Trabajadores de Sidetur exigen intervención tras meses de paralización
Por: Maria de los Angeles Ramirez Cabello (El Universal)
La industria tiene una capacidad de 450 mil toneladas métricas al año, pero produjo apenas 164 mil. Viernes 13 de febrero de 2015. Ciudad Guayana.- La antigua Planta Casima de la Siderúrgica del Turbio (Sidetur), expropiada en 2010 por el entonces presidente Hugo Chávez, cumple este jueves 82 días de paralización por falta de insumos. Los trabajadores de la industria exigen la intervención inmediata de la empresa por parte del Ejecutivo Nacional para hacer una auditoría y esclarecer las irregularidades que, aseguran, se están presentando.
Alejandro Álvarez, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Socialistas de Sidetur-Casima y Similares (Sutrasosicays), aseguró que tras la expropiación hace cuatro años los trabajadores -del ahora Complejo Siderúrgico Nacional- percibieron una mejora en los beneficios salariales y la recuperación de su «dignidad» y estabilidad laboral, pero admiten que la producción ha decaído por la falta de insumos de forma oportuna y la ausencia de un plan de inversión y planificación.
«Tuvo sentido la expropiación desde el punto de vista colectivo porque han mejorado los beneficios laborales y rescatamos la dignidad laboral; pero a este ritmo sin producir y con una nómina sobrepoblada ¿qué garantía tenemos de estabilidad en el tiempo?, ese es el temor», dijo, al señalar que desde hace un año están solicitando a la empresa la nómina general para evaluar quiénes realmente trabajan en la industria, el listado de clientes con los detalles de cantidades y condiciones de venta, el plan de inversión y de producción y el balance económico de la empresa.
De las seis plantas de la antigua Sidetur, perteneciente a la privada Siderúrgica Venezolana S.A. (Sivensa) que aún está en litigio por el demorado proceso de expropiación, solo está operativa desde hace una semana la Planta Barquisimeto, indicó Álvarez, «pero solo tiene insumos para operar por mes y medio».
«El presidente Chávez nos otorgó Bs 289 millones para arrancar la empresa, pero el Gobierno se quedó con un dinero que no le correspondía que era de Sivensa, ese dinero que ahora Sivensa dice que eran nuestras prestaciones no sabemos dónde está (…) Aparte de eso agarraron una empresa que tenía bastantes insumos y en dos años han dejado de comprar. Con el patrón privado se compraba para producir por año y medio, se preveía cualquier crisis y problemas en el transporte marítimo y ahora se compra en el día a día como si fuera una bodega», criticó.
Capacidad en desuso
La industria cuenta con una capacidad instalada de 450 mil toneladas métricas al año, pero produjo apenas 164 mil toneladas en el 2014, que representan el 43,7% de la meta de producción del año y apenas el 36% de la capacidad instalada, a tono con la mermada producción del resto de las industrias de Guayana en poder estatal.
Con cifras en mano, los trabajadores negaron que hayan alcanzado récord de producción, como celebró el presidente Nicolás Maduro al cierre del año pasado.
En este 2015, el panorama no mejora. Según las estimaciones, en el primer trimestre dejarán de producir 90 mil toneladas de palanquillas lo cual afectará la producción de las plantas Antímano y Guarenas, que laminan cabillas dirigidas principalmente a la Misión Vivienda y cuya caída de producción ha sido atribuida por el Ejecutivo a protestas laborales, en el caso de Sidor.
Además de la necesidad de briquetas para producir palanquillas, la Planta Casima de Sidetur tiene otro cuello de botella en la falta de electrodos de 24 pulgadas, que recientemente Sidor facilitó. Sin embargo, el faltante ahora, además de las briquetas, es la cal, entre otros insumos.
En retrospectiva
El 31 de octubre de 2010 el entonces presidente de la República, Hugo Chávez, anunció la expropiación de las plantas y otros activos industriales de Sidetur, filial de la privada Siderúrgica Venezolana (Sivensa). La industria, con siete plantas en todo el país, se sumó a las también expropiadas briqueteras Orinoco Iron y Venprecar, también propiedad de Sivensa, y se sumaron al saco de las industrias que operan por debajo de su capacidad instalada.
Desde entonces, la industria opera de forma intermitente.