la lucha de los trabajadores y el pueblo indígena del Ecuador!

 

*Militante del PSL

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